La Málaga que siempre vio Paco de la Torre
Tribuna de opinión
Un político de la ‘vieja escuela’, movido siempre por la moderación, el talante, la educación y los buenos modales ante todo
Tribuna de opinión de Alberto Núñez Feijóo: 'Paco de la Torre: la revolución tranquila'
Pocos pueden dudar hoy de que la marca Málaga es una referencia no solo en Europa, sino en el resto del mundo: uno de los lugares, de hecho, en los que cada vez más gente quiere vivir y trabajar y que cada vez más empresas eligen como sede. Una gran ciudad del sur del Mediterráneo que se mira cara a cara con grandes capitales europeas. Y que mantiene un dinamismo y un desarrollo que le auguran un gran futuro, más allá del enorme presente que ya representa.
Y la gran transformación de Málaga tiene un nombre propio, que es el de Francisco de la Torre.
Paco supo recoger el testigo de Celia Villalobos y llevar a cabo una estrategia de ciudad que ha convertido a Málaga en este cuarto de siglo en la referencia de calidad de vida y pujanza económica y empresarial que es.
Málaga, en la primera etapa tras la llegada de los populares a la Alcaldía, se recompuso como ciudad y definió su ambición por ser una urbe moderna con una enorme transformación urbanística, de imagen y de cuidado por el bienestar de sus vecinos.
En la siguiente fase supo tejer un centro histórico bien definido, crear una completa red de aparcamientos o afrontar retos enormes como la construcción del metro.
La llegada del AVE, su puerto de cruceros y la ampliación del aeropuerto llevaron a Málaga a aumentar su apuesta por convertirse en gran destino urbano. Y llegó el desembarco de los grandes museos, que eligieron la capital malagueña por la perseverancia y la clarividencia de su alcalde, quien supo atraer las grandes marcas de la cultura para convertir a Málaga también en referente mundial. Y una vez logrado ese posicionamiento, llegó la apuesta por las grandes empresas tecnológicas y transformar la ciudad en el Silicon Valley de Europa. Y, aunque todo pudiera parecer casual, todo ha formado parte siempre del plan.
Paco de la Torre no solo ha tenido siempre esa visión estratégica de ciudad en su cabeza, sino que ha demostrado con su incansable compromiso, con su capacidad de diálogo, y su cercanía y talante, que la política local no está reñida con la grandeza y la ambición por ser mejores.
Málaga es lo que es hoy por Paco De la Torre, que se ha ganado a pulso estar sin duda entre los mejores alcaldes de España. Paco siempre ha sido un ejemplo para todos, al que cuesta mantener el ritmo y que no entiende de horas ni de límite de trabajo por la ciudad que él ha convertido en la capital que hoy es Málaga. Un político de la ‘vieja escuela’, movido siempre por la moderación, el talante, la educación y los buenos modales ante todo. Virtudes que lo han hecho siempre querido y admirado por los malagueños.
Sus 25 años de alcalde son el reflejo de su fuerza y lozanía, la ilusión que mantiene y el gran futuro que todavía tiene por delante Málaga como gran capital del Mediterráneo.
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