El juez de la Audiencia Nacional Santiago Pedraz dictó ayer el ingreso en prisión provisional del supuesto bróker Javier Biosca, creador de Algoritmhmics Group, una empresa que en 2019 captaba, presuntamente, inversiones de particulares que querían obtener altos intereses en el mercado de las criptomonedas. El investigado, con una orden internacional de busca y captura por una supuesta estafa piramidal cuyo valor superaría los 280 millones de euros, fue detenido este domingo en la zona de la Axarquía por otro asunto.

El titular del Juzgado Central de Instrucción número 1 envió a prisión a Biosca a la espera de tomarle declaración por los hechos que se le atribuyen y que pueden ser constitutivos de un delito continuado de estafa, blanqueo de capitales y organización criminal.

Durante la vistilla, que se celebró ayer través de videoconferencia y en la que se le dio traslado al empresario de la querella contra él, acudieron las partes personadas así como el Ministerio Fiscal. A Biosca le acompañó un abogado de oficio. La acusación popular y particular, ejercida por la abogada Emilia Zaballos, que comenzó representando a más de 300 afectados –aunque la cifra ya se ha duplicado– había solicitado acordar la medida cautelar de prisión provisional para el investigado no solo “por el gran número de afectados y las cuantías disparatadas”, sino también por el “riesgo de fuga” que considera que tiene debido a sus “recursos” y, sobre todo, para evitar la posible “destrucción de pruebas, que son vitales”.

En palabras de Zaballos, también presidenta de la Asociación Afectados Criptomonedas, son casi 600 las víctimas personadas por este presunto fraude, aunque, matiza, “podrían ser miles”. “El nicho de afectados son, en un 95%, microinversores que destinaron pequeñas cantidades”, remachó a este periódico.

A su juicio, el empresario y creador del negocio dirigido a inversiones en criptomonedas “ha abusado de la confianza” de los inversores dado que los primeros comenzaron a recibir beneficios, se corrió la voz entre familiares de estos alabando su figura y el negocio pasó rápidamente de los 30 inversores a los 500.

La acusación particular entiende también que el investigado se ha aprovechado de la “necesidad” de muchos durante la pandemia y el confinamiento, cuando se produjeron los primeros supuestos incumplimientos y situaciones de “irregularidad” por parte del agente, que supuestamente dejó de pagar a casi todos los inversionistas. “Hubo quien pidió préstamos o empeñó joyas porque necesitaban liquidez. Era una rentabilidad muy alta la que ofrecía y de forma semanal”, subrayó la abogada.

La carta de presentación de Biosca

Por su parte, el letrado que lleva una de las querellas, Juan Carlos Gómez León de Gran Vía Advocats, indicó que Biosca se presentaba como un bróker que tenía “sistemas de información muy sofisticados que permitían inversiones con criptomonedas”, lo que conllevaba “muchísimas compras por segundo”. Supuestamente, garantizaba, precisó, rentabilidades del 20% semanal, que más tarde rebajó al 10%.

Este abogado representa a unos 20 afectados, en cuyo caso el perjuicio estimado ha sido de unos 3 millones de euros. Ha habido víctimas que llegaron a invertir “hasta 1 millón de euros”. “La rentabilidad era tan importante que en pocos meses se multiplicaba exponencialmente la cantidad que se había invertido”, afirmó Gómez de León. Cada semana, Biosca habría ofrecido a los inversores “recuperar la cantidad o reinvertirla”, de forma que “capitalizaba el cien por cien de los intereses devengados”. “Ese capital ya era propiedad del inversor. Las inversiones generadas en un año tenían intereses exponenciales”, apostilló.