El 21 de julio de 2019, el domingo posterior a celebración el día de la Virgen del Carmen, la patrona de las gentes de la mar cumplió su tradicional salida procesional desde las aguas del puerto malagueño. Con la novedad de que aquella salida se realizaba en un horario matinal cuando habitualmente siempre se había llevado a cabo por la tarde, aquel cortejo marítimo no despertó el interés esperado y, la procesión que se complementa con el tradicional hermanamiento con la virgen submarina situada frente a las playas malagueñas pasó, permítanme la expresión, sin pena ni gloria.

Una vez superados los dos duros años pandémicos en los que la patrona no salió a la mar, este año, la Antigua y Venerable Archicofradía de Nuestra Señora del Carmen Coronada ha retomado su procesión marítima; una jornada que, por casualidades del calendario, se ha celebrado un día después del significativo 16 de julio.

Mantenido el horario matinal estrenado en 2019, la virgen perchelera, tras embarcar en el engalanado remolcador Trheinta comenzaba minutos antes de las diez de la mañana su procesión; un cortejo que salía acompañado por dos de las golondrinas que dan paseos por la bahía y algo menos una docena de pequeñas embarcaciones. Cumplimentado el encuentro con la imagen submarina que iba mucho más acompañada y tras el homenaje a las gentes de la mar que ya no están, la patrona regresaba al puerto prácticamente sola.

Desembarcada tras una larga espera al sol debido a que la banda de música no llegaba, Nuestra Señora del Carmen Coronada dejaba el muelle dos con destino a catedral, lugar desde el cual, por la tarde escenificaría su solemne procesión terrestre.

Y aunque doctores tiene la Santa Madre Iglesia, quizás, visto lo visto, tal vez sería bueno ver porqué la procesión marítima oficial carmelitana no tiene el tirón que tenía años atrás. Partiendo de la base que el horario matinal no parece ser el más adecuado y con la sombra de las muchas procesiones que, de este a oeste salpican el litoral malagueño, el tradicional cortejo portuario parece que ha dejado de interesar.

Un histórico y multitudinario evento que, al menos en la mar, no parece que esté viviendo sus mejores momentos.