La huelga general convocada este miércoles tiene, como siempre ocurre en este tipo de actos, fervientes defensores y detractores. Las dos partes cuentan con razones sobradas para justificar o no el paro, quedando la libertad individual de cada ciudadano a ejercer su derecho a la huelga o al trabajo como uno de los puntos fuertes de un sistema democrático como el español.

Los trabajadores no están obligados a comunicar con anterioridad a sus empresas si irán o no a la huelga, por lo que el éxito o el fracaso en Málaga de esta convocatoria no se verá hasta el mismo día 29. Y tampoco, pues, pase lo que pase, habrá dos opiniones contrapuestas. Los sindicatos dirán que ha sido un "éxito total" y el Gobierno y los empresarios que ha habido "normalidad absoluta" en los puestos de trabajo. La habitual guerra psicológica en la que todo el mundo gana. Los sindicatos criticarán, ya lo están haciendo, las supuestas coacciones de los empresarios a sus empleados para que acudan a su trabajo, y los empresarios denunciarán, ya lo están haciendo, la presión de los piquetes informativos que, en muchos casos, impedirán que todo aquel que quiera ejercer su derecho a trabajar pueda hacerlo. Ambas partes se piden respeto, aunque del dicho al hecho suele haber un trecho.

En cualquier caso, este diario ha querido pulsar la opinión de representantes políticos, empresariales, sindicales, económicos y sociales de Málaga de cara al próximo miércoles.

En el ámbito político, un poco de todo. Miguel Ángel Heredia, secretario general provincial del PSOE, asegura "respetar" el derecho a huelga de los trabajadores y señala que la posición del Gobierno tras el paro "va a seguir siendo la del diálogo como hasta el momento". Heredia justifica la reforma laboral en el hecho de que el Gobierno de Zapatero "ha actuado pensando en el conjunto del país para que España recupere su capacidad económica, el crecimiento y el empleo". Elías Bendodo, presidente provincial del PP, dispara con bala. Asegura que "en Andalucía hay 1,1 millones de motivos y en España 4,5 millones para ir a la huelga" haciendo referencia al número de parados, aunque posteriormente señala que "el socialismo ha hecho tanto daño a este país que España no está para una huelga". En IU, su coordinador provincial, José Antonio Castro, apoya la huelga porque "nuestros hijos tendrán las mismas condiciones laborales que nuestros padres al principio de la democracia y eso es inaceptable". En este sentido, Castro dice que es una huelga "para movilizar conciencias y no política".

Los empresarios y los economistas están en contra del paro general y, además, aseguran que la reforma laboral -en la que se abarata el despido, entre otras medidas- se ha quedado corta. La sensación general, entre los descontentos, es que los sindicatos han respondido tarde, aunque desde estos organismos se cree que es mejor tarde que nunca.