El indigente acusado de asesinar a un policía afirma que no recuerda los hechos
Agentes que participaron en la detención resaltan la "violencia extrema" del individuo
Agredió a varios agentes que lo perseguían después de haberle asestado una puñalada mortal a la altura del corazón a un policía nacional cuando iba a interceptarle. Estaba en busca y captura y le constaba una treintena de antecedentes. Ayer, aseguró durante la vista oral celebrada en la Sección Tercera de la Audiencia Provincial que no recordaba nada de lo sucedido aquella tarde del 21 de mayo de 2014. Con un aspecto físico visiblemente mejorado respecto al que presentaba el día en que ingresó en el Hospital Clínico, Stefan Reinert, el indigente alemán que está acusado de asesinato, homicidio en grado de tentativa, atentado y lesiones, se limitó a declarar, a través de una traductora, que intentaría escuchar las preguntas, pero que no se acordaba. A renglón seguido, dijo que había tendo conocimiento de que apuñaló a un efectivo cuando se le leyó el escrito con los hechos, ya en el juicio, que según está previsto continuará el día 17 de este mes.
La actuación de la Policía estuvo motivada por la reclamación judicial que el agresor tenía en su historial. Hacia las 19:00, una patrulla comprobó que iba caminando por la calle Frigiliana, en la zona de Carretera de Cádiz. Paco, como conocían al fallecido, iba al volante. Stefan, tras percatarse de la presencia policial, se refugió en un establecimiento chino. "Me acerqué a él y al llamarlo por su nombre empezó a gritar y a mover los brazos violentamente. Mi compañero y yo paramos los golpes. Salió corriendo", relató uno de los efectivos. Fue entonces cuando escuchó a un agente gritar dos veces "¡cuidado, Paco!" tras observar la punta de un cuchillo que llevaba escondido debajo de la manga. Al salir a la puerta, vio cómo éste, ya herido, "se apretaba el pecho con sus dos manos". Le había clavado el arma "de forma violenta y sorpresiva".
Otro de los ocupantes de la furgoneta recordó entre lágrimas que Paco le pidió ayuda. "[Stefan] salió con el cuchillo en la mano. Intentó darme a mí. Me tiré a la calzada, corría por la acera. Saqué el arma, la cargué y le di el alto. Volvió a acometer contra mí y disparé -aunque no le alcanzó- por miedo a que pudiera apuñalar a Paco otra vez, que estaba tumbado boca arriba en un charco de sangre. Me quité la camisa y le taponé la herida hasta que llegó la ambulancia", precisó. Un enfermero contribuyó a practicarle la reanimación pulmonar, pero murió poco después.
Los policías solicitaron apoyo y siguieron persiguiendo al indigente. "Vi que Stefan volvía corriendo, esta vez hacia Carretera de Cádiz. Cuando estaba delante de mí, tropezó con el bordillo de la acera y se metió en una frutería contigua al bazar. Se dio la vuelta en tono amenazante con un cuchillo de cocina", resaltó el primer agente. Se originó entonces "un fuerte forcejeo al oponer resistencia". "Daba puñetazos al ponerle los grilletes. A día de hoy no sé cómo consiguió librarse de ellos. Con una de sus manos me cogió de la pierna e intentó tirarme al suelo. Entraron dos compañeros de uniforme y entre los tres intentamos reducirlo. La violencia era extrema. Vino un compañero más y lo conseguimos con gran esfuerzo", defendió. Otro de los testigos del forcejeo destacó la agresividad con la que actuó el individuo. El policía sufrió alguna lesión. No fue el único. Un compañero resultó herido en una pierna, también en un dedo y en una cadera, mientras que un tercero recibió un golpe con la cabeza.
Stefan Reinert, que padece esquizofrenia paranoide con politoxicomanía y abuso de alcohol, se enfrenta a una pena de 34 años de internamiento en un centro psiquiátrico. Según el escrito del fiscal, en el momento de los hechos actuó bajo un episodio psicótico agudo que "anulaba completamente sus capacidades". De ahí que se considere que debe aplicarse la eximente completa de enajenación mental, pero también la agravante de reincidencia, al tener varias condenas por atentado contra la autoridad y resistencia.
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