Hay que ayudar a Maia a andar
La familia de una niña de cinco años con parálisis cerebral vende un bonito cuento sobre integración a través de internet para abonar los caros tratamientos que necesita la pequeña


Maia tiene cinco años y nació con una parálisis cerebral que, entre otras muchas consecuencias, le está imposibilitando andar. Su familia se ha volcado con la pequeña y ha lanzado una original campaña a través de internet para recaudar fondos que permitan abonar parte de los tratamientos que necesita. En casa de los abuelos de Maia había un ajedrez y su hermana Iris, dos años mayor, cogió un caballo blanco y lo extravió. Pusieron en su lugar un osito de peluche. El abuelo creó un pequeño cuento en el que se explicaba que ese oso, aunque era distinto a los demás, quería ser como un caballo y luchaba por ello, haciendo un símil con la situación de su nieta. Lo que partió como una anécdota se ha convertido en un cuento mayor, ilustrado con fotografías y que puede ser adquirido desde tres euros en una plataforma llamada Verkami. Se llama El oso que quería ser caballo. Un cuento diferente y lo recaudado servirá para ayudar a esta niña.
Maia es la segunda hija de Maura Verástegui, una joven vasca que se trasladó a Málaga en el año 2003 para trabajar en el Museo Picasso, donde permaneció muchos años, y posteriormente en el Museo Thyssen. Su segundo embarazo era, aparentemente, normal. "Estaba de 38 semanas y fui al hospital Gálvez porque me dolían los riñones. No sé qué pasó exactamente, parece ser que un virus provocó que la placenta empezara a funcionar mal y que en lugar de enviarle oxígeno a mi hija a través del cordón me lo enviaba ella a mí", señala Maura. Le tenían que hacer una cesárea de urgencia porque la pequeña tenía el pulmón colapsado. "Me dijeron en la Gálvez que me fuera corriendo al Materno. Era Lunes Santo, con el Cautivo en la calle, y no pude coger taxis ni ambulancias. Tuve que ir andando hasta el Materno de nueve meses", recuerda la progenitora. "Cuando llegué me vi rodeada de un montón de médicos y vi que no era normal. En los días anteriores había notado que la niña se movía poco, pero no me lo podía creer", prosigue.
Maia nació con problemas cerebrales por falta de oxígeno y el resto de órganos dañados. "Pregunté a los médicos si podría andar, ver, etcétera y nadie sabía cómo sería la evolución", narra esta madre que explica que "los primeros años fueron muy duros". Lógicamente lo siguen siendo, pero Maura está tirando de fortaleza interior para ayudar a su hija.
Hace dos años decidieron volver a su Vitoria natal porque tenían mejores condiciones económicas allí y los tratamientos son caros. "Maia empezó con epilepsia, con asma..., teníamos que estar mucho en el hospital y mi marido tenía un trabajo mejor en Vitoria por lo que nos mudamos, aunque quiero destacar que tengo al hospital Materno en un pedestal. He vuelto varias veces con la niña a Málaga para que la vean los médicos porque son fantásticos y aquí hay más recursos".
En Málaga también dejó muchos amigos, sobre todo en el Museo Picasso, y varios de los empleados de la pinacoteca le han ayudado en la elaboración del cuento que, además, se va a imprimir en esta ciudad, así como postales y pegatinas. "Estoy alucinada porque desde Málaga es desde donde más están empujando. Piensas que la gente está lejos y, al revés, me están apoyando mucho", afirma. Maura asegura que le encantaría volver a Málaga a vivir con su familia, aunque denuncia que los colegios no están bien adaptados para personas con discapacidad.
Maura hace hincapié en que no es una campaña al uso para pedir dinero porque "no me gusta, sino que damos a cambio un cuento que espero que le encante a muchas personas". Es, sin duda, un magnífico regalo de Navidad. Un cuento, ayuda a una pequeña que está peleando duramente ante la adversidad, y una lección vital para recordar que la salud es siempre lo más importante.
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