Málaga

El blindaje del casco histórico al tráfico funciona

  • El punto de control colocado en la calle Alemania hace que el tránsito pase de unos 4.600 vehículos diarios a unos 300

El temor al fracaso del plan de restricción de tráfico en el casco antiguo de Málaga se ha ido difuminando con el paso de los meses. Tras no pocos años de análisis, estudios e indecisión, el Ayuntamiento se atrevió a mediados de 2009 a impulsar un plan que suponía de facto cerrar el centro histórico como eje de paso para los vehículos, a excepción, eso sí, de los residentes del barrio, la carga y descarga y demás de coches autorizados.

Algo más de dos años después de su puesta en servicio, las conocidas pilonas retráctiles se han convertido en una parte más del paisaje urbano, sin que sus limitaciones hayan generado grandes quebraderos de cabeza en la urbe. La experiencia de Málaga, tomada de otras ciudades pioneras en medidas de este tipo como Vitoria y Córdoba, entre otras, choca de lleno con lo ocurrido en Sevilla. Mientras el nuevo equipo de gobierno del PP, al frente del cual se encuentra el alcalde Juan Ignacio Zoido, ha decido derogar el plan de accesos, permitiendo de nuevo la entrada al corazón de la capital hispalense, en Málaga no sólo no se contempla dar marcha atrás sino que además se dan pasos adelante, como la creación de una área limitada en torno al Centro de Arte Contemporáneo (CAC), en funcionamiento desde la semana pasada.

Y por los datos aportados por el área de Movilidad, ya en los primeros días el efecto de los pivotes fijados en la zona es más que notorio. El concejal de este departamento, Raúl López, explicó a este periódico que si a principios de mes, antes de la implantación del sistema de control, se contaba una intensidad media de unos 4.163 vehículos diarios; "ahora la cifra cae a unos 300, incluyendo los residentes, los coches que salen del aparcamiento que hay y muchos despistados a los que ahora mismo se les está permitiendo pasar".

La experiencia que ahora se constata en la calle Alemania es un reflejo fiel de lo que se produjo a los pocos meses de poner se en marcha el plan de pilonas en el centro de la ciudad, donde se crearon cinco puntos de control de acceso en las calles Cisneros, Nosquera, Císter, Méndez Núñez y Sancha de Lara, con sus respectivas salidas. Por estos itinerarios, según la norma, sólo pueden circular vehículos autorizados, como son los residentes, comerciantes, transportistas de carga y descarga y servicios oficiales como la Policía Local, Bomberos y emergencias.

Desde mediados de 2009, la aplicación de estas acciones, junto a la progresiva peatonalización de diversas calles del casco antiguo, ha traído consigo una reducción significativa en el tráfico que a diario pasa por el centro, pasando de unos 62.300 vehículos en 2004 a menos de 10.000 en julio de 2009, lo que equivale a un 84% de bajada. Un efecto que se deja notar también en la contaminación que este tráfico generaba, que pasó de 9,3 toneladas de C02 a 1,4 en el año 2009.

Si bien no se disponen concretos para cada uno de los itinerarios, los datos actuales son más que llamativos. En este sentido, López preció que por el itinerario Nosquera-Comedias pasan ahora de media 98 vehículos diarios, incluyendo carga y descarga; mientras que en el caso del punto de control de Císter (suprimido en los últimos meses por las obras de reurbanización en el entorno del Palacio de la Aduana) ha llegado a contabilizar hasta 600 vehículos. A pesar del buen comportamiento del sistema, el área de Movilidad no contempla extenderlo mucho más. "Lo que queremos ahora es que, una vez abiertos los puntos de Cisneros y Cortina del Muelle, afectados por las obras, hacer un balance global, viendo el número de movimientos", señaló el edil del PP, que tiene claro que "a medio plazo" la línea a seguir debe pasar por quitar las pilonas retráctiles, una vez el comportamiento de los ciudadanos así lo permita.

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