La gran cantidad de reparaciones que este año se están realizando en el puerto, están propiciando determinados trabajos que sin ser nada extraños en este tipo de industria, no se veían en las aguas malacitanas desde hace algún tiempo. En concreto, en la última semana, dos buques a flote han sido objeto de lo que en términos marítimos se denomina una cesárea; una expresión que alude a la apertura de un amplio agujero en el casco para efectuar algún tipo de trabajo.

El primer barco al que se le realizaba esta operación, ha sido el buque de carga rodada Ark Forwarder que, consignado por la agencia Pérez y Cía., llegaba a Málaga el pasado día 18 procedente de Génova. Este ro-ro chipriota que en 1998, año de su construcción, estuvo considerado como uno de los buques de carga rodada más grandes del mundo, atracaba en el muelle de Heredia para entre otros trabajos reparar elementos de su máquina, hacer una revisión de los botes salvavidas, y arreglar un gran generador.

Debido a lo voluminoso de este generador de 10 toneladas de peso, y ante la imposibilidad de que saliera por su rampa de popa (para haber hecho esto el buque debería haber quedado atracado en otro muelle), se decidía efectuar un agujero en su banda de babor para la extracción de este elemento.

El segundo barco al que se le ha realizado una operación similar, llegaba la pasada semana a remolque procedente de Argel. Consignado por la agencia Thomas Wilson, el asfaltero de bandera gibraltareña Iver Action atracaba en el muelle 3 A-3 para cumplimentar, primero a flote y luego en seco, unas serie de reparaciones que lo mantendrán en puerto algo más de diez días. Al traer una importante avería en su máquina, el barco necesitó que se le realizara un abertura en su banda de estribor a popa para sacar la reductora de su motor principal, la cual, tras viajar a Holanda para ser reparada se volverá a instalar en el asfaltero que ayer entró en el dique malagueño donde se le realizarán otras serie de trabajos.

Dos cesáreas ejecutadas por operarios de los astilleros Mario López sobre sendos buques a flote que siguen ratificando el muy buen año que el sector de las reparaciones está viviendo en el puerto malacitano.