Málaga completaría la desescalada una semana después que varios ‘competidores’
Coronavirus
Empresarios confían en que la provincia acompase el ritmo al resto de Andalucía para no frenar su economía
Málaga lleva una semana de retraso respecto al resto de provincias competidoras en materia turística en España en la desescalada por el coronavirus, especialmente con las islas, aunque también pasaron a la primera fase el resto de provincias andaluzas -excepto Granada- y muchas españolas. El debate político lleva varios días encendido con la Junta de Andalucía y organismos locales como la Diputación o ayuntamientos como protagonistas. ¿Está perdiendo Málaga competitividad? ¿Podrá salir más tarde de la crisis económica por este retraso? ¿Recuperará Málaga la nueva normalidad, con el movimiento de turistas que eso pueda suponer, ya prácticamente en julio?
Se espera que, tras la presión de la Junta de Andalucía, el Gobierno replantee la situación y pueda pasar, junto con Granada, a la fase uno el próximo lunes, 18 de mayo, una semana más tarde que el resto de provincias andaluzas. La Junta de Andalucía incluso ha pedido al Ejecutivo presidido por Pedro Sánchez que Málaga y Granada vayan directamente a la fase dos el 25 de mayo, con el resto de provincias de la región, de forma que Málaga solo estaría una semana en la fase uno. Por ahora, la única realidad es que Málaga está en la fase cero y, si el Gobierno no cambia de parecer, seguiría así hasta el 25 de mayo, por lo que el desfase sería entonces de dos semanas en lugar de una.
El consejero de la Presidencia de la Junta de Andalucía , Elías Bendodo, afirmaba esta semana que el hecho de que Málaga y Granada no hubieran cambiado de fase se debía estrictamente a “razones políticas”. El presidente de la Diputación de Málaga, Francisco Salado -también del PP-, comentó el martes que ese retraso en el cambio de fase “es un gran daño para la economía y para la imagen de la Costa del Sol porque la imagen es un valor fundamental para promocionar cualquier destino”. Salado criticó que el Gobierno había trasladado al mercado nacional e internacional una imagen de “inseguridad” de Málaga y que eso provocaría más pérdidas económicas que se sumarían a los 4.000 millones de euros estimados entre el 15 de marzo y el 30 de junio.
Política
El PP, con Juan Manuel Moreno, Elías Bendodo o Francisco Salado, han criticado duramente la decisión del Gobierno de dejar a Málaga en la fase cero
¿Qué piensa el empresariado malagueño sobre este vaivén de fases? “Espero que el Gobierno haga las cosas bien de una vez porque por ahora solo ha ido parcheando y espero que nos pongan al mismo nivel de las demás provincias”, señala Sergio García, presidente de la Asociación de Agencias de Viaje de Andalucía (Aedav), quien apunta que, no obstante, “el daño ya está hecho porque la imagen exterior que ha dado España con esta crisis del coronavirus es horrible y que Málaga se haya quedado fuera de la fase uno ha sido la puntilla”. García cree que, al margen de las fases, “va a costar mucho trabajo lavar esa imagen” y espera que haya importantes campañas de promoción de las administraciones competentes.
Manuel Villafaina, presidente de la Asociación de Empresarios de Playas de Málaga, es menos pesimista y cree que una semana arriba o abajo no va a suponer un gran cambio. “Por los índices que se están viendo estoy seguro de entraremos en la fase uno el lunes y el 25 de mayo iremos a la fase dos directamente con el resto de provincias porque la situación que hay en Málaga es mejor que la de otros sitios”, expone Villafaina. En esta semana que se ha permanecido en fase cero señala que algunos propietarios de chiringuitos pensaban rescatar a algún empleado del Erte o habían adquirido comida que, finalmente, no han podido ofrecer en las terrazas. Pero insiste en que una semana no es relevante. “Somos conscientes de que este año vamos a tener pérdidas pero la economía no se puede parar. Si todos cerráramos se perdería el empleo y habría proveedores que se hundirían”, explica.
Luis Callejón, presidente de Aehcos
"Todos los destinos vamos a estar peleando por los pocos turistas nacionales que haya"
Luis Callejón, presidente de la Asociación de Empresarios Hoteleros de la Costa del Sol (Aehcos), da el verano por perdido desde hace ya varias semanas y el cambio de fase tampoco le preocupa especialmente porque los hoteles no esperan abrir sus puertas, al menos, hasta el 1 de julio. “Se está hablando de prolongar el estado de alarma hasta el 30 de junio y no va a haber movilidad entre provincias antes de esa fecha por lo que no tendría sentido abrir los hoteles antes”, esgrime. Callejón subraya que “todos los destinos vamos a estar peleando por los pocos turistas nacionales que haya” y están más pendientes de que se pueda prolongar los Ertes para sufrir menos desde el punto de vista económico que de las fases.
Juan Manuel Rosillo, presidente de la Asociación de Constructores y Promotores de Málaga (ACP), afirma que “cuanto antes vayamos acometiendo las fases previstas antes dejará de afectarnos a nivel económico y nuestro objetivo primordial es acceder a la fase uno sí o sí, aunque espero que Málaga y Granada se puedan acompasar al resto de Andalucía porque una semana de decalaje frena la economía”.
¿Qué supone cambiar o no de fase en la desescalada?
Cambiar de fase es importante tanto desde el punto de vista económico, porque se abre la mano a más actividad productiva, como anímica para la población. En el caso concreto, por ejemplo, de los restaurantes y bares la diferencia es la siguiente. En la fase cero, en la que sigue Málaga, solo se pueden abrir ofreciendo productos para llevar y, por tanto, no se puede consumir en el local. En la fase uno, en la que Málaga espera entrar el lunes, se podrá tomar algo en las terrazas aunque solo al 50% de la capacidad siempre que se asegure la distancia de seguridad. Expertos señalan que en otras provincias, pese a que ya estén en fase uno, el negocio está siendo mínimo porque hay pocos clientes y consumen poco por lo que hay locales que no han llegado ni a abrir. En la fase dos, que arrancará el 25 de mayo, los bares y restaurantes podrán ofrecer servicio en el interior del local siempre que se garantice la distancia y solo podrá haber la mitad del aforo. En la fase tres, que comenzaría el 8 de junio, se permitirá que haya gente de pie en la barra con separación de metro y medio y el resto seguirá igual. Las discotecas y bares nocturnos podrán abrir con un aforo máximo de un tercio.
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