Málaga

Fin de las mascarillas, pero a medias

Tres usuarios del Gimnasio Vals, de El Cónsul.

Tres usuarios del Gimnasio Vals, de El Cónsul. / Javier Albiñana

Después de dos años, el primer día en el que la mascarilla ya no es obligatoria en interiores se esperaba con muchas ganas. Pero ha estado marcado por la división. Muchos ansiaban este momento y no tardaron en quitársela y otros optaron por mantenerla por precaución o miedo.

Así que es el fin del tapabocas, pero a medias. Incluso, a simple vista podría decirse que más de la mitad han preferido la prudencia.

Tres mujeres, en un puesto del mercado de Atarazanas. Tres mujeres, en un puesto del mercado de Atarazanas.

Tres mujeres, en un puesto del mercado de Atarazanas. / Javier Albiñana

"Tenía mucho deseo de quitármela y lo he hecho. La mascarilla era un engorro. Estoy vacunado con las tres dosis y la pandemia evoluciona a mejor", explicaba Sergio Soto, del puesto Frutas Miguel, del mercado de Atarazanas. "Hoy nos las hemos quitado para recordar lo que somos de feos", bromeaba a continuación.

Sergio Soto y Manuel Florido, del puesto Frutas Miguel, del mercado de Atarazanas. Sergio Soto y Manuel Florido, del puesto Frutas Miguel, del mercado de Atarazanas.

Sergio Soto y Manuel Florido, del puesto Frutas Miguel, del mercado de Atarazanas. / M. H.

Muy cerca, en la Pescadería Hermanos Castro, su vendedor tomaba el criterio opuesto: seguir con el tapabocas. Enrique Castro justificaba su decisión: "Aunque no sea obligatoria, prefiero dejármela; por seguridad y por los clientes, porque algunos no lo dicen, pero no les gusta que no la lleves. No hace daño tenerla puesta un tiempo más".  

Un pasillo del mercado de Atarazanas. Un pasillo del mercado de Atarazanas.

Un pasillo del mercado de Atarazanas. / Javier Albiñana

Por delante del puesto pasan seis estudiantes de español en Málaga. Tienen entre 17 y 23 años. Son se Suiza, Italia y Dinamarca. Cinco van sin mascarillas y una con esta protección.

"Teníamos muchas ganas de quitárnosla. Tenemos las tres dosis. Muchas veces hemos ido de fiesta y no hemos cogido el Covid. Ya tenemos ganas de volver a la normalidad", esgrimía la italiana Flavia Espósito. A su lado, el suizo Alexander Vojacek, que explicaba que en su país hace tiempo que ya no era obligatoria. 

Jóvenes estudiantes de español en Málaga. Jóvenes estudiantes de español en Málaga.

Jóvenes estudiantes de español en Málaga. / M. H.

Por uno de los pasillos del mercado, un matrimonio. Jesús Navarro sin mascarilla y Rosario Chaves ella. Él explicaba que tiene miedo porque "ha muerto mucha gente por el Covid", pero aclaraba que con el tapabocas se la ha quitado porque se le empañan las gafas y no ve.  

Dos mujeres en el interior de una tienda. Dos mujeres en el interior de una tienda.

Dos mujeres en el interior de una tienda. / Javier Albiñana

En el supermercado de El Corte Inglés otra pareja, la de Antonio López y Mari Paz Ruiz. "Estoy ejerciendo la libertad. Siempre hemos cumplido la ley y hoy estamos cumpliendo la ley porque ya no es obligatoria", argumentaba mientras elegían qué producto meter en la cesta. Él añade: "Tenía muchas ganas de quitármela porque me agobia y me da ansiedad".

Antonio López y Mari Paz Ruiz, en el supermercado de El Corte Inglés. Antonio López y Mari Paz Ruiz, en el supermercado de El Corte Inglés.

Antonio López y Mari Paz Ruiz, en el supermercado de El Corte Inglés. / Javier Albiñana

Su mujer aclaraba: "Somos muy respetuosos, la usaremos donde haya que ponérsela, pero hoy hemos aprovechado que ya se podía para quitárnosla". Aclaraba que debido a una meningitis su sufrió ella han estado "casi cuatro meses sin salir a la puerta". Este miércoles se desquitaban: a comprar al súper y sin mascarilla...

Un joven, en un interior, sin mascarilla. Un joven, en un interior, sin mascarilla.

Un joven, en un interior, sin mascarilla. / Javier Albiñana

 

En las salas del Museo Thyssen, la imagen de muchos interiores se repetía: más gente con mascarilla que sin ella. Priscila Vargas y Luis Diego Mata son costarricenses. Están de turismo. Los dos son el tapabocas. Ambos están vacunados. Ella pasó el Covid.

"Tenía miles de ganas de quitármela", admite Priscila. "Ganas de volver a la normalidad", comentaba él. Y añadía: "Tenemos que aprender a vivir con este virus". Su pareja acotaba: "Yo no tengo miedo. Las vacunas han demostrado su efectividad aminorando los efectos de la enfermedad". Además, agregaba que ya el patógeno no es tan grave como en sus inicios. 

Priscila Vargas y Luis Diego Mata, en el Museo Thyssen. Priscila Vargas y Luis Diego Mata, en el Museo Thyssen.

Priscila Vargas y Luis Diego Mata, en el Museo Thyssen. / M. H.

Gimnasios

En el Gimnasio Vals, de El Cónsul, también división. Pero la imagen de dos hombres y una mujer haciendo pesas en la zona de fitness sin mascarillas retrotraía a los tiempos de antes de la pandemia y dejaba una fotografía que simbolizaba otro paso hacia la nueva normalidad.

Un usuario del Gimnasio Municipal de Alhaurín de la Torre estimaba que de la treintena de usuarios que había en la mañana de este miércoles, unos 20 ya no la llevaban.

Usuarios sin mascarillas en el Gimnasio Vals, de El Cónsul. Usuarios sin mascarillas en el Gimnasio Vals, de El Cónsul.

Usuarios sin mascarillas en el Gimnasio Vals, de El Cónsul. / Javier Albiñana

En el Go Fit de Huelin, otra vez los usuarios divididos entre los que prefieren continuar usándola y los que no tardaron en quitársela. "Hay que bien, sin mascarilla", comentaban dos amigas antes de entrar a la clase de Strenght. A la entrada, Juan Carlos Trujillo explicaba que venía a hacer pesas. Ya por la calle venía con el tapabocas. "No me lo voy a quitar. Son persona de riesgo porque tengo un tratamiento oncológico; la voy a mantener, tanto en fuera como dentro. Ganas tengo de quitármela, pero es por mi salud", aclaraba. Jenifer Martínez y Alejandro Almaraz llegaban al gimnasio con mascarilla. Él a hacer pesas, ella a Dance. Coincidían en que seguirán utilizándola "por precaución".  

En el hotel AC Málaga Palacio, más clientes con tapabocas que sin esta protección. En una mesa, junto a los ventanales de la entrada estaban Mónica e Illa. Ambas estaban en Málaga por trabajo. No llevaban mascarilla. Mónica afirmaba: "Ya no es obligatoria y no la quiero. Me alegro un montón de que la hayan quitado. Me agobiaba". Illa bromeaba: "Yo voy sin mascarilla, a la francesa. Poder quitárnosla es un símbolo de normalidad". 

Illa y Mónica, en un salón del hotel AC Málaga Palacio. Illa y Mónica, en un salón del hotel AC Málaga Palacio.

Illa y Mónica, en un salón del hotel AC Málaga Palacio. / M. H.

Según la publicación del Boletín Oficial del Estado, las empresas tienen que decidir si mantienen su obligatoriedad o no, en función de los riesgos laborales. Eduardo Barrero, responsable de prensa de El Corte Inglés, aclaró que en este establecimiento comercial se da libertad al personal, aunque en algunos puntos concretos, por seguridad, continuará siendo obligatoria. Incluso apuntó que si un trabajador no usa mascarilla, se la pondrá cuando se le aproxime un usuario que la lleve.

Un funcionario de la Junta de Andalucía aseguraba: "Mientras no digan otra cosa desde Prevención de Riesgos Laborales, nos podemos quitar las mascarillas; aunque de momento muy pocos se la han quitado". El director del hotel AC Málaga Palacio, Jorge González, explicaba que los clientes son libres de quitarse la mascarilla o no, pero que el personal la seguirá usando hasta que el área de Prevención de Riesgos Laborales los evalúe y se pronuncie. 

Un hombre se pone la mascarilla delante de un puesto de pescado, en Atarazanas. Un hombre se pone la mascarilla delante de un puesto de pescado, en Atarazanas.

Un hombre se pone la mascarilla delante de un puesto de pescado, en Atarazanas. / Javier Albiñana

Desde el Ayuntamiento de Málaga, donde trabajan unos 3.000 empleados, se indicaba que con el BOE en la mano ya no se puede obligar al personal a llevar mascarilla. No obstante, el área de Recursos Humanos recomendaba su uso en sitios no ventilados, donde no se pueda mantener la distancia, entre los trabajadores vulnerables y los que atiendan al público. En la Junta de Andalucía, su delegada, Patricia Navarro, abogaba porque no haya "un fin drástico de la mascarilla, sino escalonado" y apelaba a la responsabilidad de todos. 

Por otra parte, el consejero de Salud, Jesús Aguirre, indicó que desde este miércoles "no es obligatorio el uso de mascarillas en los centros educativos", porque con el decreto publicado en el Boletín Oficial del Estado (BOE) "no hay ninguna capacidad para instar a la obligatoriedad de mascarillas a nivel de los ambientes escolares".  La Viceconsejería de Educación ha remitido este miércoles instrucciones a colegios e institutos en las que les informa que ya no es obligatoria en las aulas, aunque sigue siéndolo en el transporte escolar. Algunos centros han remitido escritos a los padres en ese sentido. A su vez, la Universidad de Málaga ha remitido una circular en la que indica que aún se mantiene la obligatoriedad unos días más.   

Personas con y sin mascarilla en el interior de una tienda. Personas con y sin mascarilla en el interior de una tienda.

Personas con y sin mascarilla en el interior de una tienda. / Javier Albiñana

En la hostelería, no se notaba tanto el cambio porque como a la hora de comer hay que quitársela ya no era tan habitual en sus interiores. En la cafetería La Bella Julieta, tres amigas compartían el café de la media mañana. Charlaban animosamente sin el tapabocas.

Sabrine, que ha pasado el Covid y tiene las tres dosis, decía: "Estamos vacunadas, no veo necesaria la mascarilla". A su lado, Beatriz, que ha pasado el virus y tiene dos dosis, agregaba: "No es un día para marcar en la historia, pero es un paso más hacia la normalidad; significan que las cosas están mejorando".  

Una mujer sin mascarilla en un comercio. Una mujer sin mascarilla en un comercio.

Una mujer sin mascarilla en un comercio. / Javier Albiñana

A la división en los sitios en los que ya no es obligatoria, se suma que hay lugares en los que debe seguir usándose. Entre otros, los centros sanitarios, las residencias o los transportes públicosLaura Ortiz iba en un bus de la línea 7 camino del centro. Con su tapabocas puesto, como estipula la ley. Esta joven consideraba acertado que haya sitios en los que se mantenga su uso. Y concluía: "Lo veo bien mientras la vacunación no sea obligatoria para todos porque son espacios que utilizan las personas de riesgo a las que hay que proteger".

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