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  • En la actualidad los sistemas sanitarios son los que más ataques reciben, desde el año 2014 han aumentado un 600% para convertirse en objetivos prioritarios de los delincuentes

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La respuesta del sector sanitario a la ciberdelincuencia

La respuesta del sector sanitario a la ciberdelincuencia. La respuesta del sector sanitario a la ciberdelincuencia.

La respuesta del sector sanitario a la ciberdelincuencia.

Escrito por

Juan Pablo Cubillo Castillo

HACE pocos días, se ve que para comenzar el año con buen pie, se produjo un nuevo caso de ransomware (secuestro de datos a cambio de un rescate) a un hospital, esta vez uno infantil, en la ciudad canadiense de Toronto. El delito provocó un total rechazo del acto incluso en el gremio de los propios ciberdelincuentes, apuntando el origen hacía el grupo LOCKBIT, más tarde se confirmó que fue un grupo filial, ante lo cual la “célula madre” de estos hackers acabó pidiendo disculpas al mismo tiempo que ofrecieron inmediatamente herramientas para revertir los posibles daños causados –al parecer, hoy en día hasta los delincuentes tienen que cuidar su imagen corporativa de cara a la galería–.

Para comprender este campo de la criminalidad, lo primero debemos entender que hablamos de grupos de ciberdelincuentes muy organizados, olvidemos la imagen idealizada en los años 80 y 90 del adolescente listillo, con acné y sin demasiadas amistades femeninas que juguetea con un modem aislado en su cuarto del mundo. Ahora hablamos de grupos organizados, muy preparados y jerarquizados que actúan coordinadamente contra un objetivo previamente escogido, como las bandas más preparadas de “delincuentes analógicos”. Y de la misma forma, no todos actúan del mismo modo, ni utilizando las mismas técnicas, ni contra los mismos sectores.

Según el Centro Criptológico Nacional (CCN-CERT) los sistemas informáticos hospitalarios son los más atacados a día de hoy. Se ofrece unos números donde se puede ver que desde el año 2014 se ha incrementado un 600% este tipo de acciones cibernéticas que tendrían como objetivos la sustracción de datos médicos y todo lo que tuviera que ver como pudieran ser informes clínicos concretos ó menciones al estado de desarrollo de alguna investigación en curso. Y es que al parecer, una de las posibles causas para este tipo de delitos es la actual tendencia a compartir datos entre hospitales de manera habitual. La inteligencia médica es poco conocida y no es de extrañar, posee unos de los grados de seguridad y confidencialidad más altos que podamos imaginar.

Los sistemas informáticos hospitalarios son los más atacados a día de hoy

De la misma forma habría que comprender que no en todos los países la industria sanitaria es igual –por suerte para nosotros en este caso– ya que en determinadas naciones, la mayor carga recae en la empresa privada, la cual estaría más expuesta a ser la víctima dado que es más fácil que comparta información con otros centros, por razones comerciales o de otra índole.

Así pues, en el campo de la Inteligencia ha terminado produciéndose una especialización para poder dar respuesta a las nuevas necesidades de seguridad que han surgido de manera apremiante, consolidándose pues la Inteligencia Sanitaria ó médica encuadrada en el concepto Medint (Medical Intelligence).

Esta disciplina es a la par tan desconocida como importante debido a los intereses que mueve a su alrededor, ya sean nacionales, englobados en los Departamentos de Defensa de los respectivos países como en lo que a la versión de Inteligencia Competitiva (sector privado). De ahí que las inversiones e investigaciones sean de un grado de confidencialidad muy elevado, tanto en lo que respecta a la economía, como a los posibles hallazgos en este campo.

Como toda rama de la Inteligencia, para comprenderla bien debemos conocer su nacimiento y evolución, que en este caso es más antiguo de lo que se suele imaginar, pues tiene su origen en el tronco común de la respectiva función pública, concretamente durante el desarrollo de la II Guerra Mundial gracias a la creación del Centro Nacional para la Inteligencia Médica (NCMI) dentro de la Agencia de Inteligencia de Defensa (DIA) en los Estados Unidos de América.

Este Centro, tiene desde entonces como razón de ser la producción de todos los recursos de Inteligencia de cara a evitar cualquier posible amenaza extranjera contra el bienestar y el estado de salud de los ciudadanos, protegiendo así sus intereses en dicha materia como país. Su objetivo es el de proporcionar información relevante de cara a poder minimizar el impacto en escenarios tan diversos como epidemias, catástrofes naturales, conflictos armados, guerra biológica ó bioterrorismo.

Los profesionales habilitados para dicha tarea, deben trabajar recabando información previa, y en muchas ocasiones “sobre el terreno” y sin llamar la atención, por lo que aun que muchos lo vean novedoso y específico, no prodigarse mucho al gran público es clave para la efectividad en su trabajo.

Asimismo, en la vía de la Inteligencia Competitiva, también se hace necesaria la existencia de dicha figura profesional más allá de los conflictos armados para, por ejemplo, dar con el remedio a las diversas enfermedades que por desgracia todavía afrontamos.Es una especialidad muy compleja al tener que tratar información delicada y en constante progresión debido a la continua investigación, además obliga a un reciclaje continuo al ser perfectamente posible la necesidad en cualquier momento de dar apoyo o tener que coordinarse con grandes instituciones u organismos gubernamentales en caso de crisis. El Covid ha significado la prueba de fuego para mostrar la relevancia de la Inteligencia Médica para afrontar grandes retos globales en un tiempo récord.

El ejemplo es claro, durante el transcurso de la pandemia, diversos países y empresas privadas aceleraban cada día más el paso para poder obtener una vacuna que pudiera hacer frente al Covid cuando antes; lo que no imaginábamos es que muchas de estas acciones se desarrollaron en el más absoluto secreto intentando no recibir interferencias de terceras partes interesadas en que se fracasase para beneficio de competidores.

Pero al mismo tiempo intenten imaginar cómo habría resultado de costoso lograr el reto de crear una vacuna sin ningún repositorio de datos técnicos a los que agarrarse para poder intentar comprender la complejidad del virus. Esta coordinación de información provechosa jamás hubiese sido posible sin los conocimientos de inteligencia médica necesarios para que ese trabase de información fuese seguro y fiable.

Ahora los malos ya saben de sobra que en un mundo donde la tecnología, la investigación y la información son claves para la medicina y no cesarán en su intento por aprovecharse por todos los medios y frente a esa amenaza la Inteligencia Médica es nuestra última barrera de defensa.

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