Lo que le queda al tren litoral de Málaga: "Si se dan mucha prisa, 11 años; 16 a un ritmo normal y si está todo el dinero"
Los expertos ponen en duda, principalmente, la financiación de un proyecto que se ha estimado en 6.700 millones de euros
Recientemente, el Gobierno de España adjudicó el estudio de viabilidad del tren litoral, desde Nerja hasta Algeciras. Una unión temporal de empresas (UTE), encabezada por WSP - Apia, se encargará de presentar el trazado del ferrocarril, así como su rentabilidad económica y social, o incluso por qué tipo de vehículos sería más óptimo decidirse desde el Ministerio de Transportes. Para el cometido tienen 18 meses. El subdelegado del Gobierno afirmó ese mismo día que el tren litoral lo haría Pedro Sánchez. Lo cierto es que el trabajo ahora contratado es un primer paso necesario para un camino mucho más largo entre trámites, decisiones y obras. Una semana después, a propuesta del PP, el Congreso aprobó pedir al Gobierno una cronología con plazos claros sobre su futuro. Aunque fuentes del PSOE señalaban después que era harto complicado, "cuando abramos no sabemos qué nos vamos a encontrar". Distintos expertos consultados coinciden, si va todo como la seda y se dispone de todo el dinero y la voluntad inversora y tramitadora, es posible hacerlo en once años. Lo normal, es que se demore hasta los 16, siempre que no haya ningún alto en el camino. Pero también hay que recordar que no sería la primera vez que se inicia este camino para años más tarde meterlo en un cajón y empezar de cero.
Pero, ¿cuáles son los factores claves que podrían hacer retrasar el proyecto? Principalmente la toma de decisiones, el plazo que se den las administraciones para iniciar licitaciones y, sobre todo, la financiación. El estudio ahora adjudicado cuesta un millón de euros. Un caso de agua comparado con el mar que supondrá el total de la obra. El último proyecto que presentó el Ayuntamiento de Málaga, financiado por Unicaja y elaborado por ARCS, empresa de José Alba, fue presupuestado en 2.100 millones de euros. Sólo para llegar hasta Marbella. La Asociación nacional de constructoras, Seopan, ha elevado esta cifra –eso sí, para todo su recorrido– en 6.699 millones de euros.
Antes, en la etapa como ministro de Fomento de Íñigo Gómez de la Serna (PP), se elevaba a 4.000 millones si continuaba hasta Estepona. El estudio de viabilidad murió en un cajón con la moción de censura que presentó Pedro Sánchez en 2018, antes de que se iniciase la declaración de impacto ambiental del mismo.
El camino por delante
A nadie se le escapa que una gran infraestructura como la propuesta (y con las dificultades técnicas tantas veces usadas como excusa para mantener el proyecto en stand by) no es un huevo que se echa a freír de un momento a otro. Por eso Málaga Hoy ha preguntado a distintos expertos por una posible cronología. Siempre con el pretexto de que la voluntad política es impulsarlo y tramitarlo a la máxima celeridad. Que los tiempos de decisión entre fases son los mínimos y que se cuenta con la financiación para ello. Ángel García Vidal, presidente del Colegio de Ingenieros de Caminos de Málaga; Lluis Sanvicens, consultor de movilidad y transportes con dos décadas de experiencia en el Metro de Málaga y que se presentó a la licitación por el estudio de viabilidad, Vicente Jordá, experto… y el propio José Alba coinciden en una horquilla temporal que va de los once años en el mejor de los casos, a los 16 si el ritmo es normal. Eso, siempre, contando con un escenario siempre propicio.
Así, los expertos, concuerdan en que sería posible la siguiente cronología: El estudio de viabilidad actual ocupará 18 meses. A estos se les debe sumar otros 6 meses para decidir, con los datos que arroje, el camino a seguir. En ese momento, se debe iniciar el estudio informativo (aunque García Vidal apuntó a que podría dividirse, incluso, en dos, con la capital como eje central); otros 18 meses. Dentro de este estudio deberá ir a la par la declaración de impacto ambiental (Sanvicens precisa que puede estar dentro), García Vidal no estima menos de dos o tres años.
Con todos los estudios ya iniciados y contando siempre con que se cuenta con la financiación (recordemos, 6.700 millones según la estimación de la asociación de promotores), se deben iniciar los pryectos constructivos. Estos se harán por tramos, cada uno, podría estar en torno a los 15 o 20 kilómetros de recorrido. El periodo para esto puede ser de dos años. A la vez deben iniciarse las expropiaciones que sean necesarias. Si van por la vía rápida –siempre estamos en el más favorable de los casos– se estima que en seis meses se pueden licitar y otros seis para efectuarlas.
Con todo listo, se dan un año para licitar las obras. Aquí, lo normal es que se haga por tramos, de ahí que nadie quiera bajar de los cuatro años de obras. Pero esto, claro, puede dilatarse tanto sea preciso. Lo normal es que las obras se liciten en tramos de esos 15 o 20 kilómetros. "Pueden hacerse a la vez, pero a ver quién tiene todo el litoral 'empantanado' de golpe", dice García Vidal. La posibilidad técnica muchas veces choca con la realidad.
De ahí que José Alba, en su estudio para el tren a Marbella, dijese que era posible hacerlo en ocho años. Diez con una pequeña horquilla con los inconvenientes. El ingeniero se reafirma en esa estimación, pero señala –o vuelve a señalar más bien– que el prinicipal problema es la financiación. "Como el de todas las obras modernas", dice. El modelo actual, apunta, está caduco, y defiende un modelo en el que participen los privados, única vía para darle celeridad a estos grande proyectos. "A Marbella se autofinancia por que hay demanda", asegura Alba, apunta que cada kilómetro de tren costará "entre 40 y 60 millones de euros". El presupuesto que él proyectó para el tramo estaba entre los 2.500 y los 2.700 millones de euros, según la alternativa a tomar de las dos presentadas.
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