Jorge Contreras |Sociedad Española de Oncología Radioterápica

"No veo problema en que una donación privada complemente la inversión pública"

  • Como presidente de la Sociedad Española de Oncología Radioterápica se plantea el reto de darle visibilidad a la especialidad

  • Advierte que la dotación tecnológica lograda tiene que tener una renovación que debe planificarse 

Jorge Contreras delante de un acelerador lineal, en el Hospital Regional.

Jorge Contreras delante de un acelerador lineal, en el Hospital Regional. / Javier Albiñana

JORGE Contreras trabaja como oncólogo radioterápico en el Hospital Regional. Es el coordinador de la Unidad de Tumores de Cabeza y Cuello y desde principios de junio preside la Sociedad Española de Oncología Radioterápica (SEOR).

–¿Cuál es su objetivo al frente de la SEOR?

–Cuando decidí presentarme a la presidencia de esta sociedad científica tenía muy claro que la Oncología Radioterápica necesita de visibilidad. Y ese es uno de los principales objetivos, darle visibilidad a una de las herramientas terapéuticas para el tratamiento del cáncer más efectivas de la que disponemos en estos momentos.

–Sí, se conoce mucho la quimioterpia y menos la radioterapia...

–Sí. El cáncer se puede tratar desde el punto de vista local con la cirugía –que es una herramienta terapéutica excelente siempre que los tumores estén localizados– y luego con la radioterapia que puede ser una alternativa a la cirugía en muchas situaciones. Y luego tenemos la quimioterapia que es generalmente un complemento a los tratamientos locales. Sin embargo, a día de hoy, la radioterapia es muy poco conocida tanto por los profesionales que se dedican a la atención del cáncer como de la sociedad en general.

–¿Y por qué?

–La radioterapia no ha tenido visibilidad por dos motivos fundamentales. Primero, porque en España ha habido una falta de inversión tecnológica para estos tratamientos. Gracias a la reciente donación de fundaciones privadas, las inversiones públicas y el esfuerzo de la sanidad privada, España ha conseguido salir de una situación absolutamente crítica en cuanto a recursos y ha pasado a estar a estar a un nivel comparable con otros países.

–¿Ya estamos bien en recursos?

–Ahora con la donación de Amancio Ortega, la inversión de la sanidad pública y el crecimiento de algunos centros privados hemos pasado de una situación crítica a poner el contador a cero; estamos en la media europea en nuestra comunidad y en Málaga. Pero el tratamiento radioterápico necesita de una planificación a medio y largo plazo. Y esto que hemos conseguido tiene que continuarse con una planificación de recursos e inversiones con un plan estratégico de la Consejería que prevea el recambio de las máquinas que suelen tener una duración de 10 a 12 años.

–Sí, porque la tecnología hay que actualizarla...

–Claro, si no, volveríamos a la misma situación. Esta situación de falta de recursos es la que ha creado la falta de visibilidad. La radioterapia en estos momentos se debe indicar en un 60 ó 70% de todos los cánceres. Bien indicada y hecha la prescripción a tiempo, la radioterapia puede ofrecer una curación de un 40% de todos los tumores, con un costo relativamente bajo porque un acelerador lineal puede tratar a unos 15.000 pacientes durante su vida útil.

–¿Qué supone esta renovación tecnológica?

–Tener una radioterapia de mucha mayor precisión, de mayor calidad y menos tóxica. Eso significa que más pacientes se pueden beneficiar del tratamiento radioterápico cuando hasta ahora no lo estaban haciendo. Nosotros [la SEOR] hemos hecho estudio junto con la Universidad Francisco de Vitoria donde hemos detectado que a día de hoy por esa falta de visibilidad, un tercio de los pacientes que se pueden beneficiar de radioterapia no lo están haciendo. Eso es lo que estamos tratando de corregir, tanto por profesionales que no la ofrecen porque la desconocen como de la población que no la reclama.

–Pero eso depende más de los profesionales...

–Hasta no hace mucho, el paciente oncológico no ha tenido parte en la decisión del tratamiento. Nosotros como sociedad científica estamos participando en la Estrategia Nacional del Plan del Cáncer. En el Plan del Cáncer se establece que todo paciente con un tumor debe pasar por una comisión de tumores donde las diferentes opciones se le ofrezcan y el paciente decida. Porque en determinados cánceres, el paciente puede tener alternativa a operarse o darse radioterapia.

–Pero yo siempre le diría a mi médico que haga lo que crea mejor...

–En ese caso, los profesionales de la comisión deciden qué ofrecerle, si es mejor la cirugía o la radioterapia. Esto hasta ahora no se estaba haciendo porque como no había recursos para radioterapia, se ofrecía directamente el tratamiento quirúrgico u otros quimioterápicos agresivos. Eso es lo que se intenta cambiar y que los especialistas conozcan las opciones de tratamiento radioterápico alternativas a la cirugía y la quimioterapia.

–Hay además una nueva terapia, la protonterapia. ¿Qué es?

–Es una forma de administrar radiación más precisa y con menos efectos secundarios porque se puede localizar mucho más que con la radioterapia convencional. Esta tecnología es muy costosa. Hasta ahora España no ha dispuesto de centros donde administrarla. En la SEOR hemos creado un grupo de expertos que han hecho recomendaciones científicas según las cuales esta técnica podría estar justificada entre el 2 y el 5% de todos los cánceres. Eso supone que en España se necesitarían entre dos y tres centros para administrar protones.

–¿Y es sostenible el sistema con los costes de estas terapias?

–El sistema público nunca ha rechazado indicaciones de tratamiento que estén justificadas, independientemente del costo. De hecho, en el Carlos Haya, como centro de referencia de tumores infantiles, que es donde más se usa la protonterapia, estamos mandando niños a otros centros en otros países para tratamiento con protonterapia. La Administración pública no ha rechazado por costo el ofrecer el tratamiento. En España se van a abrir dos centros privados de protonoterapia. La Administración tendrá que decidir si concierta o no. Pero ahora mismo, el sistema público de salud está costeando indicaciones de protonterapia.

"La radioterapia bien indicada y hecha a tiempo puede ofrecer una curación de un 40% de los cánceres”

–¿Y la hipertermia qué es?

–Es la administración de calor de forma controlada para potenciar el efecto de los tratamientos oncológicos. A nivel público en España son pocos los centros que lo están ofreciendo. El grupo de trabajo de hipertermia de la SEOR ha presentado un informe a la Agencia de Evaluación de Tecnología Sanitaria de Andalucía, donde se evalúan las nuevas técnicas para ver si se implantan en el sistema público de salud, y el informe es positivo para utilizar la hipertermia combinada con radioterapia en tumores de mama que han reaparecido, en cáncer de cérvix y tumores rectales.

–¿Pero estas decisiones deben ser nacionales, no autonómicas?

–Estoy participando en la Estrategia Nacional del Cáncer. Ahí se está definiendo la cartera de servicios a nivel nacional para que no haya inequidades entre comunidades autónomas. Una de las cosas que se va a proponer es incluir la protonterapia o la hipertermia.

–¿Y estos avances son asumibles económicamente?

–Nosotros como sociedad científica pensamos que hay que innovar en fórmulas de financiación y de gestión. La radioterapia se considera muy costosa porque requiere un aparato que cuesta dinero y se hace una inversión de golpe. Pero si se hace la media del coste del tratamiento por paciente, es muy barato. Se tienen que buscar fórmulas para que la Administración pueda hacer frente al aumento de los costos.

–La donación de Amancio Ortega fue polémica. ¿Cómo la ve?

–La donación ha sido un antes y un después en tecnología. Yo no veo ningún problema porque una donación privada complemente la inversión de la sanidad pública. En el próximo congreso de la SEOR haremos un reconocimiento público de la donación que se ha hecho por la Fundación Amancio Ortega. Creo que la política no debería meterse en decisiones de asistencia sanitaria cuando son situaciones tan delicadas. Aquí, son muchos malagueños los que ya se están beneficiando de esa donación. Entre el Regional y el Clínico la Fundación dona cinco aceleradores.

–Dirige la Unidad de Tumores de Cabeza y Cuello en la que participan más de media docena de especialistas. ¿Qué importancia tiene esta colaboración?

–A corto plazo donde más se puede avanzar en el tratamiento del cáncer es en la multidisciplinariedad. Hasta no hace mucho, había un especialista que veía un tumor y era el que tomaba la decisión. Esto es muy importante, donde más se puede avanzar a corto plazo en resultados del tratamiento del cáncer es en la multidisciplinariedad que significa que participan diferentes especialistas ante una situación clínica que no siempre tiene una única solución.

"Me apasiona el buceo. Ver sitios paradisíacos y la vida marina, te reconcilia contigo y con el ser humano”

–Trabaja en la privada y en la pública. ¿Cómo ve ambas sanidades?

–El ciudadano malagueño puede estar tranquilo porque la asistencia oncológica pública es de una altísima calidad y con los recursos que disponemos está garantizado el cumplimiento de los plazos. La asistencia que se da a nivel privado es de una calidad similar a la que se hace en la pública. En Málaga tenemos la opción de poder elegir entre sanidad pública y privada con las mismas garantías.

–¿Hay más casos de cáncer?

El cáncer es un grupo de enfermedades. Ahora no es que haya más cáncer... Al ser una enfermedad degenerativa, se relaciona con la expectativa de vida. Como ahora la población puede vivir más, tiene más tiempo en el que se expone a desarrollar un cáncer. Le pongo un ejemplo, todos los varones que vivieran más de 125 años, desarrollarían un cáncer de próstata. Por eso ahora estamos creando la oncogeriatría que es aplicar el tratamiento del cáncer a una población con unas características especiales donde las decisiones tienen que ser diferentes a la población general porque son pacientes más frágiles.

–Si tuviera los dos millones que costará acoger la gala de los Goya, ¿a qué los dedicaría?

–¡Qué pregunta! Si tuviera esos dos millones mejoraría algunas de las condiciones organizativas y asistenciales del trabajo que hago día a día. Porque la calidad y los recursos son muy buenos y están cubiertos. Pero desde el punto de vista de la hostelería hay cosas que modificaría.

–Tiene 54 años. ¿Le dará tiempo a trabajar en el nuevo Regional?

–Creo que sí. Parece que los compromisos de plazos para la apertura del nuevo hospital me permitirán ofrecer mis servicios allí.

–¿Hace falta un nuevo Regional?

–Sin ninguna duda. Desde el punto de vista de hostelería y arquitectónico, el hospital se ha quedado pequeño.

–¿Y qué opina sobre la reconversión del hospital actual en otro de pacientes crónicos?

–Vamos necesitar un paso intermedio de asistencia que evite los ingresos hospitalarios. A nivel sociosanitario es muy necesario disponer de recursos asistenciales intermedios entre la atención primaria y la hospitalaria. Hay recursos que podrían abaratar la asistencia hospitalaria por medio de este tipo de decisiones.

–¿Qué hace en su tiempo libre?

–Me apasiona el buceo. Estar a 20 ó 30 metros bajo el agua, sin escuchar nada más que tu respiración y las burbujas, y ver sitios paradisíacos y la vida marina, te reconcilia contigo y con el ser humano.

–¿Verá también la contaminación?

–Precisamente el tener una mentalidad de buceo hace que la gente se conciencie más por el medioambiente.

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