Desde 1860, el Asilo de los Ángeles da cobijo junto al antiguo convento franciscano a los mayores más necesitados de la ciudad. Siempre amparados por la beneficencia, hasta 2007 no se concertaron plazas con la Junta de Andalucía. La institución paga, aunque ahora con meses de retraso, unos 51.000 euros mensuales por los 48 ancianos que residen en el asilo, la gran mayoría totalmente dependientes. Ésta es la única vía estable de ingreso y acaba de ser embargada. La residencia mantiene una deuda histórica con Endesa, empresa que recurrió a los tribunales por un impago de 47.000 euros en concepto de gasto eléctrico. Si no se levanta el embargo y se procede al pago aplazado, como solicitaron desde el Patronato a Endesa, aseguran que no podrán pagar a los trabajadores.

"Habíamos llegado a un principio de acuerdo con la compañía, pero creo que con la llegada de la sentencia se ha visto truncado, estoy convencido de que ha sido un problema de fechas, la verdad ese que nos ha pillado por sorpresa", explicó ayer Luis Plaza, presidente del Patronato del Asilo de los Ángeles. Plaza se mostró confiado en la voluntad de Endesa en "ejecutar el acuerdo" que consistía en pagar una cuota mensual de 5.000 euros, unos 2.000 euros se emplearían en pagar el gasto de luz consumida en dicho periodo, y el resto para ir saldando la deuda.

"Endesa hasta este momento se había portado bien con nosotros, nunca nos han cortado la luz", afirmó Plaza que reiteró que "la compañía nos lleva a juicio y nosotros nos allanamos, habíamos llegado a un principio de acuerdo, pero sólo transcurrieron 20 ó 25 días hasta que llegó la resolución judicial y se procedió al embargo".

Desde Endesa aseguraron ayer que "siempre estamos abiertos al acuerdo, con el Asilo de los Ángeles y con cualquier cliente, y creo que hemos dado muestras de nuestra gran y larga voluntad con esta residencia". José Antonio Ruiz Guerra, portavoz de la compañía, apuntó que ya se han realizado numerosos acuerdos con esta entidad en los que se ha acordado distintos planes de pagos. "Que paguen lo que quieran, lo que puedan, pero, por favor, que cumplan con lo acordado". Ruiz Guerra añadió que "lo que tendrían que hacer es empezar cuanto antes a pagar esa deuda".

Lo que temen desde el asilo es que este embargo pueda afectar a los posteriores pagos de la administración regional. Esta situación sí que pondría en peligro la continuidad de esta entidad histórica, la única de estas características que existe en la provincia. "Si no podemos recibir el concierto de la Junta, si esto no se arregla, peligra la continuidad, no somos una empresa, sino una entidad benéfica sin ánimo de lucro y no entra dinero si no es por una donación particular", añadió el presidente del Patronato.

Plaza destacó que la residencia tiene para dar de comer al casi medio centenar de usuarios pero no para pagar al personal. "Hemos adelantado todo lo que teníamos para pagar a los trabajadores, que son parte importantísima del centro, atienden magníficamente a los mayores, por lo que intentaremos arreglarlo para que no haya un deterioro muy grave para ellos", agregó.

Enfermeros y auxiliares, personal de cocina, de limpieza y de gestión cuidan de ancianos afectados en más de un 90% por la enfermedad de alzheimer y que necesitan una atención de 24 horas. Estos residentes son derivados por la Junta y tutorizados posteriormente por la Fiscalía y el juez. "No estamos aquí desde hace 4 días, la institución lleva presentado servicios a los más necesitados desde 1860 y siempre ha vivido de la caridad, pura y simplemente", afirmó Luis Plaza. Sin embargo, en los años más duros de la crisis económica, aunque "siempre se acuerdan de nosotros", como sostiene el presidente del Patronato, ahora no hay donaciones fijas importantes y el dinero que la Junta de Andalucía les paga por cada plaza concertada es vital para el funcionamiento del asilo. Ahora trabajan para poder solucionar el problema.