La táctica de marear la perdiz

29 de diciembre 2010 - 01:00

LA táctica de entretener al contrario mediante rodeos para dar largas a un asunto se llama marear la perdiz. Pues esta es la esencia que parece mover el espíritu del llamado Pacto Antitransfuguismo suscrito en el año 1998 por todas las fuerzas políticas, cuyas directrices han estado a punto en más de una ocasión de plasmarse en un texto legal, pero que en la práctica sólo ha servido para incumplirlo, provocar el escándalo en amplios sectores de la opinión pública y que sea utilizado como arma arrojadiza entre los partidos mayoritarios. Hay ejemplos palpables de que el citado acuerdo sirve de bien poco hasta la fecha, como el famoso "tamayazo" que impidió el acceso al Gobierno de la Comunidad de Madrid del candidato del PSOE y obligó a repetir las elecciones autonómicas; que permitió la llegada del ex ministro Eduardo Zaplana a la Alcaldía de Benidorm gracias al voto de una edil socialista; o en el mismo municipio, el caso del ex concejal del PP José Bañuls que es el que parece que enterrará para siempre este pacto que ahora mismo ha entrado en vía muerta.

Desde las elecciones de 2007 Málaga se ha convertido en una de las provincias a la que cabe el dudoso honor de tener más casos pendientes de resolución de la citada comisión o de su comité de expertos. En este listado, en el que se encuentran casos de casi todos los colores, aparecen los nombres de Alcaucín, Estepona, Ronda, Yunquera, Sierra de Yeguas, Genalguacil, Benamocarra, Benamargosa y Montejaque. Una de las fuerzas más afectadas por las maniobras de los grandes para atraerse el voto de los más pequeños es sin duda el Partido Andalucista, cuyo representante, Óscar Camacho, tras la reunión del Pacto Antitransfuguismo celebrada en Madrid el pasado lunes, calificaba de espectáculo bochornoso el cruce de acusaciones entre PP y PSOE y solicitaba a los responsables de ambas formaciones que "se quiten las caretas y dejen bien claro ante la opinión pública si están dispuestos a afrontar este problema, o si por el contrario piensan seguir acusándose mutuamente sin tener la valentía ninguno de los dos de dar el primer paso para acabar con el mercadeo de votos".

Por su parte, el secretario general del PSOE de Benamocarra, José Antonio Díaz, donde el alcalde andalucista hace meses que decidió cambiar la chaqueta por la del PP, saludaba la decisión de remitir el caso a la denominada Comisión de Expertos Independientes, y tras calificar al regidor Abdeslam Lucena con todo tipo de lindezas dijo que "se ha ido al PP para hacer carrera, anteponiendo sus intereses personales a los generales de los ciudadanos de Benamocarra".

Una serie de declaraciones que podrían ir a parar a saco roto a la vista de las manifestaciones que el presidente de los populares de Málaga, Elías Bendodo, hizo a este periódico, en las que se refirió una vez más al comportamiento sectario y partidista del PSOE. Según el dirigente popular el intervencionismo socialista antepone sus intereses por encima de todo y hurta el debate de cuestiones como la de Estepona. "Allí no tienen más opción que Valadez porque nadie quiere ser un candidato derrotado e intentan con sus tentáculos ocultar la verdad", añadió Bendodo.

Desde la dirección provincial socialista adoptaron una posición más realista y señalaron que, a la vista de que los acuerdos políticos se pueden incumplir, se hace necesario un acuerdo legislativo que, entre otras cosas, evite que el voto de un tránsfuga cambie un alcalde, es decir, que evite que un tránsfuga quiebre la voluntad popular. En este sentido, los socialistas malagueños resaltaron la necesidad de apoyar la nueva ley electoral impulsada por el actual Gobierno, que recoge que el voto tránsfuga queda anulado en una moción de censura. Desde el PSOE mantienen que esta ley sí va a suponer un avance real para desactivar el poder de los tránsfugas.

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