Málaga en sus librerías

Calle Larios

Conquistado el resto a mayor gloria de la industria turística y hostelera, las librerías constituyen ya los únicos refugios del centro en los que la ciudad puede aún reconocerse a sí misma, como en otro barrio

Quién heredará Málaga

La única Málaga posible se encuentra en sus librerías.
La única Málaga posible se encuentra en sus librerías. / Javier Albiñana

Afirmaba el escritor Jorge Carrión en una entrevista reciente que el Gobierno debería proteger las librerías por su implicación “en la mejora de la salud mental”. Puede sonar exagerado, pero, la verdad, un servidor cada vez percibe más las librerías de Málaga como un refugio. Especialmente en el centro, donde cada vez se demuestra con más vehemencia que el turista eres tú: lo que puedes comprar, comer y beber y el dinero que piden a cambio es exactamente lo mismo que en cualquier aeropuerto. Es interesante que se siga insistiendo en la urgencia de ampliar el Aeropuerto de Málaga cuando lo cierto es que Málaga ya es su Aeropuerto: los viajeros corren con sus maletas por las aceras de la Alameda igual que en aquellas cintas transportadoras. El modelo de progreso asignado a la ciudad pasaba por convertirla en un no lugar, y eso es lo que tenemos. Pero no siempre quiere uno conformarse con el papel del abuelo Simpson aullando a las nubes, así que volvemos una y otra vez a las mismas calles para dejar al menos constancia de que seguimos aquí. Entonces, lo más razonable que puedes hacer es meterte en una de las librerías del centro. Y tan sencillo gesto basta para sentirte de nuevo en casa, acogido, como si ese rasgo familiar continuara allí, esperándote. Lo tremendo es la constatación de que ya no quedan muchas alternativas en el centro en las que Málaga pueda reconocerse a sí misma. El lema de las mil tabernas y las pocas librerías adquiere aquí un matiz interesante: las tabernas ya no están en Málaga, sino en cualquier otra parte. La única Málaga posible se encuentra en sus librerías. Ciertos barrios, pocos, tienen también sus librerías, algunas muy veteranas, es cierto; pero la única manera de encontrar un barrio en el centro está en Rayuela, en Proteo, en Luces, en En Portada, en Áncora, en Mapas y Compañía, en la Casa del Libro, en Comic Stores, y también en Códice, Re-Read, Abadía y las demás librerías de viejo que hacen frente a la combustión de los tiempos. Nadie habría contado con que llegaríamos a escribir estas líneas hacen veinte años, pero sí, las librerías entrañan hoy el último ecosistema de vecindad en la zona de la ciudad más castigada por la especulación insaciable. También buena parte de estos establecimientos, por cierto, están sometidos los caprichos de la voracidad inmobiliaria, así que la advertencia de Jorge Carrión debería ser tenida muy en cuenta.

El modelo de progreso asignado a la ciudad pasaba por convertirla en un 'no lugar', y eso es lo que tenemos

Por supuesto, en las librerías también entran turistas. Tiene sentido: cuando viajo por ahí, yo también me meto en las librerías de cada ciudad que visito, al menos las más representativas. Pero, claro, el turismo que te encuentras aquí no se parece nada al que cunde ahí fuera, el de las borracheras, las despedidas de soltero, la masificación y los malos modales. Más aún, la posibilidad de entablar conversación con algún lector de otras latitudes es siempre excitante. De cualquier forma, es relativamente fácil encontrarte a alguien conocido en una librería y charlar un rato, por no hablar de los propios libreros, sobre todo si eres cliente habitual. Si la prevalencia del libro de papel sobre el libro electrónico es un hecho en términos de consumo, del mismo modo el factor humano sigue siendo una clave fundamental en lo que tiene que ver con la adquisición de libros, y nadie habría apostado un céntimo por semejante panorama hace solo un lustro. No deja de resultar paradójico que quienes aman los libros puedan disponer de este consuelo último, de esta inesperada conexión con su ciudad; pero lo cierto es que la memoria de la Málaga reciente es la memoria de sus librerías. Habrá que estudiarlas y recordarlas en el futuro cuando alguien quiera saber cómo nos las gastábamos en el corazón de la ciudad. Fuera, insisto, prácticamente ningún testimonio podrá hablar de nosotros con la misma fidelidad. Desde esta premisa, uno solo puede reparar en sus librerías como un privilegio. Todavía, para mucha gente en muchos pueblos y algunas ciudades, acudir a una librería reviste un carácter extraordinario, por la sencilla razón de que hay que hacer unos cuantos kilómetros para llegar a la más cercana. Al final, la Málaga Valley tiene su mayor principio de modernidad en lo que venía siendo elemental: los libros.

Al final, la Málaga Valley tiene su mayor principio de modernidad en lo que venía siendo elemental: los libros

Viene todo esto a cuento porque el pasado día 11 se celebró en España el Día de las Librerías. La efeméride habría merecido un poco más de resonancia en Málaga, pero, en todo caso, estos eventos son útiles para dar una resonancia especial a lo que debería ser común y cotidiano. Siempre he defendido, y no está mal volver a recordarlo, que, además de la Málaga del cine y del arte, existe una Málaga de los libros. Y que su definición, promoción, cuidado y atención reportaría beneficios directos no al turismo, no a una industria, sino a la ciudadanía en su conjunto. Es una pena que la ciudad dejara pasar este tren para luego lamentarse del ninguneo a cuenta del centenario de la Generación del 27 o de la escasa inversión institucional en citas como nuestra Feria del Libro. Pero, con unas políticas adecuadas, este tren puede volver a pasar. Solo hace falta un poco de imaginación. Una proyección de Málaga como ciudad del libro debería tener en todo caso su acento y su primer impulso en las librerías. Absténganse los entusiastas del modelo, aquí no hay tarta alguna de la que llevarse un trozo, solo un punto de encuentro en el que sentirnos en casa. Aunque a lo mejor precisamente por esto el mundo de los libros constituye aún un elemento de segunda división en la marca cultural de Málaga.

stats