La Junta de Andalucía mira al cielo para que llueva en Málaga, pero también al suelo, al mar... y a los barcos que puedan traer el líquido componente directamente al Puerto de Málaga si todo lo anterior falla. Seis meses, de aquí a que termine el semestre, se da de plazo el Gobierno autonómico para acometer la que señalan como una "medida in extremis" en el caso de que las precipitaciones no sean tan prolijas como los malagueños necesitan. 

Para ello, y a pesar de que es "excepcional", "si no llueve en seis meses, la última opción es traer agua en barcos", ha dicho Patricia Navarro, delegada del Ejecutivo andaluz este miércoles, el Gobierno regional ya está comprobando junto con el Puerto de Málaga las tomas por las que tendría que recibir este líquido elemento en caso de que haya que adquirirlo a otros lugares donde se exceda el abastecimiento. 

La intención es evitarlo, "para que este hito no se produzca tiene que haber la lluvia suficiente, pero si no llueve tenemos que estar preparados", ha señalado antes de incidir en la capacidad del Puerto para hacer frente a esta operación. 

"Esta red de conexiones está hecha desde hace años, pero hay que comprobar si está en buen estado para que se hagan estas transferencias y si tiene capacidad para asumir la cantidad de agua que traigan esos barcos", ha resumido Navarro. 

También ha informado de que el plan de la Junta pasa por aumentar la capacidad de la desaladora de Marbella –de los seis hectómetros cúbicos actuales a los 12–, además de instalar una desaladora portátil que añadiría otros ocho hectómetros cúbicos más; llegando en total a los veinte. 

Esto, junto con la nueva autopista del agua que se impulsa con la última obra anunciada este lunes, la que permitirá el aumento de capacidad para trasvasar agua entre la capital y la Costa del Sol hasta el doble, es clave para la administración regional a la hora de atajar la sequía tanto del litoral occidental, como, indirectamente de la Axarquía. Esta mejora en la estación de bombeo de Rojas "permitirá el abastecimiento de 600.000 malagueños", ha señalado Navarro. 

Además, ha añadido que se contemplan desalobradoras portátiles para acceder a aquellas aguas con una salinidad tan alta que dejaron de usarse hace años para el consumo, así como las aguas regeneradas para usos agrícolas, urbanos e industriales.