Discapacidad

Discapacidades invisibles

  • Tendemos a agrupar conceptos para simplificar y las generalizaciones no funcionan nunca l Hay ciertas discapacidades que aparentemente pasan desapercibidas, pero afectan igualmente aunque no se vean

POR comodidad, seguramente sea por eso, por economía procesal tenemos tendencia a asociar conceptos, ideas, pero sobre todo creamos silos mentales para introducir todo lo que suena parecido. De este modo, no sólo es más fácil almacenar conceptos, sino que es más ágil el proceso de recuperación de información.

Claro que no todo puede ser bueno, y operar de esta forma conduce a que simplifiquemos muchos términos, argumentos e incluso conceptos. Por ejemplo, tenemos tendencia a meter en el mismo saco a todas las personas con discapacidad, sea cual sea la misma, y con ello unas veces el colectivo sale favorecido y otras no.

Tienen discapacidad motorita los lesionados medulares, afectados de esclerosis múltiple (la mayoría), las personas con espina bífida, muchos paralíticos cerebrales o las distrofias musculares. Son discapacidades auditivas la hipoacusia, la presbiacusia, la sordera total, la neurofibromatosis, el síndrome de Alport o el de kearns Savre, entre otros.

Como visuales podemos mencionar, la ceguera, las cataratas, la degeneración macular, el glaucoma o algunas distrofias oculares.

Las más conocidas son las cognitivas, como el alzheimer, el síndrome de Asperger, el Espectro Autista o el síndrome de Down.

La mayoría de nosotros somos capaces de distinguir entre los principales tipos de discapacidad, aunque no conozcamos que significa cada una de ellas. Es decir, diferenciamos entre físicos, sensoriales e intelectuales, pero que nadie nos pida distinguir entre un espina bífida y un lesionado medular, o entre una esquizofrenia y un trastorno bipolar.

Realmente tampoco es necesario, es más, no es ni siquiera importante, basta con saber qué es una discapacidad y clasificarlas en grupos con cierta analogía.

Esto suele favorecer a aquellos que visualmente son distinguibles, y perjudica muy mucho a ciertas discapacidades que aparentemente pasan desapercibidas, como cientos de enfermedades orgánicas, y son ejemplo de ellas: el crown, las afectaciones cardiacas o la fibrosis quística entre otras.

Existe otro grupo de enfermedades no discapacitantes que perjudican de forma severa el modo de vida de los afectados, pasando además tan desapercibidos, que entre todos contribuimos a dificultar por desconocimiento su día a día.

Un ejemplo de ello es la fibromialgia, o la celiaquia, donde los primeros aun están peleando con los sectores sanitarios para que certifiquen el motivo de sus dolencias, y con ello recibir no sólo el tratamiento adecuado a su patología, sino también las adaptaciones necesarias para llevar una vida moderadamente normal.

Los segundos no necesitan rampas para acceder a los establecimientos, ni aseos adaptados, ven y oyen perfectamente, y comprenden cualquier tipo de comunicación, sin embargo, no pueden comer en casi ningún restaurante, ni en muchos colegios, porque apenas encontramos establecimientos con menús para celiacos, o comedores escolares donde se tenga la certeza que se elaboran comidas con ingredientes sin gluten.

Nos queda bastante por avanzar, casi tanto como lo hemos hecho en estos últimos veinte años, y tenemos que tener la capacidad de adaptar nuestras sociedades no sólo a lo que somos capaces de diferenciar visualmente, sino a las necesidades de cualquier individuo, porque más allá de las diferencias lógicas que existen entre cada una de las personas, todas somos únicas y especiales.

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios