Este es el origen del pitufo de Málaga, con más de 40 años de historia

El pitufo es un símbolo del desayuno en Málaga. Así como el sistema de pedir cafés - mitad, nube, sombra, entre un largo etcétera- forma parte de la idiosincrasia malagueña, los restaurantes y cafeterías sirven desde hace más de 40 décadas este bollo pequeño. Y hace unos meses, la historia de sus orígenes acabó un nuevo capítulo. El obrador cuna del pitufo, la panadería Mateo Luque dejó de funcionar el pasado 31 de mayo. Silvestre Luque, hijo del fundador, cerró las puertas del negocio después de cumplir 66 años y jubilarse.

De unos 50 o 60 gramos, consta de unos 10 centímetros de largo y unos 7 de ancho. Este pequeño bollo de pan se rellena de diferentes cosas, ya sea embutido, mermelada o paté, entre otros. Y desde que surgió en la década de los 80, ha formado parte de la historia gastronómica de Málaga.

El origen del 'pitufo' de Málaga

El origen del pitufo viene de la mítica serie de dibujos animados con el mismo nombre, Los pitufos, y que se puso de moda en la década de los 80. Silvestre Luque relata que la idea la tuvo su padre tras ver que habitualmente los clientes pedían media viena, en lugar de una entera. Por tanto, ‘‘él dijo de intentar hacer un tipo de pan más pequeño, a los días vi a un pitufo en la tele con un panecillo y pensamos en ponerle ese nombre’’, recuerda Luque hijo.

‘‘Antiguamente, lo hacíamos a mano. Luego tuvimos la formadora. Eran unas piezas muy pequeñas, de 50 o 60 gramos. Todo era artesano’’, explica sobre el proceso de elaboración del pitufo malagueño. Era un tipo de pan que no existía antes. Sí que había vienas y otros tipos con un peso que oscilaba los 120 y 140 gramos, pero nunca algo tan pequeño que ‘‘se ha convertido en un símbolo y todo el mundo lo conoce así’’, dice con una sonrisa Luque.

Historia del obrador Mateo Luque

La historia de este obrador comenzó en 1964 cuando Mateo Luque montó su propia panadería en calle Churruca. ‘‘Mi padre ya trabajaba de panadero con mi abuelo y estaban por calle Carretería’’, explica, pero con el paso de los años, el fundador se trasladó a trabajar a otra panadería en calle Churruca y, con el tiempo, pudo abrir su propio establecimiento en la zona con lo necesario en aquella época, es decir, una amasadora y un horno. En el año 1985 se trasladaron a calle Tampa e inauguraron el nuevo establecimiento el 21 de septiembre de aquel año, coincidiendo con la festividad de san Mateo. Según Luque, con el tiempo han ido evolucionando y amoldándose a las nuevas generaciones.

Esta emblemática panadería de la capital cerró sus puertas el pasado 31 de mayo, tras cerca de 60 años de historia, aunque su legado sigue vivo en los desayunos de los malagueños.