Cultura

El mito de que todo el arte soviético fue igual se rompe en Málaga

  • A través de 132 obras, la exposición 'Radiante Porvenir' del Museo Ruso muestra el arte comprendido entre 1930 y 1950

Una de las obras de la exposición

Una de las obras de la exposición / Daniel Pérez / Efe

Frente a la creencia extendida de que el arte del realismo socialista fue homogéneo, la nueva exposición anual de la sede en Málaga del Museo Estatal de Arte Ruso de San Petersburgo viene a romper ese mito para mostrar distintas tendencias artísticas durante el periodo soviético.

A través de 132 obras, la exposición "Radiante porvenir" muestra el arte comprendido entre 1930 y 1950, cuando había que ensalzar a los líderes políticos del momento y lanzar los mensajes propagandísticos del poder.

"Todo fue más complejo e interesante de lo que se piensa", ha destacado hoy en una visita guiada la comisaria de la exposición y directora artística del Museo de San Petersburgo, Evgenia Petrova.

Ya en las primeras salas están presentes Lenin y Stalin, desde los momentos preparatorios de la Revolución por parte del primero o en la juventud del segundo, durante su estancia en Siberia por sus actividades revolucionarias.

Algunas obras, como un cuadro en el que Lenin pronuncia un discurso, no fueron aceptadas por las autoridades en su momento, quizás porque el autor, Isaak Brodski, pintó demasiado cielo en lugar de unas masas enfervorizadas por la alocución del líder.

En otras ocasiones los artistas se fijan en personajes anónimos de la sociedad, como una universitaria o una trabajadora, muchas veces femeninos, porque la mujer "tenía en la época soviética un rol muy protagonista", según Petrova.

Cuando no existían la televisión y otros medios para difundir la actividad del gobierno, estos cuadros de gran formato eran la mejor forma para hacerlo con gran detalle por parte de sus autores.

Tras la ejecución del dirigente Beria, su imagen fue borrada del lienzo "Para la felicidad del pueblo", de Dmitri Nalbandián, en el que aparecía junto a Stalin, y que también se expone en Málaga.

Otro óleo, de Vasili Yákovlev, muestra a unos mineros felices y bien vestidos que escriben una carta de respuesta a Stalin después de haber pedido éste más oro para la Unión Soviética.

En el discurso oficial tuvo una gran importancia también el deporte, al que le dedica una sala la exposición, que recorre además acontecimientos históricos como la Segunda Guerra Mundial y, dentro de ésta, la batalla de Sebastopol o el sitio de Leningrado.

El Museo Ruso de Málaga ha presentado hoy, asimismo, dos nuevas exposiciones temporales, la primera titulada "La mirada viajera", que da una idea de los numerosos viajes que plasmaron los artistas de ese país durante los siglos XIX y XX.

Lugares tan diversos como Egipto, Palestina, Marruecos, Italia, Francia, España, Alemania, Suiza, Holanda, India, Estados Unidos, China o Japón fueron reproducidos por sus pinceles, y reunidos ahora en Málaga pueden ayudar a ver Rusia "como un país no tan cerrado como se piensa", a juicio de la comisaria.

La segunda exposición temporal es la dedicada a Mikhail Schwarzmann, un pintor considerado "underground" porque, al volver a la vanguardia y salirse de la estética dominante entre los años 50 y 70, no se le permitiría mostrar sus obras en las exposiciones oficiales hasta bien entrada la década de los 80, ha explicado Petrova.

Pese a esa condición de pintor no oficial, "le conocía todo el mundo, era como un gurú y ayudó a otros muchos pintores a salir del realismo", ha añadido la comisaria.

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