Málaga

La carta de la madre de Pablo Podadera cinco años después de su asesinato: "El perdón es mi única función aquí"

  • Remedios Romero manifiesta su perdón, sentirse en paz y agradece el cariño recibido desde que su hijo se marchó

  • El joven falleció a consecuencia de varios golpes tras intentar medida en una pelea a las puertas de una discoteca de la capital malagueña

Remedios Romero, con fotos de sus hijos en primer plano.

Remedios Romero, con fotos de sus hijos en primer plano. / javier albiñana

Hace cinco años de la muerte de Pablo Podadera, el joven que falleció en abril de 2017, cuando celebraba su 22 cumpleaños y medió en una pelea a la que era completamente ajeno, en la puerta de la Sala Theatro, en Málaga capital. Su madre, Remedios Romero, ha difundido a través de redes sociales un mensaje en el que confiesa perdonar, sentirse en paz y agradece el cariño recibido desde que Pablo se marchó.

"Me negaba rotundamente a vivir de cualquier manera, instalada en el odio, la ira, la rabia o la venganza. Esa determinación hizo posible el milagro de que la paz fuera y es mi compañera de viaje. Reconozco que son más mis momentos de paz que de conflicto y esto me lleva a una serenidad que nunca antes había percibido con tanta intensidad", reconocía Romero en su cuenta de Facebook. "A día de hoy el perdón en mi única función aquí. Deseo ver un mundo perdonado en donde sea posible la comunicación de los seres humanos desde el amor que en definitiva es nuestra verdadera esencia. La vida va más allá de todo cuanto somos capaces de ver con los ojos del cuerpo", añadía, y concluía con un "gracias a todos por vuestro infinito cariño que es lo que en verdad nos conecta".

Una lección de amor que no es la primera vez que divulga la madre de Pablo Podadera. "En mi corazón hay tanto amor, que no cabe ni ira ni resentimiento. Si tuviera ira y rabia me habría enfermado. Yo tengo otra cosa en mi corazón. Tengo amor y la rabia no me cabe", decía en 2018 en una entrevista con este periódico.

Al texto compartido en su cuenta, hace apenas unas horas, ya le han sucedido varios comentarios de familiares y amigos. "Eres un ser único, en el más amplio sentido de la palabra buena" y "eres admirable, un ser humano inigualable, con tus palabras alimentas nuestra paz anterior", son algunas de las respuestas que se pueden leer. 

El crimen de Pablo Podadera fue cometido el 20 de abril de 2017, cuando la víctima salía con sus amigos para celebrar su 22 cumpleaños. Tras visitar varios bares, ya de madrugada, acudieron a la Sala Theatro. Sobre las 4:35 horas, la víctima salió al exterior en compañía de un amigo para fumar un cigarro y observaron una fuerte discusión.

Las acusaciones mantienen que la víctima intentó mediar y para tratar de apaciguar los ánimos puso una mano en el torso de uno de los acusados pero recibió por detrás de forma totalmente sorpresiva violentos puñetazos de dos de los acusados, uno de ellos practicante de boxeo.

En el relato de hechos se destaca que los golpes fueron "con la intención de matarlo, dada su envergadura, potencia y destino de los golpes (la cabeza)" y que tras caer desplomado, una vez en el suelo, recibió igualmente patadas en la cabeza por parte de ambos.

Personada la Policía Local y la ambulancia evacuaron inmediatamente al herido tras varios intentos de reanimación y el joven falleció a las 13.00 horas del 21 de abril en el Hospital Clínico Universitario de Málaga.

En enero de este año, el Tribunal Superior de Justicia de Andalucía (TSJA) confirmó la condena impuesta por la Audiencia de Málaga a 15 años de prisión a dos jóvenes que fueron juzgados en relación a su asesinato. Por contra, absolvió a otros dos procesados del delito de encubrimiento por el que fueron condenados.

Así, el alto Tribunal andaluz estima en su resolución alegaciones de los recursos presentados por las defensas de estos dos acusados, que revocan la condena por el delito de encubrimiento en el asesinato; mientras que confirma el resto de la resoluci ón dictada el pasado mes de julio por la Sala malagueña tras el veredicto de culpabilidad de un jurado popular.

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