Los sanitarios se esfuerzan para predicar con el ejemplo

Baja un 42% en siete años la proporción de fumadores en el Hospital Carlos Haya

El neumólogo Marcos García Rueda atiende a un profesional del hospital.
El neumólogo Marcos García Rueda atiende a un profesional del hospital.

Por salud y por coherencia. Esas son las razones por las que desde hace siete años un buen puñado de sanitarios del Hospital Carlos Haya ha dejado de fumar. Desde entonces, ha bajado un 42% la proporción de fumadores. En el año 2004, antes de la entrada en vigor de la ley antitabaco, la proporción de sanitarios que fumaban era del 31,2%. En la actualidad es del 18%. Este porcentaje supone que los profesionales están 13 puntos por debajo en su adicción con respecto a la población general, ya que la proporción de andaluces fumadores es del 31,1%.

La Unidad de Tabaquismo del hospital ofrece ayuda psicológica y farmacológica a los trabajadores fumadores para que dejen el tabaco y prediquen con el ejemplo. "En ellos se va a mirar mucha gente y en su trabajo van a tratar a fumadores y es difícil que recomienden dejar de fumar si ellos lo hacen", apunta el responsable de la unidad, el neumólogo Marcos García Rueda. El especialista recuerda que la Organización Mundial de la Salud reconoce el tabaquismo como enfermedad crónica de carácter adictivo. García Rueda precisa que así como salen canas, con el envejecimiento se pierde capacidad pulmonar. Para convencer a quien lo escuche, el neumólogo precisa que si un no fumador pierde cada año 20 mililitros de capacidad pulmonar por el simple paso de los años, un fumador puede perder hasta 200. "Cuando el fumador llega a los 50 o 60 años ha perdido lo que por envejecimiento no habría perdido hasta los 90", advierte.

El problema es que los sanitarios también sucumben a la adicción tabáquica. Una encuesta hecha entre 400 trabajadores del hospital a finales de 2010 refleja que casi el 9% de los fumadores necesitan el primer cigarrillo del día a los cinco minutos de levantarse. Un dato que pone de manifiesto "una alta dependencia de la nicotina" y la necesidad de apoyo farmacológico como complemento al psicológico para dejar de fumar. Solo el 5,2% de los sanitarios del Carlos Haya encuestados no se plantea abandonar el tabaco y el 32,5% quiere hacerlo "en algún momento de su vida".

Además de a los profesionales del hospital, la unidad ofrece apoyo y tratamiento a fumadores ingresados o que frecuentan con asiduidad el hospital por patologías complejas como accidente cerebro vascular, infarto, enfermedad obstructiva crónica o cáncer de pulmón. García Rueda apunta que hay casos de personas que están graves a las que se tiende a dejarles seguir fumando. Pero en su opinión es un error porque asegura que está comprobado que la respuesta a los tratamientos mejora cuando el enfermo no fuma. En aquellos casos de adicción en los que el paciente no presenta cuadros patológicos graves pero manifiesta su intención de dejar el tabaco, la unidad se coordina con el centro de salud correspondiente para que haga el programa de deshabituación a través de atención primaria. La Unidad de Tabaquismo del hospital se creó hace 10 años y desde 2011 el Carlos Haya forma parte de la Red Europea de Hospitales Libres de Humo.

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