El joven que arrojó el cuerpo de su madre a una arqueta en Málaga confiesa el crimen en el juicio
El acusado ha asegurado entre lágrimas que no pretendía matarla y que se arrepiente de haberlo hecho
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Un jurado popular ha comenzado este lunes en la Audiencia de Málaga el juicio contra el joven acusado de acabar con la vida de su madre adoptiva en 2022, en su vivienda de la capital, y de deshacerse del cuerpoarrojándolo al interior de una arqueta. Durante su declaración, el procesado ha reconocido su participación en el crimen y ha asegurado entre lágrimas que no pretendía matarla. “Me arrepiento”, ha afirmado, respondiendo solo a las preguntas de su defensa.
El Ministerio Fiscal le atribuye delitos de asesinato, robo con violencia y profanación de cadáveres. Por estos mismos hechos ya fue condenado un menor de edad que participó en el crimen. Además, están también procesadas la madre de este menor y su pareja, acusadas por las acusaciones particulares de un delito de encubrimiento.
Según el relato de la Fiscalía, el crimen se produjo en mayo de 2022, cuando el acusado y el menor acudieron al domicilio de la víctima y la esperaron a su llegada. Al entrar, se produjo una discusión en la que ambos la golpearon en la cabeza para conseguir el número PIN de su tarjeta bancaria y acceder a su dinero. Una vez lo obtuvieron, la maniataron y amordazaron. La mujer logró soltarse parcialmente, momento en el que —según el fiscal— los dos jóvenes tiraron con fuerza de la cuerda que le rodeaba el cuello hasta causarle la muerte.
Después, limpiaron la vivienda y trasladaron el cuerpo hasta un trastero, donde lo introdujeron en un baúl. Días más tarde, arrojaron el cadáver a una arqueta. La víctima fue localizada por la Policía Nacional en julio de 2022, tras la confesión del menor, aunque en un primer momento el acusado había asegurado que su madre se había marchado voluntariamente.
Durante la vista, la defensa del joven ha subrayado que la noche del crimen había consumido drogas y alcohol, lo que afectó a su capacidad mental. También ha señalado las dificultades personales que arrastraba desde la infancia y su discapacidad intelectual, que, según un informe pericial, le otorga una edad mental equivalente a la de un niño de ocho años. Sin embargo, un dictamen forense alternativo eleva esa edad mental a los 18 años.
Las pruebas periciales, previstas para este jueves, serán clave para determinar si se le aplica una atenuante por alteración mental. La Fiscalía solicita inicialmente una pena de 21 años y medio de prisión, mientras que las acusaciones particulares, en representación del otro hijo de la víctima y de sus hermanos, reclaman penas más elevadas y no contemplan esa circunstancia.
En cuanto a las dos mujeres acusadas de encubrimiento —la madre del menor y su pareja—, han admitido que conocían la implicación del joven y que temían su carácter violento, pero han negado saber quién era la víctima o haber colaborado en ocultar el cuerpo.
El menor, que tenía 17 años en el momento de los hechos y no pertenecía a la familia, ya fue juzgado y condenado a ocho años de internamiento en régimen cerrado y otros ocho de libertad vigilada.
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