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Académicos presentan un escrito al Puerto de Málaga señalando que el concurso de la torre ha caducado y hay que repetirlo
Destacados urbanistas, arquitectos, catedráticos y economistas exponen las deficiencias del proyecto desde los distintos ámbitos y avisan: "Ya está todo dicho, ahora hay que vernos en las calles, pasar a la acción"
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La Academia de Bellas Artes de San Telmo ha presentado un escrito al Puerto de Málagaavisando de la caducidad del trámite de competencia por el que se otorgó el proyecto de la torre del puerto al fondo ligado a la familia real catarí Al Alfia. En el mismo, que según ha indicado el abogado de la entidad, Juan Ramón Fernández Canivell, tienen un mes en la Autoridad Portuaria para responder, implica que deben repetir todo el proceso de la concesión del proyecto. Con esto, a la ya conocida pugna jurídica que iniciaron desde la Academia, se abre un nuevo frente, en este caso administrativo, sobre la concesión.
El anuncio se ha producido en unas jornadas celebradas en el Rectorado de la Universidad de Málaga y en la que se han reunido destacados arquitectos, urbanistas, catedráticos y economistas bajo el título La torre del puerto y la deriva del Urbanismo en Málaga. Hay que recordar que desde la Academia de Bellas Artes de San Telmo ya vienen defendiendo que, con el simple cambio de proyecto, arquitecto y altura, ya se están produciendo cambios sustanciales suficientes como para tener que repetir el concurso por parte del Puerto, una idea que Fernández Canivell ha vuelto a subrayar.
El mejor resumen de la jornada, es empezar por el final: Carlos Álvarez, barítono, que ha presentado el acto, cuando ha afirmado que "todo está ya dicho sobre la torre del puerto, quizá lo que tenemos que hacer es vernos en las calles. Pasar a la acción directa". Antes había dicho que lo recogido en más de dos horas de ponencias podía convertirse en un "manifiesto" de la causa civil contra la torre del puerto.
Previamente, Eduardo Mangada, arquitecto y urbanista de 92 años, que llegó a ser primer teniente de alcalde de Madrid y Consejero de Ordenación del Territorio de la Comunidad, se ha mostrado asombrado por la calidad del debate y ha felicitado a Málaga por la altura intelectual demostrada. Para, renglón seguido, decir que el alcalde "debería tomar cuenta de lo aquí dicho y escucharlo. No como una recomendación, sino como un mandato. Si no lo hace, es que la ciudad merece otro alcalde".
Las ponencias previas, a las que hacía referencia Mangada, han estado protagonizadas por Ángel Asenjo, arquitecto urbanista y Juan Ramón Fernández Canivell, en representación de la Academia de Bellas Artes de San Telmo; Damián Quero y Salvador Moreno Peralta, ambos arquitectos y urbanistas, por el Instituto de Estudios Urbanos y Sociales (IEUS); el citado Mangada; Matías Mérida, catedrático de Geografía de la UMA, en nombre de Defendamos Nuestro horizonte; Víctor Fernández, catedrático de Geografía de la US y Javier Aguilera, arquitecto y urbanista, como miembros de ICOMOS; Rafael Martín, arquitecto Urbanista por la Academia Malagueña de Ciencias; Carlos Rosa, arquitecto urbanista, como el director de la Escuela de Arquitectura de la UMA que refirió un informe sobre la evaluación ambiental del proyecto, y Rafael Esteve, economista, como miembro de la Academia Andaluza de Ciencia Regional.
Los puntos coincidentes han sido elevados. Entre ellos, las múltiples deficiencias en el proceso administrativo para otorgar la concesión demanial del proyecto de la torre, la falta de informes consecuentes, o los fallos en ellos –desde un informe de Movilidad que no tiene en cuenta la afección del aparcamiento del Muelle 1, hasta un informe ambiental que recoge que, si no se mira, la torre no tiene afección al paisaje–, también han redundado en las numerosas –más de un millar– alegaciones presentadas, la falta de conversación y escucha activa con la ciudadanía durante la década en que se ha extendido el proceso, los cambios en de diseño y altura de la torre, pero también de arquitecto. Por no hablar de la falta de viabilidad económica que demuestra una torre a un kilómetro de la ciudad, con los elevados costes que supone y su, evidente a ojos de los expertos –más de 1.000 kilómetros cuadrados en el área terrestre de visibilidad– impacto sobre el paisaje que supone.
Se ha dudado de la existencia, incluso del proyecto presentado por el último arquitecto, el Premio Pritzker británico David Chippperfield; al que Álvarez ha señalado que se le invitó a debatir sobre el proyecto desde IEUS en su próxima visita a Málaga. Este, según ha trasladado, habría devuelto la misiva afirmativamente, pero desde entonces hace seis meses "y no hay noticia por parte de Chipperfield".
Ángel Asenjo, en su intervención también se ha referido al arquitecto británico y a su proyecto. O, mejor dicho, a la falta de él. El arquitecto –que ha recordado los hitos históricos de la tramitación y las alegaciones que han presentado desde San Telmo –incluidos los informes ambientales caducados que hubo que repetir–. "Que sepamos no hay documento [por el proyecto ejecutivo de Chipperfield que el Puerto asegura que recibió en marzo y que están estudiando] presentado alguno. Aunque estos días vienen diciendo todo lo contrario, situación bastante poco creíble y de manera confusa", ha afirmado con rotundidad.
Damián Quero ha señalado seis puntos por los que habría que desechar la propuesta de levantar un rascacielos en el puerto, en un discurso en el que ha destacado el paso de la gestión ilustrada del puerto el siglo pasada al "absolutismo iletrado de hoy". Ha señalado el origen de la propuesta como un motivo de sospecha, además de decir que hasta última hora no se compensó ambientalmente a la ciudad, pero ha pedido a su "querido Chipperfield que el interés público no se compensa con una promenade [paseo] bajo los tilos". Y ha afirmado que la gestión del proceso da muestras de un "despotismo que ni es ilustrado ni está cerca de serlo".
Cargado de retranca ha estado el discurso de Moreno Peralta, que ha recordado el fallido barrio de La Malagueta, que podía haber sido un acierto de haberse dibujado, como proponía el PGOU del 50 que no se publicó, con un máximo de tres o cuatro alturas, que la idea actual sólo convertiría a Málaga "en una Dubai de provincias" cuando la brillantez de la ciudad estaba en el Plan del 83 –que él y Quero firmaron junto a José Seguí, autor del primer proyecto de la torre del puerto–, que dejó una ciudad "bien dotada y ordenada".
En ese sentido, ha indicado que es necesario que el alcalde "que se ha caracterizado hasta ahora por una gestión brillante" escuche la presión y dé marcha atrás, justificando que el propio Chipperfield "nos exime de la carga de la prueba, con cinismo colonial, cuando dice que abraza la causa de la sostenibilidad, pero vive y come de lo insostenible". En este sentido ha pedido al Pritzker que "no perpetre aquí lo que no haría en su pueblecito de Corrubedo [Galicia]".
Matías Mérida ha hecho un análisis del impacto paisajístico, afirmando que será similar al que tuvo la torre de Valencia sobre la Puerta de Alcalá en Madrid, que la dejaba completamente desdibujada. También ha hecho referencia a quien la ha comparado con la Torre Eiffel en París, pero ha señalado que, más bien, debería hacerse con la torre Montparnasse, que queda por encima de todos los referentes parisinos y ha sido muy contestada en la ciudad francesa. En la ciudad hay un chiste que dice que tiene la vista más bonita de París por ser el único punto desde el que no se ve la propia torre, incluso pasados cincuenta años de su construcción. También ha criticado el informe de impacto ambiental que permite la construcción del proyecto y que firmó la Junta de Andalucía.
Sobre ese mismo informe escribió Carlos Rosas cuando era director de la Escuela de Arquitectura de la UMA. Ha subrayado que en su departamento había voces a favor y en contra de la torre, lo que era positivo por sí mismo. Sin embargo, en el documento en que analizó tenía múltiples "deficiencias". Además, ha puesto el ejemplo de cómo en Colonia, mediante un progreso de diálogo y consensuado, se pudo reducir y dispersar en más edificios el proyecto de cinco torres, que amenazaban el paisaje sobre su Catedral, que es Patrimonio de la Humanidad. "La arquitectura no trasforma una ciudad si no existe antes un proyecto colectivo detrás", ha dicho tras afirmar que "darle sentido al urbanismo, como en el caso de Colonia, no pasa por la imposición, sino por la colaboración".
En otra comparación, Fernández –de quien ha tenido que leer su discurso Carlos Álvarez por un problema médico que le ha impedido estar en Málaga– ha recordado la leyenda que cuenta que Pelli justificó la altura de su torre en Sevilla porque podría sacar a bailar a la Giralda. "Aquí jugará a la pelota con la Farola".
Fernández Esteve, en su caso, ha dado "cinco pinceladas" para explicar por qué el proyecto es una "chapuza" desde los distintos informes hasta dudando de su viabilidad económica. Además, ha recordado que el hotel Vela "mide 50 metros menos" y necesitó de entre "60 y 80 millones de inversión" para protegerle del mar, estando dentro del litoral, "¿qué inversión no hará falta para la torre del puerto, que está a un kilómetro del mar y cuya única protección" es el espaldón del dique de Levante, preguntándose quién pagará esa obra necesaria.
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