Toque de queda en Cañete la Real para fumigar grillos
Un equipo especializado fumiga las calles del municipio para acabar con la plaga de insectos que mantenía en vilo a los vecinos durante las horas de descanso nocturno
Día D. Hora H. Noche cerrada sobre Cañete la Real. Ha llegado el día que muchos vecinos esperan: es el momento de acabar con la plaga de grillos que desde hace varias semanas altera el sueño de este municipio de la comarca del Guadalteba.
Nada más llegar al pueblo queda claro que los grillos están en plena forma a pesar de que uno de los agentes de la Policía Local afirma que la presencia de los insectos ahora es mucho menor que días atrás.
Habrá menos, pero la sinfonía de estos insectos se sigue escuchando en cualquier rincón como si de una gran orquesta en plena actuación se tratara. "Hace unos días era imposible dormir", decía un vecino.
El lunes 14 por la noche (Día D, Hora H) las calles de Cañete la Real están desiertas. Los vecinos han atendido sin rechistar el bando pidiendo que no se saliese a la calle entre las 21:00 horas y las 00:00 horas. Era la hora del equipo de fumigación.
Mientras tanto en una nave del interior del casco urbano dos operarios, un técnico y el conductor de un tractor lo preparan todo. Ataviados con los llamativos monos blancos, gafas, mascarillas y guantes, la imagen parece más propia de alguna película o sacada de alguna de las zonas que han sido afectadas por catástrofes de contaminación, aunque todo es fruto de las medidas de seguridad que se deben adoptar para el manejo del producto con el que se pulverizó la gran mayoría del municipio, en especial, las zonas más próximas al campo.
Mientras el equipo de fumigación va recorriendo las calles, las ventanas y las puertas de la mayoría de las casas están cerradas a cal y canto. Únicamente algunos vecinos se asoman raudos a las ventanas para observar los trabajos en sus calles o momentos antes de que lleguen los fumigadores a sus puertas.
El resto, la gran mayoría, permanece en el interior de sus viviendas y deja una imagen casi fantasmagórica, como si los vecinos se hubiesen marchado. Únicamente el ruido de los grillos y las conservaciones entre el equipo de fumigación rompen el silencio de la noche.
Ahora, una vez fumigado el casco urbano, se espera que la presencia de grillos disminuya de forma considerable, aunque las semanas que han pasado han permitido a los insectos buscar refugio en casas, patios o terrazas, en los que únicamente sus propietarios podrán ir acabando con ellos de forma gradual.
En cuanto a las causas, el técnico responsable del operativo coincide con otros expertos al considera como causa de esta invasión de grillos una eclosión adelantada de la puesta con motivo de la prolongación del verano.
Además, aunque no menor incidencia, también se detectó un aumento de la población de grillos en otras localidades próximas, como Almargen o Campillos.
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