El mono que tenían los traficantes
La Policía Nacional intervino al primate durante una operación antidroga y será enviado a un centro en Córdoba


La Policía Nacional seguía el rastro de dos traficantes que vendían droga a pequeña y mediana escala en un piso de la barriada de Los Palomares de la capital. Pero cuando entraron a hacer el registro, la droga no fue lo único que encontraron en su interior. Como si de un loro o un canario se tratara, tenían en una jaula una pequeña cría de un mono tití común o de pincel blanco. Una especie entrañable pero que ningún particular puede tener como mascota.
El pequeño primate está valorado en casi 3.000 euros y tenía puesto un arnés porque, al parecer, sus dueños solían sacarlo a pasear con una correa como a un perro. Los agentes que participaban en la operación Logan, y que se saldó con la detención de dos mujeres –madre e hija de 44 y 24 años respectivamente–, avisaron inmediatamente a la Sociedad Protectora de Animales de Málaga para que se hiciera cargo del animal, que tiene la máxima protección en el convenio Cites(Convención sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Fauna y Flora Silvestres).
No vale con tener la documentación en regla sobre el animal. La legislación vigente es contundente en el caso de los primates y prohíbe expresamente la tenencia de este tipo de animales por parte de particulares. El mono sigue en las instalaciones de la Protectora, pero no por mucho tiempo. El Servicio de Protección de la Naturaleza (Seprona) de la Guardia Civil está tramitando su envío a un depósito de animales en Córdoba.
No es la primera vez que en una operación policial de este tipo se encuentran animales exóticos a modo de mascota. El presidente de la Sociedad Protectora, José Carlos Cabra, asegura que en más de una ocasión ha tenido que intervenir junto con la Policía para recoger loros, guacamayos y alguna que otra serpiente. Una afición peligrosa y cara que no está al alcance de cualquiera.
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