Ilustres noráis malagueños

Hace unos días, un grupo de trabajadores realizaron una limpieza integral de los norayes situados en el muelle número cuatro. Tras efectuar sobre ellos un chorreado de arena a presión, la misma técnica que se usaba en el desaparecido dique de Mario López para la limpieza de los cascos de los barcos que allí se reparaban, estos elementos quedaron libres de óxido, pintura vieja y suciedad, saliendo a la luz la tonalidad y la textura que estos veteranos noráis tuvieron cuando fueron colocados hace muchas décadas. Cumplimentada esta primera fase, en una segunda, estos elementos fueron pintados de azul antes de recibir su correspondiente numeración.

Concluida esta limpieza integral que también podría denominarse como restauración, el muelle número cuatro, al igual que otros que ya han pasado por estos trabajos, muestran ahora el esplendor de unos muy robustos norayes que el paso de los años había ido deteriorando y, lo que es más importante aún, dejan ver tres históricos nombres ligados a la industria siderúrgica malagueña. Existiendo repartidos por los muelles malacitanos un buen número de noráis firmados por la Ferrería de Heredia en 1892, además de otros adscritos a la fábrica La Unión de Manuel Ojeda datados en 1929 y unos terceros que sin fecha marcada fueron fabricados por la Sociedad Anónima Vers, la limpieza de estos elementos en perfecto uso, además de ser una labor de mantenimiento, ofrece el guiño de preservar unos elementos históricos que se contabilizan entre los más antiguos del puerto de Málaga.

Ante esta agradable iniciativa y con el recuerdo de que entre julio de 2023 y marzo de 2024 dos de los protagonistas mencionados estuvieron dañados y sin uso en el muelle número cuatro debido a un incidente en la maniobra de atraque de un buque, se me ocurre, y esto ya lo apunté hace algunas semanas en esta misma columna al hilo de un noray que mantiene su estructura original de anclaje olvidado en los almacenes del puerto, proponer el rescate de al menos uno de estos elementos con cada una de estas históricas firmas. Si en el puerto existe un bosque de los portuarios, tal vez no estaría nada mal tener otro bosque que mostrara los norayes malagueños.