La fauna silvestre tiene su propio 'CSI'
Málaga cuenta con el único laboratorio de Andalucía para el análisis y diagnóstico de las enfermedades o causas de muerte de especies protegidas



Les llaman los CSI de los animales. Y entre sus múltiples tareas se encuentra la de descubrir las a veces extrañas circunstancias de su muerte e incluso quién les mató. Pero la realidad es que la directora del Centro de Análisis y Diagnóstico de la Fauna Silvestre de Andalucía, Irene Zorrila, bromea asegurando que la famosa serie televisiva "ha hecho mucho daño" y que no siempre resulta tarea fácil el trabajo que desarrollan en este laboratorio de referencia en toda España, con sede en Málaga, al que llegan diariamente las muestras de ejemplares vivos protegidos con alguna enfermedad que hay que determinar o aquellos aparecidos muertos de los que deben esclarecer lo que les ocurrió mediante estudios genéticos, balísticos y entomológicos para acotar cuando se produjo.
Medios no le faltan a los 11 especialistas en biología, veterinaria y análisis que trabajan en este centro, que depende de la Consejería de Medio Ambiente y Ordenación del Territorio y que fue puesto en marcha en 2001 con el objetivo inicial de contribuir a la lucha contra el uso de cebos envenenados. En todos estos años han logrado esclarecer casos ciertamente complejos y dar con el responsable de la muerte de especies protegidas al más puro estilo policiaco. Zorrilla recuerda cómo en 2013 lograron identificar a los dueños de una granja de gallinas en Jaén que, para prevenir que los animales silvestres las atacaran, decidieron colocar restos de pollo envenenados en los alrededores hasta acabar con la vida de un lince ibérico, llamado Bornizo, al que la Junta de Andalucía hacía un seguimiento. "Tuvimos que hacer un análisis genético de todas las gallinas para tratar de relacionarlas con los cebos usados y al final pudimos demostrar quién había sido", contó.
Este equipo de profesionales también fueron los encargados de dar con el responsable de la muerte de un quebrantahuesos en Castril (Granada) después de analizar genéticamente todas las cabañas de ovejas de la zona donde apareció envenenado. La semana que viene tendrán que declarar en el juicio que se celebrará en relación a estos hechos.
Pero no es su única función. Su trabajo se ha convertido en pieza imprescindible en la investigación de delitos contra la fauna silvestre y también en garantía para la protección de muchas de estas especies. Más de 350.000 muestras han sido analizadas desde su creación en este laboratorio convertido en centro base para la conservación de especies de fauna silvestre como el lince, el quebrantahuesos o el águila imperial.
Precisamente, ayer durante la visita organizada para dar a conocer su labor a los medios de comunicación, los técnicos de este centro se afanaban en determinar qué enfermedad podía afectar a un ejemplar de águila imperial del centro de cría de Sevilla, cuya muestra desangre llegó el día anterior. Tras practicarle análisis bioquímicos y determinarse que no tiene ningún órgano afectado, la directora del centro dijo que se completarán con estudios hematológicos "para poder tratarla pronto y que no vaya a más".
En su función de garantes de la protección de la fauna silvestre, uno de sus más importantes retos a corto plazo será determinar si existe lobo ibérico en Andalucía y estimar cuál es su población para valorar la necesidad de poner en marcha programas de recuperación. Gracias al concienzudo trabajo que desempeñan los técnicos de este centro, la Consejería de Medio Ambiente tiene ya base suficiente para solicitar a la Unión Europea fondos que les permitan emprender un proyecto Life para la reintroducción de esta especie de la que se tiene constancia gracias a los análisis genéticos realizados de las heces encontradas.
Y de todas ellas, Zorrilla explicó que seis muestras recogidas en 2011 y otras seis de 2013, todas ellas de la sierra de Andújar (Jaén), "constatan la presencia de lobo ibérico en Andalucía". Llegar a esta conclusión ha supuesto horas y horas de trabajo para analizar el ADN y estudiar su secuencia para determinar la pureza de la raza y comprobar si son lobos por parte materna o no. Podría ser el futuro lince ibérico de la comunidad.
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