El panorama crucerístico parece que se ensombrece algo más de lo que ya estaba. Con el mantenimiento de la prohibición para que los buques de crucero puedan hacer escalas en puertos españoles; una medida promulgada por el Ministerio de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana y rubricada por la Dirección General de la Marina Mercante con fecha de 27 de junio, ahora, el veto turístico que muchos países están iniciado a raíz de la imposición británica de guardar cuarentena tras pasar por España, añade nuevas complicaciones e incógnitas al sector de los barcos de turistas.

Y aunque las compañías dedicadas a este negocio aún no tienen muy claro cómo y cuando arrancarán, las llegadas malagueñas de buques de crucero parece que nuevamente sumarán más retrasos; una dilatación cargada de dudas que podría adentrarse bastante en el último trimestre de este año.

Con solo, a fecha de hoy, cuatro navieras en activo, las 35 más importantes compañías que engloban al 95% de la flota internacional de buques de crucero, casi a diario están variando sus fechas de inicio; una circunstancia que afecta, al igual que a la gran mayoría de destinos crucerísticos, al puerto de Málaga.

Dando por sentado que en agosto no escalará ningún crucero y con la premisa de que para septiembre la prohibición gubernamental pudiera desaparecer, el primer atraque malacitano, según datos de la propia naviera, podría darse el 5 de ese mes; fecha en la que el buque AidaStella tiene programado llegar a aguas malagueñas. Con esta propuesta, a la que habría que añadir las previsiones de escalas de un barco de la compañía Ponant y varios atraques de MSC Cruceros, octubre podría ser el mes del regreso de Costa Cruceros, quedando para noviembre, si no hay cambios de última hora, las visitas de otros barcos de diferentes navieras.

Con todas las programaciones en el aire y sin ningún tipo de certeza, la crisis de Covid-19 ha torpedeado gravemente a la industria crucerística internacional; un sector que está llevando al desguace a muchos barcos y al que le costará trabajo arrancar.

Y si bien los principales puertos receptores, como en el caso de Málaga, están preparados para recibir a los barcos, la incertidumbre sobre cómo evolucionará la pandemia apunta a que este año las aguas malacitanas verán a muy pocos buques de crucero. Un año perdido a la espera de que en 2021 se vuelva realmente a la normalidad.