La UMA concede cincuenta becas para iniciar a los estudiantes en la ciencia
Cincuenta y cuatro alumnos de grado y 67 de máster se disputan las ayudas de 1.500 euros de la Universidad de Málaga
La primera convocatoria de ayudas para iniciar en la actividad científica a estudiantes de grado y máster cuenta con 121 aspirantes que compiten por las 50 becas previstas en el Plan Propio de Investigación de la Universidad de Málaga.
La estrategia desplegada por el Vicerrectorado de Investigación en este plan pasa por poner el acento en los recursos humanos como piedra angular del potencial científico de la institución desde los primeros estadios de la vida académica. Estas becas para alumnos prevén 1.500 euros para estudiantes de último curso de grado que deberán desarrollar durante cinco meses un trabajo de investigación tutelado por un doctor con no menos de seis años de experiencia investigadora que además pueda acreditar disponer de financiación para llevar a cabo el trabajo. El estudiante recibe un estipendio mensual de 300 euros. En el caso de los alumnos de máster la beca asciende a 1.750 euros (350 euros al mes) también para un periodo de cinco meses. En ambos casos se ha previsto una gratificación adicional por un importe máximo de 500 euros si la investigación es publicada en una revista científica.
La Universidad de Málaga pone como condición mínima a los solicitantes tener una nota media de siete. A partir de ahí el comité seleccionador tiene en cuenta sobre todo el expediente académico, ponderado por área de conocimientos y en segundo lugar la calidad de la memoria para elegir los proyectos que beca. Las calificaciones suponen el 90% de la valoración final y la investigación propuesta el 10%. Los aspirantes seleccionados están obligados a incorporarse al departamento universitario que les corresponda por área de conocimiento, donde deben prestar una colaboración equivalente a 15 horas semanales.
De las 121 solicitudes, 54 han sido presentadas por los alumnos de grado y 67 por los de máster. La mera estadística indica que los solicitantes que todavía están estudiando la carrera tienen más posibilidades. En este caso el promedio es solo de un solicitante y medio por beca. La competividad, sin embargo, es mayor en el posgrado con 3,3 aspirantes por ayuda.
La distribución de los interesados en estas becas de iniciación en la actividad científica se distribuye por todas las áreas de conocimiento sin excepción, si bien predominan los de ciencias en el caso de las becas para alumnos grado y las ingenierías en el posgrado.
Las 18 solicitudes formuladas por estudiantes de último curso de alguna de las carreras de ciencias representan el 33% del total. Detrás figuran los de ciencias sociales, con 12 proyectos (22%), ingenierías con 11 (20%), ciencias de la salud donde se han registrado nueve solicitudes (16%) y humanidades con cuatro (7%).
Esta distribución por áreas registra cambios notables en el caso de los estudiantes de posgrado, puesto que destacan las peticiones formuladas por estudiantes de máster de las ingenierías, que con 22 proyectos representan el 32% del total. Detrás se sitúan las de ciencias sociales y ciencias, con 14 peticiones en cada caso (20%), humanidades con 11 (16%) y ciencias de la salud con seis (9%).
Aunque esta es la primera convocatoria de iniciación a la actividad científica que se incorpora al plan propio de investigación de la Universidad de Málaga, esta idea se exploró en los últimos dos cursos a través de convocatorias extraordinarias que a grandes rasgos contemplaban las mismas características. La diferencia ahora es que las becas forman parte de una estrategia y de un compromiso previo y no quedar al albur de la oportunidad y del interés que pueda existir en cada ocasión.
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