Rafael Pérez Peña | Cónsul de Portugal y Decano del Cuerpo Consular

“La última ha sido la década prodigiosa de las inversiones portuguesas”

  • El cónsul de Portugal y decano del cuerpo consular explica la “labor asistencial” que realizan en el campo económico, turístico, social y cultural y reclama mayor reconocimiento

Rafael Pérez Peña en el paseo marítimo Antonio Machado.

Rafael Pérez Peña en el paseo marítimo Antonio Machado. / Javier Albiñana (Málaga)

Desde la ventana de su despacho que mira al Paseo Marítimo Antonio Machado, Rafael Pérez Peña tiene una vista privilegiada del mar, seña de identidad de esta Málaga efervescente de la que se siente orgulloso. Quizás por ser ejemplo de un lugar capaz de atraer turismo, residentes e inversión extranjera. Esto lo conoce de primera mano desde hace años. Desde 2003 es cónsul honorario de Portugal y desde febrero, decano del cuerpo consular.

–En la provincia hay 43 cónsules, ¿cuál es su función principal?

–Un cónsul ejerce de enlace administrativo, económico y cultural entre los súbditos a los que representa y país en el que está destinado. Se diferencian de las embajadas en que ellos tratan temas políticos y nosotros no. El nuestro es un servicio asistencial, de ahí que la relación con las administraciones esté a la orden del día.

–¿Qué significa ser un cónsul honorario?

–Pues que no eres un cónsul de carrera, no eres diplomático ni funcionario del país al que representas y se realiza un nombramiento ad honoren, es un honor que te hace el país. Generalmente este cargo no tiene retribución económica. En mi caso, es de forma totalmente altruista.

–¿Y por qué?

–Pues es un win to win. Es normal que las grandes empresas que vienen a hacer negocios aquí contacten con su cónsul y se establece una relación en la que ganamos todos. Generalmente los cónsules son abogados y economistas. Pero por encima de ello, lo que sí es verdad es que la labor que haces hacia los súbditos es sin contrapartida ninguna.

–¿Qué tipo de labores humanitarias realizan?

–Visitar a los presos, intentar resolver problemas con la Policía, traslado de fallecidos, procurar la vuelta a su país de origen cuando se han quedado sin dinero, estar presentes cuando nos necesitan, en definitiva. Cuando estaban construyendo la autovía de Torre del Mar, se hundió uno de los puentes y los trabajadores de la subcontrata eran portugueses. Murieron varios de ellos y estuvimos ahí. Cuando la crisis, venían grupos de portugueses que se habían quedado colgados con las constructoras.

–¿Y se presentaban directamente aquí?

–Venían con las maletas, cuadrillas enteras que se habían quedado sin dinero para poder volver. Durante mucho tiempo lo financié yo y luego conseguí que lo hiciera el gobierno portugués. El cuerpo consular siempre ha sido cruz y guía. El asilo de Los Ángeles, el asilo de San Manuel, las Hermanitas de los Pobres, el Cementerio Inglés, el Hospital Noble... todo esto lo hicieron cónsules.

"El cuerpo consular siempre ha sido cruz y guía, el asilo de Los Ángeles, las Herminitas de los Pobres, el Hospital Noble lo hicieron cónsules"

–Esto al margen de los temas administrativos...

–Sí, partidas de nacimiento, renovación de pasaporte, carné de identidad, una fe de vida o un poder para que venda algo en el país en concreto...

–¿Hay mucha inversión portuguesa en Málaga?

–Esta última década ha sido la década prodigiosa de las inversión portuguesa en Málaga, algo que a lo mejor muchos no saben. Plaza Mayor, Worten, Ibericar, las gasolineras Galp, el Museo del Automóvil son portugueses. El aceite de oliva que vende Mercadona es de un empresa lusa.

El cónsul de Portugal en su despacho. El cónsul de Portugal en su despacho.

El cónsul de Portugal en su despacho. / Javier Albiñana (Málaga)

–¿Y de dónde parte el origen del cuerpo consular?

–El reino nazarí de Granada ya tenía un acuerdo con los genoveses y un lugar, el Castillo de los Genoveses, que estaba bajo lo que hoy es la plaza de la Marina, en cuyo territorio no tenía poder el reino nazarí. Desde el siglo XIII ya existía un representante de la colonia genovesa en el consulado del mar, que era como se llamaban. En el siglo XVII, a raíz de la paz de Westfalia, se crean los estados modernos y los estados empiezan a nombrar cónsules políticos. Los primeros en llegar a Málaga son el danés y el holandés.

–¿Llegaron por razones comerciales?

–Claro. Venían los barcos a puerto y para conseguir los permisos, para que tuviera más fuerza el estado del barco, se nombraba al consignatario cónsul honorario para que hablase con las instituciones y les facilitase el camino.

–¿Siempre ha sido una especie de intermediarios?

–Más que intermediarios han sido representantes de un país y han velado por los intereses de los súbditos de estos países.

–¿Qué labor realizaron los cónsules durante la Guerra Civil?

–Ya se sabe que el Porfirio Smerdou, cónsul de México, salvó a mucha gente. Pero lo que no se conoce tanto es que el italiano Tranquillo Bianchi, que supuestamente era de un gobierno fascista, salvó a un montón de personas también, de un bando y de otro y, por ello, pidieron su destitución tanto el Gobierno republicano como el nacional. El cónsul británico era el que proporcionaba pasaportes falsos para que pudieran huir por Gibraltar.

–¿Por qué la escuela de Hostelería de Málaga se llama La Cónsula?

–El último cónsul de Prusia vivía esta finca. Cuando falleció se quedó su viuda y, por tanto, pasó a ser la casa de la cónsula.

–¿Qué otros cónsules en Málaga destacaría?

Fernando de L’Essep, el que hizo el canal de Suez e inició el de Panamá con Eiffel, fue cónsul de Francia en Málaga. En una tesis doctoral se recogen los 400 años de historia del cuerpo consular. Cuando se crea la Cámara de Comercio de Málaga siete de los fundadores son cónsules y el primer presidente fue Heredia Livermore, cónsul de Portugal en ese momento. Todos los presidentes de la Cámara hasta los años 60 fueron cónsules.

"De los 600.000 residentes extranjeros censados en Andalucía, viven en la Costa del Sol más del 60%”

–Desde hace 400 años hasta ahora, ¿cuál ha sido su etapa más floreciente?

–Cuando Málaga tenía 70.000 habitantes ya contaba con 32 cónsules, eso da cuenta de la importancia que siempre ha tenido el cuerpo consular en la Málaga económica y social. Desde el siglo XVIII, cuando los puertos de Sevilla y Cádiz dejaron de tener la exclusiva de comerciar con América, Málaga se dispara y ese es el origen del mejor momento que ha tenido la provincia.

–¿En qué punto estamos ahora?

–En uno de los mejores. De los 600.000 extranjeros censados en Andalucía más de 260.000 están en la Costa del Sol, más del 60%. Y de los más de 200.000 extranjeros dados de alta en la Seguridad Social, el 40% están en Málaga. Esto a pesar de que hay muchos que no quieren estar censados. Esa es la guerra que tienen los ayuntamientos.

Pérez Peña junto a la bandera de Portugal Pérez Peña junto a la bandera de Portugal

Pérez Peña junto a la bandera de Portugal / Javier Albiñana (Málaga)

–¿Qué tiene la provincia para atraer a tanto extranjero?

–En primer lugar el clima. En segundo, la seguridad y en tercer lugar, el negocio. En Málaga se ha llevado a cabo una metamorfosis, algo que se estudiará en el futuro. Málaga hoy es referencia de toda España, se desmarcó por su apuesta por el Parque Tecnológico, por el I+D+i, y por el tema cultural, esto es lo que hoy nos ha ubicado en todos los sitios. Ahora mismo no existe un sector en el que Málaga no sea una oportunidad, agrícola, cultural, tecnológico, inmobiliario, logístico...

–¿Y qué le falta?

–No es tanto un mayor número, sino unas inversiones que se rentabilicen más. Las promociones turísticas se deben enfocar al turismo del este, chino, indio, japonés, que son los que realmente vienen con un valor añadido más interesante. También fortalecer más el sector de congresos. Málaga necesita un puerto deportivo importante, además de un acceso más directo al PTA y el tren litoral hasta Marbella.

"Ahora mismo no existe un sector para el que Málaga no sea una oportunidad, agrícola, cultural, tecnológico, inmobiliario, logístico...”

–¿A qué situaciones se ha tenido que enfrentar desde que es cónsul?

–Un par de chicos portugueses terminaron el curso en una escuela de hostelería de Marbella, estaban de celebración, iban en un coche y se pusieron en paralelo a un vehículo de la Policía local. El copiloto sacó el brazo por la ventanilla e hizo como si disparase. Fueron arrestados, uno de ellos era el hijo de un’a parlamentaria portuguesa. Hace poco, un grupo de un viaje de estudios de alumnos portugueses la lió en Torremolinos. Tiraron a la bañera un televisor.

–También intervino en la gestación del Plaza Mayor...

–Cuando se crea Plaza Mayor los portugueses querían una estación dentro del centro comercial y el Ministerio de Obras Públicas dijo que ni hablar. El arquitecto vino, habló conmigo, fuimos a hablar con el embajador y él lo hizo con Álvarez Cascos. Y ahí está la parada. Esta vez, con la ampliación, no han recurrido ni al consulado británico ni al portugués. Si lo hubieran hecho quizás le habría ido de otra forma y no estaría parado.

–¿Cómo son los portugueses?

–El embajador que me nombró me explicó claramente la diferencia entre españoles y portugueses. Me dijo que mientras un portugués habla en condicional, un español lo hace en imperativo. El portugués es una persona amable, sencilla, muy educada, muy entrañable aunque siempre un poco acomplejada del español por esa prepotencia que a veces tenemos.

–¿Hay muchos trabajadores portugueses en Málaga?

–Va dependiendo de la evolución de la economía. Ahora donde tenemos más es en el PTA, pero hay que tener en cuenta el buen momento que vive Portugal. El turismo ha doblado ya su población, se ha puesto de moda.

–¿La función del decano del cuerpo consular es agruparlos a todos?

–Sí. La figura del decano es representar a la institución en pleno, tratar de que las instituciones consideren al estamento como autoridad. Aún así, te das cuenta de que ninguna institución ha reconocido de forma especial al cuerpo consular. Se le han dado medallas al bailaor, a la cantante, al humorista, a la asociación, a la cooperativa, a la cofradía, pero no al cuerpo consular y esta es una mis reivindicaciones.

"Málaga necesita un puerto deportivo importante, además de un acceso más directo al PTA y el tren litoral hasta Marbella"

–¿No se le reconoce lo suficiente?

–No, y eso que representamos al 30 ó 40% de la población y que lo hace de una forma callada, efectiva y en todos los ámbitos, cultural, económico, turístico, institucional.

–¿Qué se ha hecho desde que es decano del cuerpo Consular?

–Desde que llegué hace ocho meses hemos creado una cátedra de internacionalización del cuerpo consular con la UMA para que cuando recibimos a los chicos Erasmus -este año han venido más de 2.000 de 74 países, entre ellos Mongolia- podamos tener a expertos de la Unión Europea, de la ONU para hablarles de derecho, de marketing internacional... En abril haremos una exposición en la calle Larios sobre la historia del cuerpo consular. Vamos a firmar un proyecto con Prisiones y con el Colegio de Abogados para que podamos hablar con los presos por videoconferencia, hemos llegado un acuerdo con Cifal y para 2021 tenemos previsto un congreso de cónsules en Málaga.

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