Málaga

La escritora María Iglesias: “El Puente del Estrecho entre África y Europa es un dilema medioambiental”

La escritora María Iglesias junto a su nueva novela 'Horizonte'.

La escritora María Iglesias junto a su nueva novela 'Horizonte'. / M. H.

La llegada continuada de naufragios de pateras y las muertes en el desierto de africanos que buscan llegar a Europa fueron el detonante que hicieron que la escritora y periodista, María Iglesias, diera vida a su última novela: Horizontes. En ella se narra las peripecias de sus protagonistas, africanos y españoles, para intentar poner en marcha ese puente del Estrecho con las condiciones de respeto entre iguales hasta llegar a organizar una cumbre africana y europea al más alto nivel aquí en Andalucía para firmar el proyecto. La autora llega a Málaga este martes para presentar su novela, concretamente a las 19:00 en la Librería Luces, en vísperas del Día Mundial contra el Racismo.

–¿Cómo nace esta historia?

–En 2016 estuve en la Isla Griega de Lesbos cubriendo la llegada de solicitantes de asilo y muchos de ellos venían de la Guerra Siria. Desde entonces me he especializado en muchos temas migratorios. En 2018 entrevisté a Sani Ladan, un joven camerunés que estudiaba Relaciones Internacionales en Sevilla tras sobrevivir al Sáhara y llegar a Ceuta a nado, en 2011, desde Fadea (Marruecos). Esa entrevista fue un antes y un después porque me impresionó mucho, no solo por su periplo migratorio, sino porque me habló de una nueva generación de jóvenes africanos que no quieren que transmitamos una imagen victimista, sino que están trabajando por el cambio en la relación con Europa. Esto me pareció nuevo, investigué y pensé en armar una novela para que los lectores vieran este descubrimiento.

–¿Qué cuenta Horizontes?

–La novela tiene dos pilares. Por una parte, está la entrevista con Sani Ladan y por otro lado, un amigo me contó lo del proyecto del puente o de túnel que firmaron el rey Juan Carlos I y Hassan II de Marruecos tres días después del golpe de Estado de Tejero. Con esos dos pilares pensé si se hace ese puente o ese túnel, ¿Quién va a poder cruzar? ¿Solo los europeos? ¿Seguirá siendo imposible que crucen los africanos? Estos dos elementos me servían para armar una ficción, una aventura con muchos personajes.

–La historia es la unión de la realidad y la ficción.

–Arranco de la realidad y lo proyecto a un futuro. Me adelanto en los años. Me imagino a este chico con una carrera en el ámbito de la diplomacia, tejiendo todos los contactos con los que retoman ese proyecto existente, pero para defenderlo desde África con los intereses africanos. Es interesante tratar esto en la novela porque siempre vemos, con respecto a África, una parte muy pequeña y no nos adentramos en ver cuál es la realidad de este continente que tiene 1.200 millones de habitantes.

–La sociedad al final no sabe toda la realidad.

–Vivimos con unos parámetros y no vemos el panorama completo. Al final están al lado, tan solo a 14 kilómetros, pero hay muchas barreras mentales. ¿Cuántos de nosotros viajamos a la otra orilla? Incluso desde Málaga, ¿Cuántos malagueños han cogido el ferry y han cruzado a Melilla? Es fácil y la cuestión es ¿Cómo opinamos tan alegremente sin conocer?

–Y ese puente, ¿podría ser una realidad algún día?

–Tengo puesta una alerta en Google y me están llegando bastantes noticias de la última visita de hace unos días del ministro de Transporte, Oscar Puente, a Marruecos a una reunión con su homólogo allí. Desde el punto de vista de la ingeniería, en la novela se explica las complejidades que tiene mucho que ver con el origen geológico del estrecho. Eso lo hace complejo, pero digamos que sería salvable. Para mí es un dilema medioambiental, y eso también se expone en la novela con algunos personajes que están en contra porque son ecologistas, pero se incide sobre todo en la dificultad que se ve porque no es lo mismo que construir el eurotúnel entre Francia y Gran Bretaña. Estamos hablando de unir dos continentes, de coser la mayor brecha de desigualdad del planeta.

–¿Cómo podría la sociedad reaccionar si se construyera ese puente al final?

–Antes de plantearse construir ese puente, la prioridad debería ser dejar de hacernos trampas al solitario y tener una relación de convivencia buena y armónica con nuestro continente más cercano y hermano. Por ello, en vez de esos discursos de alerta y odio que está utilizando la extrema derecha de toda Europa para crecer, tenemos que dejar de espoliar. Mientras no hagamos eso cualquier medida va a ser un parche y no va a funcionar. Al final, esta novela es un viaje en el que, siguiendo la peripecia de los personajes, te enganchas a través de esa empatía con este migrante camerunés y con una migrante mujer de la que yo tenía ganas de mostrar el camino para las mujeres que es más difícil y como una vez llegadas a Europa muchas son explotadas en el trabajo doméstico. Van haciendo este camino de descubrimiento donde viajan a una África muy poco vista, una África que no es esa imagen que tenemos de las aldeas. En definitiva, es un viaje por el continente que a los lectores les va a hacer vivir y descubrir experiencias que no se imaginaban y quizás ver la realidad de una posible convivencia futura en armonía.

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