Un testigo protegido declaró ayer que los acusados por el asesinato de una pareja alemana en su vivienda del núcleo de Chilches, en Vélez-Málaga, en enero de 2007, le propusieron participar en el asalto a dicha casa, que tenían planeado de antemano.

La Sección Octava de la Audiencia Provincial de Málaga acogió ayer la segunda sesión del juicio contra estos tres extranjeros, para los que la Fiscalía pide inicialmente una pena de 113 años de prisión por asesinato y robo con violencia. A uno de ellos lo acusa, además, por el asalto a otra vivienda del mismo municipio. Está prevista que la vista continúe el día 18 de este mes.

El testigo narró que previamente a los hechos en Chilches, sin poder concretar el día, presenció una reunión en la que los acusados preparaban el asalto y dijo que le propusieron ir con ellos a cambio de dinero. Aseguró que le dieron detalles del lugar e incluso de los 60.000 euros que esperaban encontrar en la caja fuerte, y que el día siguiente a lo ocurrido, uno de los procesados le dijo que "la cosa había salido mal" y habían tenido que golpear al hombre.

Asimismo, ratificó que el mismo día de los hechos y un día después, facilitó las informaciones que tenía a través de mensajes de móvil a un policía que conocía, pero se negó a contestar a preguntas sobre la relación con dicho agente y sobre las conversaciones que mantuvo posteriormente con él respecto a éste y otros asuntos.

Además, declaró que llegó a ver en el armario de uno de los acusados objetos como pasamontañas y armas de fuego. Dijo que "en ningún momento" había participado en actos delictivos con estos sujetos, que en su declaración del martes negaron los hechos.

La muerte del matrimonio tuvo lugar el 22 de enero del pasado año cuando, según el escrito provisional del fiscal, los tres procesados y otra persona no determinada fueron desde Granada a Chilches, en concreto al domicilio de la pareja, con la finalidad de hacerse con una importante cantidad de dinero. Cuando entraron, los maniataron de pies y manos con bridas y cintas adhesivas.

Les colocaron a ambos bolsas de color negro en la cabeza, "disparándoles en distintas ocasiones con dos armas de fuego cortas que les provocaron la muerte", según la acusación pública. Los acusados no pudieron apoderarse del dinero porque no localizaron la caja fuerte, aunque sí abandonaron el lugar con un coche propiedad del matrimonio, que había vendido su vivienda hacía poco.