Málaga

Con el corazón en El Congo

  • Málaga por el Congo ya ha puesto rumbo a la región de Kingoué el segundo contenedor de ayuda También tiene un programa de microcréditos y becas

No podía vivir ajeno a su realidad, ni mirar para otro lado cuando su día a día en la República de El Congo pedía a gritos manos amigas de las que conseguir algo de todo lo que les falta. Por eso, el ingeniero malagueño José Antonio Segura lanzó su particular campaña solidaria. Implicó a amigos y conocidos, luego probó con empresas e instituciones y hace dos años logró enviar -no sin un gran esfuerzo para pagar el coste del viaje- un contenedor con ropa, alimentos, medicinas y materiales al país africano. En junio de 2015 se constituyeron como asociación y Málaga por el Congo ha ampliado sus objetivos hacia proyectos cada vez más ambiciosos. El pasado miércoles 18 voluntarios cargaron en las instalaciones de trasterosyalmacenes.com el segundo contenedor de 40 pies dentro de su programa de ayuda al desarrollo de la región de Kingoué, de unos 15.000 habitantes. Ayer ya estaba en Algeciras y pronto iniciará su viaje financiado por la empresa Axom Congo.

Dentro del contenedor se transportan un centenar de camas completas (colchón y somier) y más 3.000 kilos de ayuda humanitaria variada, que va desde medicinas, alimento, material médico, material escolar, hasta cortinas, sábanas, mantas, juguetes, zapatos y ropa. "Las camas van instalar en los hospitales de la zona, así como en las viviendas de personas enfermas o de movilidad reducida", explica José Antonio Segura. El resto del material se repartirá de manera equitativa y completamente gratuita entre las personas más necesitadas de la zona gracias a la ONG italiana con la que colaboran Amici del Congo. Las 300 cortinas cedidas por el Hotel Meliá Costa del Sol servirán, por ejemplo, como mosquitera y para tapar el sol en las puertas de las cabañas y para separar el interior de la estancia en dos habitaciones.

Las donaciones no han parado desde que nació el proyecto solidario y en almacenes aguardan cajas como para poder enviar otros dos contenedores. Lo malo es que son necesarios unos 3.000 euros para cada viaje y hay que conseguirlos. "Empezamos a ser conocidos, la gente por Facebook comprueba que su donación llega, ve a los niños vestidos con su ropa y participa, además ya sabemos a que puerta llamar, por ejemplo a los hoteles, ellos remodelan sus instalaciones y nos quedamos con lo que quitan, todos ganamos", agrega este ingeniero totalmente volcado con la causa.

Pero ésta no es la única vía de cooperación establecida la zona. También "tenemos un programa de microcréditos, principalmente para madres solteras, y becas para estudiantes", destaca José Antonio Segura. Al mismo tiempo cuentan con un programa de patrocinio para obras públicas. Desde aquí se financia una fuente, un pozo o baños públicos que luego llevarán el nombre del benefactor. Los trabajos los hacen personas de la aldea para provocar ese doble objetivo, por un lado dotarles de una infraestructura que se quedará allí para siempre y por otro promover el empleo local. Están en marcha dos pozos con fondos malagueños, unos 800 euros cuesta de media cada pozo, uno de particulares y otro del colegio La Colina.

Málaga sigue comprometida en la bonita tarea de hacerles la vida un poco más fácil.

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