A juicio un profesor de Málaga investigado tras la denuncia de cinco ex alumnas: "Tenía 14 años y nos inculcaba el poliamor"
El acusado, que quedó en libertad, sigue ejerciendo como director de otro centro educativo
El testimonio de tres supuestas víctimas de un profesor en Málaga: "Me sentí cosificada siendo una niña"
Comienza el juicio a un profesor de Málaga investigado por presuntos abusos sexuales a varias ex alumnas, a las que, reza la denuncia, habría introducido en prácticas sexuales o conceptos como el poliamor. Una de ellas, según su testimonio, que compartió con este periódico tras salir los hechos a la luz, vivió “10 años de acoso”, en los que el acusado, que había sido su profesor en 1º de Bachillerato, siempre estuvo “en la sombra”. “Me perturbaba, intentaba llevarme a su mundo”, denunciaba una de las víctimas. Y, a renglón seguido, recordaba cómo la incitaba a mantener relaciones simultáneas con varias personas para también, supuestamente, participar él en ellas. “Me inoculó la idea de que la solución a los problemas con mis relaciones era el poliamor. Me siento como un títere. Hizo conmigo lo que quiso; descubrí que nos utilizó a mí y a otras chicas. Era un depredador”, aseveraba.
El Juzgado de Instrucción número 10 de Málaga, instructor de la causa, acordó la apertura del juicio oral en la Audiencia Provincial de Málaga. Cuatro años después de que las estudiantes se alzaran contra los supuestos abusos que sufrieron entre 2009 y 2016, el caso llega a la sala de vistas número 3 de este tribunal. Las sesiones se celebrarán entre el próximo lunes y el miércoles, cuando, según está previsto, declararán tanto el docente investigado como las víctimas, indica el auto.
El docente fue detenido en 2021 y, después, quedó en libertad, pero con la prohibición de contactar con menores a través de redes sociales. Él continúa ejerciendo el cargo de director de un centro educativo de la provincia de Málaga. La investigación se había iniciado en 2022, una vez que la Asociación Redime, que presta asistencia a víctimas de agresiones sexuales sufridas durante la infancia, dio aviso de los hechos denunciados al Grupo de Participación Ciudadana de la Comisaría Provincial, que comunicó el asunto al Grupo de Menores (Grume) de la Policía Nacional.
Tres de las jóvenes que iniciaron el camino a la justicia relataron los años de supuesto acoso, siendo menores vulnerables, víctimas de acoso escolar o del maltrato que soportaban por parte de las que entonces eran sus parejas. Tenían entre 13 y 15 años.
Marta, nombre ficticio, afirmaba que había llegado a mantener relaciones sexuales con el docente, aunque ella ya había rebasado los 18 y culminado sus estudios en el centro educativo en el que se conocieron. Accedió, según su versión, por la “presión” que sentía y porque creía que “se lo debía”. “Me propuso que perdiera la virginidad con él, pero yo quería seguir siendo virgen”, aseguraba. El acusado “intentó” también, denunciaba la joven, tener sexo con otras alumnas. Lo consiguió, presuntamente, con una de ellas, menor de edad. “Dependiendo de la fortaleza que cada una teníamos lo permitíamos o poníamos un límite”, recalcaba Marta.
La acusación particular, que ejerce la abogada Mari Carmen Heredia, considera que el profesor, "siguiendo un plan premeditado", se "aprovechó de su superioridad en el centro" como docente y la "importante diferencia de edad respecto a las alumnas", así como del "conocimiento que tenía de los problemas sociales y familiares" que las menores presentaban.
En palabras de la letrada que representa a las alumnas, el investigado ejecutó un modus operandi similar con todas las víctimas, de las que "se ganó su confianza", dibujándose como una persona "de ayuda y referencia y estableciendo una relación de confianza que sobrepasa todas las normas éticas y morales". Su intención, subraya en el escrito de acusación, es que las alumnas "lo viesen como un salvador o mesías".
De las cinco supuestas afectadas, tres denunciaron "besos y abrazos". La abogada aseguraba que, cuando se hizo cargo del caso, detectó que "las chicas estaban aterradas". "No querían actuar a nivel judicial ni podían articular palabra. Todas, con el mismo perfil, querían evitar que hubiera más víctimas”, afirmaba.
Cuando hicieron público el caso, Sofía y Lidia, otras de las supuestas afectadas, denunciaron que habían recibido un aluvión de mensajes de antiguas alumnas que se sentían identificadas con ellas. Ambas declararon que fueron manipuladas psicológicamente por el mismo profesor, que se convirtió en su mentor. Sofía sufría acoso escolar, lo que la llevó a repetir 3º de ESO, pese a que era una alumna de altas capacidades. “Él se encargaba de ayudar a quienes teníamos problemas. Fui paciente de Salud Mental y conocía mis carencias afectivas por el abandono de mi padre”, destacaba. Según su testimonio, el docente logró hacerse pronto con el control de su vida. Ella se sintió “cosificada por un adulto siendo una niña”. Pasaban “muchas horas juntos” por las clases especiales a las que ella asistía y comenzaron las conversaciones por Whatsapp. “Cuanto más me aislaba y más bullying me hacían, él más me encerraba. Empecé a tener un comportamiento obsesivo. Era una persona muy turbia; ahora lo pienso como adulta y me da mucho miedo. Algo dentro de mí intentaba justificar su actitud para no sufrir”, manifestaba Sofía.
La relación entre ambos se intensificó, al punto de que el profesor, supuestamente, le “justificaba las faltas de asistencia” para encontrarse en la biblioteca. “Un día me dijo que había soñado que era su hija y se ofreció a enseñarme a montar en bici. Teníamos grabada a hierro la información de que a partir de los 16 años podíamos mantener relaciones, que ya serían consentidas”, señalaba la joven, entonces atrapada en una relación tóxica con un chico que “la forzaba y le levantaba la mano”. Pero el docente, su “persona de confianza”, subrayaba, permanecía impasible. “Veía los golpes y no hacía nada. Mi maltratador venía a sacarme del instituto cuando se enfadaba conmigo y él consentía que lo hiciera; jamás se lo contó a mi familia. Me sentía controlada dentro y fuera. Sufría ataques de ansiedad”, aseguraba.
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