Málaga

Los chicles, el reto para la limpieza de las ciudades, ¿se reciclan? Pueden tardar en degradarse hasta cinco años

Una persona pisa un chicle

Una persona pisa un chicle

El chicle, un producto aparentemente inofensivo, supone un verdadero reto para la limpieza de ciudades de todo el mundo. También es un grave problema medioambiental, puesto que debido a los materiales utilizados para su elaboración no es biodegradable y puede tardar en degradarse alrededor de 5 años si no se gestiona correctamente. Es decir, tan sólo tirar el chicle al suelo puede ser fatal para nuestro planeta.

De hecho, la mala gestión de los residuos urbanos, tanto de chicles como de otros desperdicios arrojados al medio, es una de las causas del cambio climático, contaminación de mares, ríos y acuíferos, desertización y otros problemas medioambientales.

Esta es la composición de los chicles

Hasta hace relativamente poco tiempo, para la elaboración de los chicles se utilizaba la savia del árbol tropical Manilkara zapota, también conocido como chiclero o chicozapote, al cual debe su nombre más popular. Sin embargo, la mayoría de chicles que se comercializan actualmente están compuestos por una base de plástico neutro, también conocido como acetato de polivinilo o goma de xantano (entre otros), los cuales son materiales plásticos no biodegradables, razón por la que los chicles han sido considerados siempre como desechos difícilmente reciclables.

Por tanto, según informa la Empresa Municipal de Limpieza en su perfil de X, su lugar correcto es el contenedor gris (basura normal). Es importante tirarlo a este contenedor y no a otro, como al amarillo, ya que puede dificultar o imposibilitar el reciclaje de los envases y otros materiales. Lo que sí debemos depositar en el contenedor amarillo es su envoltorio, puesto que es un envase y es posible reciclarlo.

Además, tirar el chicle al suelo o a la calle no sólo influye negativamente al medio ambiente, sino también al bienestar del resto de ciudadanos. Seguro que alguna vez caminando has pisado sin querer un chicle y seguro que no te ha resultado muy agradable, puesto que tienes que intentar retirarlo de tu suela con cierta complicación. 

Y no eres el único que lo ha sufrido. Muchas personas que van en silla de ruedas, se les queda pegado tanto a las ruedas como a los aros propulsores, siendo insalubre y engorroso.

Los chicles son uno de los residuos que más ensucian nuestras calles y perjudican al entorno debido a la mala práctica de tirarlos al suelo.

Estas gomas de mascar están compuestas de una sustancia insoluble, es decir, que no se disuelve con el agua, por lo que este residuo puede tardar hasta cinco años en desaparecer.

Para evitar los problemas medioambientales que causan los chicles, es muy importante depositarlos en una papelera o en el contenedor correspondiente.

Problemas de tirar chicles al suelo

Entre los problemas que puede provocar tirar chicles al suelo, encontramos que son un foco de infección para niños y niñas que jueguen en las calles; para nuestras mascotas en sus paseos; o para animales callejeros como gatos y aves.

Tampoco podemos olvidar el aspecto de suciedad y mala imagen que dan los chicles pegados en las aceras a cualquier ciudad, suponiendo un grave costo para los ciudadanos.

La limpieza de un chicle es muy dificultosa ya que es necesario maquinaria y productos especiales como hidrolimpiadores, agua a presión o disolventes.

De hecho, en la ordenanza para la limpieza de espacios públicos y gestión integral d ellos residuos sólidos del Ayuntamiento de Málaga, se indica que “queda prohibido arrojar a la vía pública todo tipo de residuos” y que, en caso de que sucediese, “el responsable está obligado a la limpieza inmediata” y puede ser sancionado. 

Separa y deposita correctamente los chicles

Cuando comemos un chicle, es habitual guardarlo en el envoltorio y tirarlo en cualquier contenedor, pero estamos cometiendo un error.

Si queremos reciclar correctamente estos residuos, el chicle debe tirarse por separado en una papelera o contenedor gris

Por su parte, el envoltorio de las gomas de mascar, que normalmente suele ser de plástico, debe ir al contenedor amarillo.

Ocurre lo mismo con otros residuos como las cáscaras de pipas cuyo envoltorio debe depositarse en este contenedor para envases de plástico, briks y latas mientras mientras que las cáscaras en el contenedor marrón o de restos orgánicos.

Junto a los chicles, las colillas también suelen ser otro residuo que encontramos tirado por nuestras calles y que también tiene graves consecuencias para el medio ambiente.

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios