Málaga

Indignación por las declaraciones del cardenal sobre la homosexualidad

  • Sebastián afirmó en una entrevista que es una deficiencia que "se puede normalizar con tratamiento"

Fernando Sebastián, administrador apostólico de la diócesis de Málaga y recientemente elegido por el Papa Francisco entre sus primeros cardenales, levantó ayer la polémica. En una entrevista concedida al diario Sur afirmó que "la homosexualidad es una manera deficiente de manifestar la sexualidad, porque ésta tiene una estructura y un fin, que es el de la procreación". Además subrayó que "muchos casos de homosexualidad se pueden recuperar y normalizar con tratamiento adecuado". Sus palabras causaron indignación entre la clase política de la ciudad y las asociaciones de gays y lesbianas.

La portavoz del PSOE en el Ayuntamiento de Málaga, María Gámez, condenó dichas declaraciones. "No son los vientos de cambio que soplan, en apariencia, desde el Vaticano", manifestó Gámez, quien, al mismo tiempo, pidió que "rectifique". Además, apuntó que "el cardenal se convierte en intérprete del propio Papa, que parecía alejado de estas tesis retrógradas, insultantes y anticonstitucionales", agregó.

El portavoz del equipo municipal, Mario Cortés, calificó ayer de "barbaridad" que el futuro cardenal compare la homosexualidad con la enfermedad. "Son cosas que están más que superadas por la sociedad y entiendo que debería rectificar", comentó y lamentó que estas declaraciones se produzcan justo ahora que "la Iglesia está dando una imagen más abierta y más moderna, más acorde a los tiempos, esto supone un retroceso".

Francisco Conejo, portavoz del PSOE en la Diputación y concejal en el Ayuntamiento de Málaga, apuntó vía Twitter que "las declaraciones del cardenal sobre la homosexualidad vulneran los derechos fundamentales que recoge nuestra Constitución y son inadmisibles".

Por su parte, la asociación Entiende, que trabaja por la consolidación de los derechos del colectivo de lesbianas, gays, transexuales y bisexuales en la provincia de Málaga, rechazó las palabras de Sebastián y reclamó a las instituciones públicas que denuncien estas manifestaciones y que defiendan los derechos de estos grupos sociales.

El presidente de la asociación, Nicolás Fernández, criticó que "no han sido pocas las intenciones de la jerarquía eclesiástica en destruir los derechos alcanzados en materia de diversidad afectivo-sexual", así como los esfuerzos por "segregar a la ciudadanía, convirtiéndola en pecadores y buenos ciudadanos".

Ante esto, anunció que realizará una campaña en redes sociales para "evidenciar la homofobia de la jerarquía eclesiástica" e instará, a través de la misma, a los partidos políticos de la capital a que se pronuncien en el próximo Pleno del Ayuntamiento de Málaga "para condenar estas desafortunadas manifestaciones".

María del Carmen Ramírez, de la asociación Familias por la Diversidad, consideró "de una intolerancia, de una falta de respeto, de conocimiento y de lógica humana tremenda estas palabras". Ramírez aseguró ayer que le apenan estas palabras porque "no saben el sufrimiento que hay en algunas personas con este tema, hay mucha gente que lo vive de forma trágica por el temor al que dirán, a la marginación y "testimonios como éste pueden incrementar el miedo en aquellos que no se atreven a normalizar su situación, sienten el rechazo y estas declaraciones no ayudan".

Familias por la Diversidad considera que "a lo mejor a los que hay que reeducar es a ellos, a los que opinan así" y afirma que es un problema fundamental de educación. Por eso hacen hincapié en la importancia de la escuela para que la homosexualidad se asuma con normalidad.

Carmen en miembro de la Asociación LGTB Ojalá y también pertenece al grupo cristiano MAR. Ayer leía las declaraciones del futuro cardenal y aseguraba que "como cristiana no me extrañan, es la misma línea que lleva la Iglesia, no parece que haya un cambio radical a pesar de la postura que ha mantenido el Papa Francisco, seguimos igual". Carmen y sus compañeros comenzaron a hablar con "esperanza" de que en el seno de la Iglesia se abriese "ese diálogo de cara a ver a los hermanos homosexuales como uno más, que podemos tomar las riendas de nuestra vida de una manera cristiana y coherente, sin reprimirnos ni castigarnos por ello" y consideró que este tipo de comentarios crean sufrimiento y sentimiento de culpa.

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