Un profesor de Málaga, atrapado con sus alumnos en el AVE parado por la avería del lunes: "Los estudiantes han tenido una actitud ejemplar"
Un docente del colegio de Gamarra regresaba junto con 13 menores de una semana de voluntariado en Palencia
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Un profesor y trece alumnos de primero de Bachillerato se encontraban entre los más de 300 viajeros que estuvieron atrapados catorce horas en un AVE de Madrid a Málaga a la altura de Villaseca de la Sagra (Toledo) por la avería de una catenaria.
Alejandro Yuste, docente y coordinador de Acción Evangelizadora del colegio Gamarra en Málaga, ha relatado a EFE que los alumnos -doce de Málaga y uno de Granada- regresaban este pasado lunes tras una semana de voluntariado en Palencia cuando se produjo esta incidencia, que "empaña un poco la experiencia".
Los estudiantes, de 16 y 17 años, han tenido "una actitud ejemplar" ante la situación que han vivido en las últimas horas al estar detenido el tren en Toledo, con escasa información, "mucho calor, sin aire acondicionado y a oscuras".
El tren, que tenía prevista su salida a las 19:35 de Madrid, salió con algo de retraso y se detuvo sobre las 20:25 horas en La Sagra. Una vez que abrieron las puertas de emergencia los adolescentes salieron del tren, pero decidieron volver debido a los mosquitos que había, ha señalado.
Voluntarios de Protección Civil y agentes de la Guardia Civil llevaron agua y bocadillos a los pasajeros del tren afectado, que desconocían si iban a salir hacia Málaga o a Madrid, ha indicado Yuste, que trasladó a Renfe la situación de "abandono" e "incomodidad" por la incertidumbre a través de las redes sociales.
El profesor ha elogiado el comportamiento de sus alumnos: "son maravillosos, eso ayuda porque con uno que hubiera dado la lata se hubieran contagiado".
Tras ser trasbordados en Atocha a otro tren, desde las 11:35 del martes viajaron hacia Málaga, aunque en distintos vagones, mezclados con un pasaje de lo más variopinto: desde familias con niños a adultos que tenían que ir al trabajo o personas que empezaban sus vacaciones.
Los alumnos estaban "adormilados, con ganas de llegar", muchos de ellos sin batería en el móvil. Yuste apenas había logrado dormir media hora porque había estado pendiente de cómo se encontraban sus alumnos, de atender a sus padres al teléfono y de preguntar a los trabajadores de Renfe y la Guardia Civil información.
Tras reencontrarse con sus familias después de una semana de ausencia se fueron a "casa para una ducha, comer y dormir". Confía en que esta experiencia quede como una "anécdota" y así ha intentado trasladárselo a los jóvenes, a los que les insistía que "más tarde o más temprano iban a volver".
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