Málaga

"¿Por qué me tienen que echar de mi propia casa"

María José Soria lleva en pleno centro histórico casi 18 años, vive en una de las calles de mayor concentración de bares y reconoce que casi a diario piensa en marcharse. "No todos podemos plantearnos irnos, pero claro que uno lo piensa casi todos los días", replica cuando se le pregunta si nunca se ha planteado mudarse a otro lugar más cómodo de la ciudad. Tras años en el movimiento asociativo vecinal del centro luchando por conseguir unas condiciones mínimas de habitabilidad en sus calles, ahora ya retirada de la primera línea se encuentra con sentimientos encontrados: "Por un lado digo: en el momento que pueda me marcho, pero luego recapacito y me pregunto: ¿por qué me tienen que echar de mi casa". "Esto ya es desesperación, por el camino que está tomando el centro", concreta.

Aunque vender no es una opción, lo que sí están haciendo algunos vecinos del centro es alquilar su vivienda en propiedad y marcharse a otras zonas. Jorge y Belén son una joven pareja con un hijo pequeño que ya se han puesto a buscar alquileres en la zona este de la ciudad. "Cuando no tienes hijos, te dan igual las incomodidades del centro e incluso el ruido, pero cuando llegan, es inevitable planteárselo, porque buscas más comodidad por ellos; además de que los pisos aquí no son muy grandes y si quieres más de un hijo...", explica Jorge.

Lo mismo han hecho Nadia y José, que recientemente han abandonado su piso en propiedad en una de las vías del centro histórico para convertirse en inquilinos de una vivienda de mayores dimensiones en el paseo marítimo Pablo Ruiz Picasso. Nadia asegura que en cuanto nació su hija, su prioridad era abandonar el centro, a pesar de que su trabajo hasta entonces estaba a escasos minutos de casa. "Ahora tengo que coger el autobús a diario para trabajar, pero mi familia y yo hemos ganado en calidad de vida; tenemos la playa a un paso, jardines, parques", comenta.

Entre quien se está planteando también marcharse hacia otra zona está Elvira Maldonado; asegura que el centro se ha convertido un "parque temático" y añade que lo que le faltaba al espectáculos era "una noria gigante". Los motivos que hace siete años la llevaron a las calles más céntricas, "la vida que tenía el centro", son las mismas que hoy la llevan a querer abandonarlo, porque esa vida "ya no es insufrible".

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