“Nosotros, en un '600' y ellos en un Ferrari”: guardias civiles y policías denuncian en Málaga la lucha desigual contra el narco
“Seguimos olvidados en un cajón”, advierten en una protesta convocada en la capital por la Asociación Unificada de Guardias Civiles (AUGC), el Sindicato Unificado de Policía (SUP), la Unión Federal de Policía (UFP) y el Sindicato Profesional de Policía (SPP)
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La Asociación Unificada de Guardias Civiles (AUGC), el Sindicato Unificado de Policía (SUP), la Unión Federal de Policía (UFP) y el Sindicato Profesional de Policía (SPP) han intensificado sus reivindicaciones ante el "abandono institucional" por parte del Gobierno. Ambos colectivos se han concentrado este miércoles en Málaga para denunciar la que, consideran, una creciente brecha entre los recursos del Estado y los del crimen organizado. Advierten que los agentes que combaten contra el narcotráfico y las redes criminales en zonas como la Costa del Sol “se juegan la vida" con medios insuficientes, mientras las mafias operan con una capacidad logística y económica muy superior. “Nosotros, en un Seat 600 y, ellos, un Ferrari. Viajamos en una zodiac, mientras ellos navegan en una embarcación con tres motores a la que no podemos dar alcance”, sentencia Juan Fernández, secretario de la organización representada por guardias civiles.
Ambos colectivos alertan no sólo de la frustración de los cuerpos policiales ante la escasez de recursos materiales y humanos, sino que también insisten en recordar el "incumplimiento del acuerdo de equiparación salarial firmado en 2018". Y al tiempo piden el reconocimiento de la profesión de riesgo, una categoría que ya poseen los cuerpos de policía autonómicos y locales.
"Protegemos a la sociedad pero quien nos tiene que proteger no lo hace"
Las organizaciones criminales, especialmente las vinculadas al narcotráfico, han encontrado en el litoral andaluz un espacio propicio para sus operaciones. En palabras de la AUGC, los investigadores se enfrentan a grupos que disponen de tecnología avanzada, vehículos potentes y embarcaciones de gran velocidad, mientras las unidades de la Guardia Civil siguen dependiendo de recursos obsoletos o escasos. "Nosotros lo suplimos con esfuerzo personal", asegura Fernández.
Si bien tienen el apoyo de la sociedad, reinvidican el respaldo del Estado. "No puede ser que quien nos tiene que proteger no lo haga”, declara el representante de guardias civiles. La falta de reconocimiento, dice, no solo afecta a la "motivación" de los funcionarios, también a las condiciones laborales y a la jubilación. Pese a que el acuerdo de equiparación salarial firmado en 2018 redujo temporalmente las diferencias retributivas, la AUGC denuncia que el Ministerio del Interior ha “guardado en un cajón” su ejecución, y que la brecha con otros cuerpos policiales ha vuelto a abrirse.
El portavoz del Sindicato Unificado de Policía (SUP), Carlos Prieto, coincide en el diagnóstico. “Llevamos años denunciando una discriminación y reclamando que se nos reconozca como profesión de riesgo”, afirma. En la Costa del Sol, convertida ya en un punto estratégico para grupos internacionales, la situación se agrava: "Cada vez más organizaciones criminales se instalan y campan a sus anchas. La Policía tiene un catálogo de puestos de trabajo sin actualizar desde 20 años y no se adapta a la nueva realidad delincuencial”, apostilla Prieto.
Apunta además a la jubilación que los policías soportan una vez se retiran: “Cuando nos jubilamos a los 65 años sufrimos una pérdida retributiva de en torno al 30%", resalta.
Con todo, la AUGC y el SUP han iniciado una campaña de movilización. Tras las manifestaciones multitudinarias celebradas en Madrid, los agentes han comenzado a desplegar mesas informativas en Andalucía, con la intención de extender la protesta a otras comunidades autónomas. “Queremos que la ciudadanía sepa el trato que se nos da”, subrayan desde ambas organizaciones. “Si no cuidamos a quienes están cuidando, toda la sociedad se desmorona”.
Y concluye con un mensaje contundente: la falta de medios puede repercutir en la seguridad pública. “Si no cuidamos a quienes están cuidando, al final toda la sociedad se desmorona”, advierten.
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