Miles de ciudadanos pasaron ayer el primer día del puente festivo más largo del año atrapados en el aeropuerto de Málaga. La huelga salvaje de los controladores aéreos afectó a un total de 162 vuelos de la terminal malagueña, de los cuales 85 eran de salida y 77 de llegada. Entre todos ofertaban hasta 34.000 plazas de avión. El aeropuerto no precisó la cantidad exacta de afectados, pero éstos se pueden contar por miles.

El tráfico aéreo empezó a restablecerse en todo el territorio nacional a partir de las 16:00, según precisaron fuentes de los Aeropuertos Españoles y Navegación Aérea (Aena). Sólo a partir de entonces algunos aviones pudieron salir. A media tarde de ayer se incorporaron al aeródromo malagueño nueve controladores aéreos a sus puestos de trabajo junto a dos supervisores. Pero la mayoría de vuelos ya se había suspendido en la capital malagueña, de hecho cuatro compañías (Iberia, Air Europa, Ryanair y Spanair) anunciaron a media mañana a sus clientes a través de la megafonía del propio aeropuerto que todos sus vuelos de la jornada quedaban cancelados. El aeropuerto de Málaga tenía previstos un total de 216 vuelos en la jornada de ayer, la mitad de ellos eran salidas y otros tantos llegadas. La mayoría de los que pudieron salir acumularon retrasos por la singular situación vivida, por vez primera en la historia de la democracia española, el Ejecutivo en un Consejo de Ministros extraordinario tuvo que aprobar un decreto por el que declara el estado de alarma.

Los problemas aéreos se iniciaron la noche del viernes. Las incidencias se saldaron en Málaga con una veintena de cancelaciones, en igual número de salidas y de llegadas. Para prevenir incidentes de cualquier tipo, el aeropuerto de Málaga reforzó ayer todos sus dispositivos de seguridad, información y limpieza. Al igual que en el resto de aeródromos del territorio nacional, la Unidad Militar de Emergencias (UME) ofreció mantas y agua en el aeropuerto de Málaga. Pero según fuentes de Aena, la jornada transcurrió sin incidentes reseñables. Agentes de la Policía Nacional se dejaron ver con petos amarillos por la terminal malagueña y personal de seguridad privada del propio aeródromo confirmó que no se produjeron altercados algunos. "La verdad es que la cosa marcha demasiado tranquila para la que está cayendo, pero la gente se lo está tomando con calma. A veces hay alguien que da una voz más alta que otra por los nervios pero todo dentro de la normalidad", explicaron. Para la jornada de hoy se espera normalidad en el espacio aéreo, pero el colapso será inevitable ante la cantidad de vuelos cancelados.