Málaga

Medio siglo junto a la Tribuna de los Pobres

  • La administración de lotería, ubicada al inicio de calle Carretería, se traslada para siempre después de 53 años

Un hombre lee el cartel con el que la administración se despide después de 53 años.

Un hombre lee el cartel con el que la administración se despide después de 53 años. / Domingo Mérida

El paso del tiempo ha convertido algunos lugares de Málaga en elementos adheridos al ADN de la ciudad. Puntos icónicos del callajero que se entienden como una pieza indispensable de la composición urbana. Un sitio de encuentro en el que se esconde la historia de 53 años de vida.

El tradicional quiosco lotero, ubicado en la falda de la Tribuna de los Pobres, levantó las persianas por última vez el pasado jueves 29 de agosto y, ahora, busca comenzar una nueva etapa en calle Cisneros, como ha avanzado El Español. Patricia Carrillo es la tercera generación que se encuentra al frente de la Administración de Loterías nº4 (La Tribuna). Sus padres llegaron a la provincia en 1968. Su abuela era viuda de guerra y el Estado concertó unas ayudas como reconocimiento por el esfuerzo de las familias después de la contienda. Esta administración (la númer 4), se encontraba en calle Granada y su propietario había fallecido sin descendencia: “Se hizo concurso público y se adjudicó a mi abuela”, relata Patricia. Sonríe al ser preguntaba por la siguiente generación. “¡Sí, sí! Claro que hay relevo. Pero Paula tiene todavía 7 años, así que a ella le queda un tirón para llegar”.

Patricia Carrillo, frente a la nueva sede Patricia Carrillo, frente a la nueva sede

Patricia Carrillo, frente a la nueva sede / Domingo Mérida

Sus padres vivían en el pasaje Noblejas pero se trasladaron a Carretería porque, entre los requisitos, se encontraba la obligatoriedad de vivir a una distancia determinada de la administración: “Me he criado entre la plaza San Francisco y la Tribuna de los Pobres. Todos mis recuerdos giran en torno a lo que sucedía en esa calle”. Los comercios, las tiendas, las personas que vivían en la zona, subir, bajar...: “Era mi barrio”. No duda al ser preguntada por un momento concreto. La Semana Santa, y en particular el paso de la Virgen del Rocío por las escalinatas, conforman las vivencias que Patricia guarda con más cariño: “Nunca hemos participado en la vida de la hermandad, pero mi madre nos lo inculcó desde pequeños. También he sido muchos años hermana de Zamarrila”. Todos los años, cuando el cortejo pasaba por delante de la administración de loterías, le entregaban un ramo a la Virgen. Tiene la esperanza de que, en 2022, los tronos vuelvan a las calles y pueda cumplir con la tradición de encontrarse con la Amargura: “Ahora estamos en una de las entradas del recorrido oficial, así que vamos a vivirlo desde otra perspectiva. No nos vamos a separar de las hermandades, y eso es lo más bonito”, destaca Patricia.

El traspaso a calle Cisnero nº9 no era algo que estuviera en los planes de esta familia. Cuenta que, en las reuniones mantenidas con el Ayuntamiento (tanto de comerciantes como a nivel particular, en varias ocasiones), siempre le trasladaron verbalmente “que no se preocupara”: “En los planos oficiales, el quiosco aparecía en su sitio. En ningún momento me dijeron que teníamos que trasladarnos”, subraya. Añade que, durante estos tres últimos años, ha estado pensando que todo iba a seguir en el mismo lugar, viviendo una situación parecida a la del resto de negocios, teniendo que gestionar el acceso a su local y “sacar adelante el negocio”: “Nunca pensé que me iba a suponerse este desembolso”.

La nueva administración, ubicada en la esquina de calle Cinseros La nueva administración, ubicada en la esquina de calle Cinseros

La nueva administración, ubicada en la esquina de calle Cinseros / Domingo Mérida

Explica que no se le ha ofrecido ayuda para afrontar las dos deudas: la del quiosco, y la del nuevo establecimiento: “Me han dejado a mi suerte, con la titularidad pendiendo de un hilo. Menos mal que tengo a mi familia, que es con quien he sacado esto adelante”. El 5 de abril recibió una carta en la que se anunciaba que tenía que trasladar provisionalmente el establecimiento a otra ubicación. Explica que la normativa estatal no lo permite y que el Ayuntamiento era conocedor de esta situación. De tal manera que, el pasado jueves 29 de agosto, La Tribuna nº4 abrió por última vez en su sede tradicional: “La sensación fue como si hubiera vuelto a fallecer mi padre. Un duelo interno consolado porque sabes que, lo que está por venir, es bueno. Ese día me levanté desubicada; se acababa una etapa. Fue un momento de trascendencia personal. ¿Que si lloré? Claro, de forma íntima, pero lloré. Al fin y al cabo, es mi vida”. Sin embargo, entre la pena por el cambio destaca el papel que ha jugado la familia propietaria del local: “Se han portado estupendamente. Los dueños escucharon nuestra situación y han hecho un esfuerzo cuando podían no haberse complicado. Estamos muy agradecidos”.

Este cambio se presenta como una nueva oportunidad. La Tribuna 2.0 incluye la opción de compra online y un nuevo público potencial que sumar a la clientela fija. Por la puerta, pasan algunas personas que dan la enhorabuena a Agustín, marido de Patricia: “Felicidades por la apertura”, le dice una señora que acaba de llevarse un décimo. Poco a poco, la administración de loterías comienza a integrarse en la calle. Quieren aprovechar el cierre de Carretería para transferir el paso del público por Cisneros: “A ver si esta campaña de Navidad somos capaces de montar una calle bonita y la gente le toma el gusto a pasar por la zona”, afirma con optimismo.

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