La posición de fortaleza con la que Miguel Ángel Heredia afronta el reto de ser reelegido líder del PSOE de Málaga, en el congreso provincial que tendrá lugar el próximo 14 de julio, queda más que patente al observar las primeras filas del auditorio ante el que ayer presentó formalmente su candidatura. En las mismas, se reconocían los principales rostros de la actual nobleza socialista, con Luciano Alonso, consejero de Cultura; Rosa Torres, presidenta del PSOE andaluz; Trinidad Jiménez, ex ministra de Sanidad... Y un largo etcétera integrado por al menos seis delegados provinciales del Gobierno andaluz, a los que se sumaron varios alcaldes que hasta no hace mucho formaban parte de la corriente crítica que encabeza José Aurelio Aguilar Román.

La puesta en escena protagonizada por Heredia, desarrollada en los jardines de la Universidad de Málaga, estuvo marcada por las referencias a la transformación de la que, dijo, quiere dotar a la organización en los próximos cuatro años. Tras apenas una leve autocrítica por los malos resultados cosechados en los tres últimos comicios, justificándolos en parte por la crisis económica, insistió en la necesidad de desarrollar "un cambio de mentalidad" con el objetivo de recuperar el voto urbano.

"Si modernizamos nuestra cultura política habremos andando un trecho para resolver nuestro gran reto, que es el voto urbano; de nada servirá cuanto hagamos si la organización no se empapa de la realidad que viven esas grandes ciudades, donde el sentido de comunidad ha sido sustituido por valores individualistas", explicó ante alrededor de 150 personas el dirigente socialista.

Heredia, que recordó con orgullo el momento en que "el hijo de un jornalero" ocupó por primera vez su escaño en el Congreso de los Diputados (ya lleva 16 años), hizo hincapié en la necesidad de "aunar esfuerzos" para relanzar el proyecto del PSOE por medio de la "cultura del esfuerzo". "En los próximos cuatro años en el PSOE debe imperar la cultura del trabajo y del esfuerzo, en lugar de la cultura de la queja, que no debe confundirse con la crítica, porque quien se queja no critica, termina empleando más tiempo en quejarse que en trabajar", declaró. En esta misma línea, abundó en la trascendencia de abordar el periodo que se abre mediante cambios. "Cambios en todos los órdenes; hay que crecer hacia fuera y hacia dentro; cambio que exige entrega total dentro del partido y fuera de él; es tiempo de militancia y de nueva militancia, de confiar en nosotros mismos en lugar de lamentarnos...". Incluso, aprovechando la reciente victoria de la selección española de fútbol en la Eurocopa, pidió a los militantes que "salten al campo de juego con la misma fuerza" y destacó la doble satisfacción que produce en el PSOE la victoria de La Roja.

"No hay manual para ser secretario general", confesó, si bien aseguró que tras cuatro años al frente de la organización ha aprendido. Aunque no puso nombres y apellidos, algunos de sus mensajes parecían tener destinatarios claros. "He aprendido que es difícil alcanzar un equilibrio entre lo que la organización necesita y lo que la organización es capaz de asumir; que para problemas endémicos no hay soluciones únicas; que los cambios de cara son eso, políticas de estética y maquillaje; y que la secretaría general implica callar casi siempre que quieres decir algo; que unos hablan más que trabajan y otros trabajan para que esos puedan hablar", recitó.

Heredia toma la recta final del proceso previo al congreso provincial con la confirmación de tener, a priori, el aval masivo de los principales referentes institucionales del PSOE. Algunos estuvieron ayer presentes junto a él; otros, como el secretario general del PSOE-A y presidente de la Junta, José Antonio Griñán, ya lo bendijo semanas atrás.