La playa de La Araña era a principios del siglo pasado una zona inhóspita por donde sólo discurría la vía del tren que unía Málaga y Vélez-Málaga, inaugurada en 1908, y que dejó ésta reducida a un espacio casi triangular donde los hombres de la mar se afanaban a diario en sacar el copo en el rebalaje. Es una zona caracterizada por su riqueza arqueológica y por los promontorios calizos que descienden hasta el borde del mar llamados los cantales, donde abundan las cuevas que testimonian un pasado prehistórico de gran interés en este espacio litoral comprendido entre Málaga y Rincón de la Victoria. Según el historiador Víctor Heredia, este rico conjunto de yacimientos "forma el más completo testimonio arqueológico de la ocupación prehistórica de la bahía malagueña".

De época muy posterior es la torre vigía conocida como Torre de las Palomas, que también ha dado nombre al lugar. Fue construida en la segunda mitad del siglo XVI durante el reinado de Felipe II y formaba parte de la red de torres vigía que se encargaba de dar aviso de la presencia de barcos enemigos, ya fueran piratas o de otras potencias en guerra contra España. Heredia contó que esta torre era originalmente denominada Torre de la Cueva de las Palomas, aunque también Torre de la Tuerta por un ventorrillo de esa denominación que existía en las inmediaciones, y estuvo en servicio hasta mediados del siglo XIX.

2016. La playa donde convive la prehistoria y la tradición

En los primeros años de la centuria pasada, todavía no se había construido la fábrica de cementos, que se instalaría en este lugar pocos años más tarde. La Sociedad Financiera y Minera adquirió estos terrenos por su riqueza en piedra caliza, arcilla y yeso, materias primas necesarias para la elaboración de los cementos artificiales, aunque también se tuvo en cuenta el fácil acceso gracias al nuevo ferrocarril. La fábrica de cemento artificial Portland era conocida popularmente como La Porla y empezó a producir en 1920.

En los terrenos existentes delante de la fábrica, entre la antigua carretera entre Málaga y Almería, y la vía del ferrocarril, fue surgiendo a mediados del siglo XX un pequeño núcleo de población cuyos habitantes estaban relacionados con la actividad de la cementera. Así se fue formando la barriada malagueña de La Araña, que creció en torno a la Torre de las Palomas y que es la última población del término municipal de Málaga hacia el litoral este, ya que pasado el arroyo de Totalán empieza el término municipal de Rincón de la Victoria.