El 70% de los delitos que sufren los turistas son hurtos, una realidad delictiva que cada verano lleva a las fuerzas de seguridad a incidir en su prevención. La lucha contra los hurtadores y descuideros es complicada al no tratarse de delincuentes violentos, pero ésta es aun mayor cuando se enfrentan a auténticos profesionales.

El comisario provincial, Juan Jesús Peñalver, explicó ayer que el traslado de grandes masas de población a la provincia se convierte en un reclamo para este tipo de ladrones, que también acuden a la Costa del Sol en busca de víctimas potenciales.

El grado de especialización es tal, que las fuerzas de seguridad han detectado a descuideros que llegan a mimetizarse entre los turistas a través del vestuario y sus comportamientos.

Éstos llegan a relacionarse con los visitantes y no dudan en apuntarse a actividades turísticas para robar en un contexto en el que sea más difícil ser descubiertos.

Peñalver explicó que uno de los casos más curiosos que se han detectado es el de hurtadores que operan en determinados enlaces aéreos. "Hay individuos que, por ejemplo, se suben en un avión en Málaga con destino Barcelona y que aprovechan las zonas de embarque, una vez han pasado los filtros de seguridad, para cometer sus robos", señaló, y prosiguió relatando que, "una vez llegan a al destino, regresan de nuevo y realizan la misma operación".

El comisario provincial señaló que en un caso así es complicado que la víctima se percate en el momento de que ha sido víctima de un hurto y que no suelen imaginar el lugar dónde se ha cometido. Éste aconsejó tener siempre vigiladas las maletas y el equipaje de mano para dificultar la labor de estos delincuentes.