Científicos malagueños descubren que las proteínas del alzhéimer se propagan de forma distinta en humanos y ratones
“Comprender las particularidades de estas semillas nos acerca a tratamientos más precisos", asegura uno de los investigadores
Investigadores de Málaga identifican una hormona que protege las células nerviosas frente al párkinson
Investigadores del grupo Neuropatología de la Enfermedad de Alzheimer (Neuroad) de Ibima Plataforma Bionand, en colaboración con el Departamento de Biología Celular, Genética y Fisiología de la Universidad de Málaga (UMA), han demostrado que las proteínas responsables del alzhéimer se propagan de manera diferente según su origen: humano o murino.
El estudio, liderado por la catedrática Antonia Gutiérrez Pérez y con la dirección científica de David Baglietto y Juana Andreo López, revela que las llamadas “semillas patogénicas” procedentes de cerebros humanos presentan una capacidad más agresiva para inducir la formación de agregados amiloides que las obtenidas de modelos de ratón.
“Comprender las particularidades de estas semillas nos acerca a tratamientos más precisos y adaptados a cada variante de alzhéimer”, señaló Baglietto.
Para llegar a estas conclusiones, los investigadores inyectaron extractos de cerebro de pacientes con alzhéimer y de ratones modificados genéticamente en el hipocampo de ratones vivos. Posteriormente, analizaron la propagación de las proteínas mal plegadas y la respuesta inmunitaria del cerebro.
Los resultados mostraron que las semillas humanas no solo agregan proteínas de forma más eficiente, sino que podrían tener conformaciones estructurales únicas, lo que explicaría la heterogeneidad clínica de la enfermedad en pacientes.
El equipo también evaluó la actuación de la microglía, las células inmunes encargadas de proteger al cerebro. Tras la inoculación de semillas de ratón, observaron una respuesta microglial más débil y un aumento del daño neuronal asociado a placas amiloides, lo que sugiere un agotamiento funcional de estas células. En cambio, la exposición a semillas humanas provocó una actividad de agregación más potente, pero con un patrón de inflamación distinto.
El trabajo, realizado junto con el Institute for Memory Impairments and Neurological Disorders de la Universidad de California, Irvine, ofrece varias conclusiones clave como las diferencias entre especies, la microglía como diana terapéutica y la detección precoz de la enfermedad.
La investigación también exploró el alzhéimer esporádico —que representa el 95% de los casos— en un modelo de ratón sin mutaciones genéticas. Tras 18 meses de exposición a semillas humanas, no se observaron placas amiloides, aunque sí alteraciones relacionadas con el fallo en la eliminación de desechos cerebrales y procesos neurodegenerativos incipientes.
El alzhéimer afecta actualmente a casi 50 millones de personas en el mundo, una cifra que podría duplicarse en 2050. Este tipo de hallazgos permite comprender mejor los mecanismos de propagación de la enfermedad y abre nuevas vías para su prevención y tratamiento.
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