Fallece José Atencia, médico y cofrade ilustre malagueño
Hijo predilecto y hermano mayor perpetuo de la Victoria, murió ayer a los 85 años
Después de dos semanas de ingreso hospitalario, José Atencia García falleció ayer a los 85 años de edad. Médico de profesión, especialista en hematología y análisis clínico, la huella más profunda la deja en el mundo cofrade. Este malagueño nacido en 1927 fue desde los años 80 hasta 2008 hermano mayor de la Hermandad de la Victoria. También cofundador de la Hermandad de Estudiantes, presidente de la Agrupación de Cofradías y pregonero de la Semana Santa.
Dedicó su vida a trabajar para la ciudad y al calor de la gente le acompañó también el reconocimiento institucional. En 2005, el Ayuntamiento de Málaga le concedió el título de Hijo Predilecto. El mismo año, este periódico lo premió como Malagueño de hoy. Por aquellos tiempos, ya llevaba casi un cuarto de siglo al frente de la corporación que rinde culto a la Patrona de la Diócesis y Ciudad de Málaga de la que fue nombrado hermano mayor perpetuo.
Durante su mandato destacó la restauración de la imagen de la Virgen por el Instituto Andaluz del Patrimonio Histórico; el nombramiento de Basílica Menor por parte de la Santa Sede para Real Santuario; la ejecución del trono de procesión del 8 de septiembre y la apertura del Museo de la Virgen de la Victoria. En antigüedad, tenía el número uno de los actuales hermanos de la corporación.
En su trayectoria cofrade también destacó la fundación de la corporación de Estudiantes, de la que llegó a ser hermano mayor, y que le otorgó su Escudo de Oro. Esta misma distinción le fue concedida por la Agrupación de Cofradías de Semana Santa de Málaga, de la que fue presidente y pregonero. También perteneció a las hermandades de Esperanza, Humildad, Salesianos y Congregación de Mena.
Uno de sus reconocimientos más prestigiosos fue el que le llegó desde el Vaticano. El Papa Benedicto XVI le concedió la Cruz Pro-Ecclesia et Pontífice en agradecimiento a los servicios prestados; esta condecoración es la más alta distinción que otorga el pontífice, por toda una vida de entrega y generosidad. Le fue impuesta el 7 de septiembre de 2008 en la Catedral de Málaga ante la imagen de Santa María de la Victoria.
En su faceta como médico, dirigió un laboratorio propio a través del que fue uno de los impulsores de las transfusiones sanguíneas en la provincia. Hermano de la poeta María Victoria Atencia, su vinculación con el mundo de la cultura fue notable. Siempre humilde, se definía como "un hombre de la calle" que cuando "Dios quiera recogerme, aquí estoy yo para irme". Pero no se irá del todo. Aún perdurará su sonrisa afable.
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