El odontólogo que dormía en el coche

Javier Castilla es odontólogo, tiene hipoteca, vive en Sevilla, trabaja días sueltos para el Servicio Andaluz de Salud (SAS) y va como el baúl de la Piquer de un pueblo a otro de la comunidad autónoma. Allí donde el SAS le ofrece un contrato. Como las cuentas no le cuadran, ha decidido dormir en un colchón de gomaespuma en su coche. Y lo ha hecho a las puertas del centro de salud de La Carihuela (Torremolinos), en el que pasaba consulta hasta ayer.

CSIF achacó su situación a "la precariedad laboral" del SAS. "Si renuncian a un contrato, los penalizan en la bolsa y las criaturas van donde los llaman", resumió Antonio Osorio, responsable de sanidad del sindicato. El odontólogo aclara: "Yo no me quejo del contrato porque es legal". Castilla explica que su malestar se debe a que hace años, cuando se producía una baja, el contratado la cubría en su totalidad, fueran 15, 30 o 90 días. Pero asegura que con los recortes la situación ha cambiado. Ejemplifica que si la baja es de 30 días, el SAS hace contratos por 12 jornadas sueltas en las que comprime toda la agenda. Así, afirma, el profesional saca adelante el mismo trabajo, pero a la Administración le sale más barato.

Su contrato, por ejemplo, fue del 18 al 22 de junio. Las citas que ya estaban concertadas para la semana que viene han sido canceladas. "Todo es legal, pero la forma de contratar te lleva a la ruina", afirma el odontólogo. Castilla advertía que solo cotiza a la Seguridad Social las jornadas trabajadas. Algunos días ha llegado a hacer 410 kilómetros por dos días de contrato. "Si quito la gasolina, no salgo ni al salario mínimo interprofesional", se queja.

Por su parte, Salud replicó que Castilla se encontraba disponible para trabajar en toda Andalucía, que su contrato es del 100% y que accedió voluntariamente al puesto de trabajo sabiendo que no incluía alojamiento ni desplazamiento. Además, señaló que el Distrito Sanitario Costa del Sol, cuando conoció su situación le ofreció distintas alternativas para que se desplazase en coche con otro compañero de la misma ciudad y tuviera menos gastos, "a lo que se negó". Finalmente, acusó a CSIF de "manipular la realidad" porque el contrato no es precario.