Un estudio apunta que las sequías y altas temperaturas provocan la muerte de bosques urbanos de Málaga

La investigación de la Universidad de Córdoba ha explicado que afecta a los pinos carrascos afecta a Gibralfaro, Morlaco, San Antón y Victoria

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Entorno de Gibralfaro en Málaga. / M.H.

Un estudio realizado por el Departamento de Ingeniería Forestal de la Universidad de Córdoba y el Instituto Pirenaico de Ecología (IPE-CSIC) ha comprobado que las sequías y las altas temperaturas están detrás de la muerte de pinares en bosques urbanos malagueños, entre los que se encuentra el de Gibralfaro. Es por ello que estas instituciones demandan la necesidad de adoptar medidas de gestión adaptadas a estas condiciones.

El equipo observó, según han compartido en un comunicado de la Universidad de Córdoba, que las sequías invernales severas y prolongadas de los últimos años, sobre todo a partir del invierno del 2021/2022, llevaron a una "marcada reducción en la cobertura y el crecimiento afectando de forma grave a los pinos carrascos de los bosques Gibralfaro, Morlaco, San Antón y Victoria".

Los investigadores llegaron a esta conclusión a través de los datos climáticos, índices de teleconexión, la teledetección y la información obtenida a través de la dendrocronología, que es la disciplina que estudia los anillos de crecimiento de los árboles.

Así, los pinos de mayor tamaño, que habían crecido mucho en el pasado gracias a una mayor cantidad de agua, no fueron capaces de mantener ese volumen hídrico y "fueron los primeros en decaer y morir por fallo hidráulico", apunta el estudio. Mientras que los pinos más pequeños aguantaron mejor la sequía.

Importancia de la orientación del árbol

El estudio también ha identificado la orientación en la que estaba plantado el árbol como un factor importante que influye en la vulnerabilidad a la sequía y diferentes grados de decaimiento de copas.

"Los árboles que crecen en laderas orientadas al sur son más propensos a sufrir estrés por sequía que aquellos que crecen en laderas de umbría orientadas al norte", ha explicado el investigador de la Universidad de Córdoba, Antonio Cachinero Vivar.

Esta realidad no es exclusiva de los bosques malagueños, sino que se produce también en otras zonas donde las sequías y las altas temperaturas son muy comunes y donde la falta de agua, agravada por las altas pendientes y suelos poco profundos provoca estrés en los árboles por la escasez de recursos disponibles.

Cachinero-Vivar propone varias medidas como posible solución, entre ellas la selvicultura adaptativa que es una estrategia de gestión forestal, que no solo contempla la reducción de la densidad de árboles, sino también la introducción de especies arbóreas y arbustivas más resistentes a la sequía —como algunas frondosas— mejor adaptadas al actual contexto de creciente aridificación.

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