Gastronomía campera

En busca del campero perfecto: 'Malaka' exporta el bocadillo de Málaga por antonomasia

  • Siempre está el típico que, con el primer bocado aún en la boca de cada campero que se come, suelta eso de "Esto lo venden en Madrid y se forran"

Sólo hay una manera correcta de comerse un campero: con los ojos y las mandíbulas desencajadas.

Sólo hay una manera correcta de comerse un campero: con los ojos y las mandíbulas desencajadas.

Si en la serie Malaka, de la que no paramos de hablar, los agentes Gámez y Arjona, interpretados por Maggie Civanto y Salva Reina, no se llegan a comer un campero, esto no habría quien se lo creyera.

¿Quién no tiene un amigo de fuera de Málaga al que ha invitado a la ciudad casi y exclusivamente para llevarlo a comerse un campero? El campero es la quintaesencia malagueña.

Cuenta la leyenda que los camperos surgieron a finales de la década de los 70 de la cocina del extinto Los Paninis. Hoy día, si aún existiera, se podría declarar Bien de Interés Cultural, un lugar destinado a la peregrinación de los gurmés de las ideas simples y geniales.

El momento campero en Malaka

Una Meca del pan redondo, calentito, pasadito por la plancha, con su jamoncito y su lonchita de queso. Los diminutivos casan a la perfección con el cariño que le tiene el malagueño medio a un buen camperito, con su lechuguita, y su tomatito, y su mijita de mayonesa...

El campero es un manjar básico, que puede incluir prácticamente cualquier cosa que se nos ocurra meterle dentro, pero como todo lo sencillo que funciona, roza la perfección.

Sin embargo, el campero no es para todos. Hay a quienes no les gusta (lo ven basto, dicen) y, además, se atreven a decirlo. No juzgaremos aquí a esos seres porque tiene que haber de todo en la viña del Señor y porque así los demás tocamos a más.

Pero tampoco iremos con ellos a ninguno de los siguientes locales donde podemos meternos entre pecho y espalda un camperito pringosito, de esos que nos dan la vida, tal y como a Mario Bros. se la da un champiñón gigante:

Hamburguesería Durán Durán

El Durán Durán es un clásico entre los clásicos. El Durán Durán es un clásico entre los clásicos.

El Durán Durán es un clásico entre los clásicos.

Encontramos la Hamburguesería Durán Durán en el número 84 de la avenida de Sor Teresa Prat, cerca del Parque del Oeste. Capitaneado por Pepi Durán, este local es uno de los grandes clásicos que hay que visitar sí o sí en cualquier ruta campera que se precie.

Durán Durán abrió sus puertas hace 25 años y desde entonces ha compuesto una carta variadísima con más de 40 tipos de bocadillos, casi todos ellos camperos.

Un local clásico con un menú divertido y original: todas sus especialidades tienen nombres de conjuntos musicales o cantantes.

El campero Bisbal es el más demandado. Aunque no da vueltas ni pataditas. El campero Bisbal es el más demandado. Aunque no da vueltas ni pataditas.

El campero Bisbal es el más demandado. Aunque no da vueltas ni pataditas.

Encontramos de este modo el campero Mecano, el OBK, el Queen, Malú, Alborán, Bon Jovi, Shakira, Camarón... y el más demandado: el campero Bisbal, que lleva pan de campero (of course), pollo, jamón york, queso, huevo, panceta, tomate, cebollita frita, lechuga y su buena mayonesa.

Entre todos los camperos de la carta del Durán Durán, destacando por su originalidad y por el gran atrevimiento del que lo comande, el campero de anchoas. Todo un reto para los que buscan emociones fuertes y sabores peculiares.

¡Larga vida a Durán Durán!

Burguer El Laberinto

El Laberinto no tiene pérdida. El Laberinto no tiene pérdida.

El Laberinto no tiene pérdida.

Un camperito de pollo de Burguer El Laberinto son de esas cosas que nos cargan las pilas.

Encontramos este local en la calle José Iturbi, en el barrio de Nueva Málaga, desde el año 1993. ¡No ha llovido desde entonces!

Y, como el primer día, en El Laberinto se sigue sirviendo con la calidad y el cariño que ya lo han hecho legendario en el mundo camperil.

Y es que en El Laberinto, aunque han añadido en los últimos años algunas novedades en cuanto a hamburguesas y otros platos, siempre han sabido mantener los camperos como el eje fundamental de su carta.

El campero de tortilla de patatas es fruto del I+D+i del mundo camperil. El campero de tortilla de patatas es fruto del I+D+i del mundo camperil.

El campero de tortilla de patatas es fruto del I+D+i del mundo camperil.

Actualmente El Laberinto tiene en carta doce tipos de camperos diferentes, desde el clásico de pollo con huevo o de atún, hasta el de pinchitos o filete de cerdo.

Uno de los más demandados es el campero de tortilla de patatas, tortilla que siempre se hace en el momento.

Y, cómo no, todos ellos acompañados siempre con su mayonesa casera, marca de identidad de este local señero en la tradición del campero malagueño.

Burger Valdi

El nuevo Valdi, con toda su esencia intacta, en la alameda de Capuchinos. El nuevo Valdi, con toda su esencia intacta, en la alameda de Capuchinos.

El nuevo Valdi, con toda su esencia intacta, en la alameda de Capuchinos.

Quien no conoce el Valdi, no conoce Málaga.

El Burger Valdi ha saciado el hambre de miles de malagueños que llenaban los estómagos con sus camperos para coger fuerzas antes de lanzarse a la noche de Málaga a darlo todo por la fiesta y los colegas.

El Valdi ha sido este año uno de los grandes daños colaterales de la gentrificación del centro de la ciudad: tuvo que poner fin a 35 años de trayectoria en calle Duque de la Victoria, piso franco, central neurálgica del campero durante toda una vida.

Sin embargo, como el Ave Fénix, el Valdi resurge de sus cenizas en una nueva ubicación: en el número 24 de la alameda de Capuchinos. Una nueva localización para una tradición muy arraigada que se niega con orgullo a desaparecer.

Como última cena: un campero del Valdi, s'il vous plaît. Como última cena: un campero del Valdi, s'il vous plaît.

Como última cena: un campero del Valdi, s'il vous plaît.

El dueño, Enrique Valdivia, ha sabido mantener la esencia del Valdi en su nuevo local a la vez que diversifica su oferta con copas en su terraza.

¿El secreto de su éxito? Valdivia lo conoce y, además, no se lo guarda: "la mayoría de las cosas buenas son básicas. Tenemos una fórmula de pan que a la gente le gusta y sigue vigente".

El otro secreto estriba en la receta de su mayonesa: ese secreto sí que se lo guarda. ¡Qué suyo es el colega!

El Dorado

El Dorado: la tierra prometida del estudiante universitario. El Dorado: la tierra prometida del estudiante universitario.

El Dorado: la tierra prometida del estudiante universitario.

En el número 21 de la calle Eolo, en El Romeral de Teatinos, se encuentra, pues eso, el auténtico El Dorado del campero malagueño.

El Shangri-La de los jóvenes universitarios donde encuentran una ambrosía económica, pero rica, rica, y con fundamento. Lo que sus sufridas madres quieren que coman en la noche de un viernes.

El Dorado cuenta con una experiencia de más de 12 años en el sector ofreciendo desde sus comienzos una carta variada y de calidad.

Su gran triunfador, su producto estrella, es el Campero Dorado, el cual, como buen campero, lleva de todo.

Un Campero Dorado era lo que se escondía en el maletín de Marsellus Wallace. Un Campero Dorado era lo que se escondía en el maletín de Marsellus Wallace.

Un Campero Dorado era lo que se escondía en el maletín de Marsellus Wallace.

Los camperos son las joyas de la corona de El Dorado, pero en su carta se pueden encontrar otros manjares, siguiendo de cerca al Campero Dorado el pollo asado.

Desde hace dos años, además, debido a la demanda, El Dorado ha diversificado su carta con pizzas (la base, el núcleo y la cúspide de la pirámide alimenticia de todo joven universitario que viva en un piso de estudiantes).

Huelga decir que la decisión ha resultado un enorme éxito.

Burger Jenny

Queso, panceta, pollo, huevo a la plancha, lechuga, tomate en rodajitas y mayonesa, todo ello en pan de campero. Eso es lo que te espera en Burger Jenny si te pides su especialidad: el Super Jenny, un campero que no se lo salta ni el merdellón más pintado y menos si está lampando. Por algo es su producto más demandado.

En el número 12 de la avenida Janes Bowles nos damos de bruces con Burger Jenny, un local que tan bien representa la idiosincrasia campera.

La carta del Burguer Jenny también ofrece otro tipo de delicias como son pizzas, hamburguesas, bocatas y perritos, por si vamos con un colega sieso que no tenga cuerpo de campero.

El Mafalda

Pocas cosas más malagueñas que un campero del Mafalda. Pocas cosas más malagueñas que un campero del Mafalda.

Pocas cosas más malagueñas que un campero del Mafalda.

Si hay tres cosas que se respetan en Málaga son, por este orden, El Cautivo, el Málaga CF y los camperos del Mafalda.

El Mafalda es toda una institución en Málaga: todo el mundo conoce este local que localizamos en el 71 del paseo marítimo de Pedregalejo. Pero lo que a peor todo el mundo no sabe es que hay varios de estos locales repartidos por la geografía malagueña.

Especializado en el celebérrimo campero, el Mafalda del barrio de Pedregalejo, además de ofrecer comida rápida de gran calidad, típicamente malagueña y a precios muy asequibles, se encuentra en una ubicación privilegiada: en primera línea de playa, donde se puede disfrutar de un estupendo día de playa y de un contundente campero como es el Mafaldón.

El Mafaldón es un campero de dimensiones titánicas que desafía las leyes de la física y al que, con los ingredientes comunes a todos los camperos, se les suma otras delicatessens como la panceta, una tortilla francesa y un filetito de pollo.

Tras ingerir semejante campero, recomendamos incrementar en cinco horas el tiempo que debemos esperar antes de volver a entrar en el agua, para que no nos dé un corte de digestión mortal de necesidad.

Hamburguesería Eladio Campero

Otro clásico entre los clásicos lo encontramos en la Hamburguesería Eladio Campero. Sólo un negocio en el que el campero se venera como el maná que es emplearía la palabra "Campero" como apellido del local.

Encontramos Eladio Campero en el 6 de la calle Pedro Gómez Chaix, donde podemos tomar los consabidos camperitos, pero también otras especialidades como hamburguesas y perritos por un precio ajustado que no desmerece la calidad del producto.

Cuenta la leyenda que si eres capaz de comerte cualquier especialidad de Eladio Campero sin mancharte las manos, no tienes que pagarlo, pero no estamos seguros de este dato, así que mejor no te dejes la cartera en casa, vaya que regreses cenado, pero calentito.

Carpanta

Carpanta, así sin más, lleva desde 1988 sirviendo camperos en el 81 de calle Martínez de la Rosa.

Y si lleva abierto desde entonces es porque sus artífices saben hacer bien las cosas en este bar que ha durado mucho más que algunos proyectos municipales que recibieron más publicidad. Y seguro que Carpanta ha hecho feliz a mucha más gente que dichos proyectos.

La carta de Carpanta es variada y además de camperos podemos encontrar en ella hamburguesas, perritos, ensaladas, pizzas, papas y pollos asados... Toda una cornucopia de comida rápida.

Con respecto al nombre diremos que ya es mala leche: con el largo historial de quedarse con toda el hambre que arrastra el pobre Carpanta...

Bon appétit!

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